Uno de los
temas más tratados en Economía es la llamada “productividad”, que se define
como la capacidad de obtener bienes o servicios que van a negociarse en los
mercados. El paradigma actual de la Ciencia Económica es “Su Majestad El
Mercado”, que es el fin que persigue la producción.
Esta
definición de producción o la de “obtener productos y servicios” siempre se ha
estudiado desde el uso de los factores o formas para obtener los productos.
Entre los “padres” de la Ciencia Económica encontramos variada literatura,
sobre todo en los escoceses Adam Smith (1723-1790) y en David Ricardo
(1772-1823), quienes aportaron la concepción de que la “producción” depende de
tres factores básicos: Naturaleza, Trabajo y Capital. Según el uso que se haga
de estos tres tipos de factores se deduce la productividad de cada uno. De ahí
obtenemos la “productividad” de cada uno de ellos, admitiendo que la Naturaleza
es la que nos ofrece la tierra, factores energéticos, petróleo y otros. Trabajo
es el esfuerzo que realizan las personas en los procesos productivos y por el
que reciben su correspondiente salario. Capital, como la maquinaria, tecnología
y formas de organizar la producción. Esta cuestión está siempre en candelero,
pero lo que más se cita es la productividad del trabajador u operario. Esto
está tan manoseado que ya no queda un punto en el que se acaricie para producir
más.
A
propósito de la productividad de los trabajadores, en España los tratados y
textos que conozco se resumen en que la productividad de los trabajadores en
España es muy baja y ello repercute en la producción y venta de mercancías
nacionales e internacionales y somos un gran país con una mediocre economía.
La baja
productividad por empleado en España dicen que es uno de los males crónicos de
la economía nacional. Este parámetro, que muchas veces se pasa por alto, está
detrás de los bajos sueldos que se pagan en nuestro país y es clave para
determinar el nivel de bienestar futuro de la sociedad y de la capacidad
competitiva de las empresas españolas. Entre las razones de la baja
productividad en España suelen citarse las siguientes: a) Nivel formativo bajo;
b) Escasa cultura empresarial; c) Mala asignación de recursos; d) Escasa
inversión tecnológica; e) Minifundismo empresarial.
Para
aumentar la productividad en España se citan los siguientes a’) Promover la
formación y la educación de calidad; b’) Promover una cultura empresarial de
altura; c’) Impulsar la flexibilidad laboral; d’) Fomentar la inversión en
I+D+i (inversión+desarrollo+innovación); y e’) Innovar en nuevos sistemas
informáticos y tecnológicos.
En pocas
palabras, la productividad es una medida económica que permite calcular cuántos
bienes y servicios se han producido por cada factor utilizado y en un tiempo
determinado. Por factores de producción se entienden los trabajadores, pero
también el capital invertido durante un periodo o la innovación tecnológica.
La
economía española tiene una de las productividades más bajas en la zona euro y
muy alejada de las que exhiben países punteros a nivel mundial. La capacidad de
producir bienes y servicios en nuestro país lleva dos décadas saliendo mal en
la foto europea. Según datos de Eurostat (que mide las estadísticas de los
países del euro), en España se sitúa 16,5 puntos por debajo de la media de la
eurozona en productividad laboral por hora trabajada y 8,2 puntos menos que la
media de los 27 países de la Unión Europea (UE). Los países con mayor Producto
Interior Bruto por hora trabajada son, según los datos de Eurostat: Irlanda,
Luxemburgo, Dinamarca, Holanda y Austria. Y por debajo de España se sitúan
Estados como Eslovenia, República Checa, Chipre, Lituania, Rumanía y Croacia.
Las formas
de medir la productividad en España son idénticas a las que se estudian para
los países europeos y sus resultados distan bastante entre cada país.
Generalmente se considera que España está en un nivel poco aceptable y habría
que explicar por qué es así. La productividad por trabajador en España está por
debajo de Estados Unidos de América, China y los países europeos que he citado
anteriormente.
Por muy
buena intención que tenga el Gobierno español, los empresarios, trabajadores y,
quizás los sindicatos, es un problema estructural que no se puede resolver por
mucho que se legisle. Actualmente acentuado por el Gobierno español, ya que la
ideología de nuestros gobernantes es la que de que los operarios trabajen menos
horas sin reducir su salario actual. Es una ideología que se contradice con el
concepto de lo que el Gobierno entiende que es productividad. Según nuestros
gobernantes España llegará a ser una Arcadia Feliz. Sin embargo, la experiencia
y la historia nos demuestran que es todo lo contrario, en países totalitarios
altamente socializados como es el de la España actual.
Mi
conclusión es la de que España debe dar más libertad y mejores opciones para
que nuestra Economía sea más productiva.
Vicente Llopis Pastor
6 de noviembre de 2024
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