El español
Conde de Romanones, cuyo nombre era Álvaro Figeroa Torres (1863-1950); fue preboste
del Partido Liberal; político, empresario y terrateniente, presidente del
Senado, presidente del Congreso, ministro y tres veces jefe del Gobierno de
España durante la monarquía de Alfonso XIII (1886-1941). Una de sus frases más
conocidas es la que les decía a los Diputados: “Hagan ustedes las leyes y
déjenme a mí hacer los reglamentos”. Dicho de otra manera: “Ustedes legislen,
que yo haré lo que me venga en gana”. Esta expresión del Conde de Romanones de
hace más de cien años, sin que nos hayamos dado cuenta, es el fiel reflejo de
lo que ha llegado a la política española.
Esta frase
del Conde de Romanones me viene a la memoria por la situación que está
atravesando nuestro querido país por un nuevo preboste que gobierna y que toma
decisiones de alto rango sin aceptar contradicciones de nadie, sólo con su
deseo personal está decidiendo en la política internacional española sin
consultar con nadie; limita el poder del Rey Felipe VI (1968) y transgrede
muchos apartados de la Constitución Española de 1978, de la que emanan los
poderes públicos. Sólo hay que recordar el cáustico varapalo que le está dando
a dicha Constitución y en la que tiene un especial golpe contra empresas
bancarias, energéticas y en el que parece volver a decir a los españoles el
“trágala”, que es una canción que los liberales españoles utilizaban para humillar
a los absolutistas durante el Trienio Liberal
(1820-1823), siendo rey Fernando VII (1784-1833) y que se ha tomado por
causa para dirimir los ánimos y fomentar las discusiones políticas y que
simboliza la izquierda contra la derecha. También usada como anticlerical
contra la Iglesia Católica. República contra Anarquía. Y en otras contadas
ocasiones.
Me surge
este comentario como consecuencia del “pacto” entre el Partido Socialista de
Cataluña (PSC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) sobre la financiación
de Cataluña.
Existe la
Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas que mantiene cierto equilibrio
entre el dinero que reciben del Estado las Comunidades Autónomas y que creo que
para el caso de Cataluña parece ser que catedráticos, universitarios,
profesores de Hacienda Pública, consejos generales de la mayoría de los
Colegios profesionales y la propia Lógica tributaria no ve que esta
consideración a Cataluña ha de ser “singular”. Supone pasar de la actual cifra
de 26.000 millones de euros que el Estado español entrega a la Comunidad de
Cataluña, a ser de unos 51.000 millones de euros, es decir, 25.000 millones de
euros más para Cataluña a costa de quitárselo al resto de las Comunidades
Autónomas. Una forma estrafalaria de hacer política en la que dos partidos, PSC
y ERC, de forma bilateral, han cogido “a uña de caballo” una buena parte de un
botín y las Comunidades Autónomas restantes no aceptan y supongo que no se
quedarán “in albis”.
Y sólo
puedo llorar ante esta situación de la política española que se está germinando
para un futuro. Y me pongo a llorar al leer o escuchar la “Oda del 2 de mayo”,
del poeta y periodista español Bernardo López García (1838-1870), que comienza
con estas estrofas:
“Oigo, patria, tu aflicción,
y escucho el triste concierto,
que forman, tocando a muerto,
la campana y el cañón;
sobre tu invicto pendón,
miro flotantes pendones,
y oigo alzarse a otras regiones,
de la iglesia las plegarias,
y del arte las canciones.
Lloras, porque te insultaron,
los que su amor te ofrecieron,
¡a ti, a quien siempre temieron,
porque tu gloria admiraron,
A ti, por quien se inclinaron,
los mundos de zona a zona,
a ti, soberbia matrona,
que libre de extraño yugo,
no has tenido más verdugo,
que el peso de tu corona!...”.
Y
considero esta “financiación singular” a Cataluña como privilegio, preferencia,
beneficio, poder, ventaja, preeminencia, merced, dispensa, favor, injusticia y
otros posibles sinónimos que no son otra cosa que una canonjía para los
catalanes. Precisamente a Cataluña, que ha vivido gracias al resto de España,
sobre todo con la espada del “arancel” que favorecía a Cataluña. Principalmente
el arancel Cambó de 1922 debido al político catalán Francesc Cambó (1876-1947),
caudillo catalanista que, al igual que muchos otros catalanes, han formado
parte del Consejo de Ministros e incluso Regentes de España.
Vicente Llopis Pastor
15 de diciembre de 2024
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