Hace unas
semanas falleció el economista español Joaquín Trigo Portela (1948-2024), uno
de los más destacados economistas españoles entre finales del siglo XX y
principios del siglo XXI. En el mundo universitario, académico y profesional se
referían a él como “un economista con mayúsculas”. En su honor me permito
dedicarle este artículo de hoy.
Nacido en Barcelona,
se doctoró en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de
Barcelona y diplomado en Gestión Económica y Empresarial en el Massachussets
Institute of Technology (MIT) y en la Universidad Politécnica de Cataluña. Su trayectoria
ha sido una combinación entre la enseñanza universitaria, miembro de distintas
instituciones económica, tanto de España como del extranjero, y responsable de
algunas entidades oficiales nacionales e internacionales.
Entre los cargos
que ejerció se encuentran: Director Ejecutivo de Fomento del Trabajo Nacional; Profesor
Titular de Fundamentos de Análisis Económico de Universidad de Barcelona; Miembro
del Instituto Español de Analistas de Inversiones; Miembro del Consejo del
Instituto de Estudios Económicos; Vicepresidente de la Societat d’Estudis
Económics; Miembro del Consejo Asesor de la Fundación para el Análisis y los
Estudios Sociales; Vocal de la Junta del Colegio de Economistas de Cataluña; Contador
del Ministerio de Economía y Hacienda; consultor independiente; y otros cargos
en instituciones catalanas, españolas e internacionales.
Considerado
como un economista de sumo nivel y un destacado docente, escribió más de veinte
publicaciones de economía y cuarenta monografías e innumerables artículos en
revistas técnicas y en prensa especializada en economía. Tuvo la habilidad de
explicar la economía con alegría, sencillez y sin engolamientos, ya que quería
hacerla asequible para todos. Fiel defensor del desarrollo económico de nuestro
país, no le dolían prendas en denunciar el exceso de regulación, así como los
recursos empleados por las Administraciones Públicas en procesos faraónicos e
inútiles.
A Joaquín
Trigo Portela le chirriaba ver cómo las políticas en materia educativa se
hacían sin pensar en el contenido y la calidad de las mismas. Fue señalado como
el mayor seguidor del economista austríaco Ludwig von Mises (1881-1973),
componente de la Escuela Austríaca de Economía junto con Carl Menger (1840-1921);
Eugen Böhm von Bawerk (1851-1914), Friedrich von Wieser (1851-1926); Friedrich
August von Hayek (1899-1992) y otros quienes compartían un pensamiento
económico heterodoxo basado en el individualismo metodológico. Esta Escuela se
definía como la ciencia económica del libre mercado.
Trabajó en
distintas instituciones españolas, entre ellas el Instituto de Estudios
Económicos, el Instituto Español de Analistas de Inversiones y otros, desde los
cuales aconsejó al Gobierno ante el panorama que se presentó con el paso a la
democracia, en la que se llegaron a destruir más de seis millones de empleos,
pero Joaquín Trigo, con sus ideas aceptadas en los Pactos de la Moncloa, pudo
remontar la economía. Si no hubiera sido por Joaquín Trigo Portela seguramente España
hubiera tenido grandes dificultades de financiación y posiblemente los hombres
de negro de Europa nos visitarían todos los días, pero gracias a él y a otros economistas
se superó esa etapa.
Entre sus publicaciones
cito algunas que, a mi entender, son las más interesantes: “Barreras a la
creación de empresas y economía irregular” (1988); “Economía y empresa en España”
(1995); “Instituciones, reforma estructural y progreso económico” (1995); “Expectativas
de viabilidad del Estado de Bienestar” (1996) y muchas otras que alcanzan el
número de veinte.
Con la desaparición
de Joaquín Trigo Portela se pierde el más grande analista español de la
economía liberal y de mercado. El contenido de sus trabajos sigue una línea de
liberalismo total y reducir el intervencionismo del Estado en la economía hasta
acercarse al cero por ciento. Todo ello muy contrario a la política económica
del Gobierno actual que tiene un intervencionismo en la economía y en la gestión
empresarial que alcanza cerca del 60%.
Requiescat
in pace.
Vicente Llopis Pastor
3 de noviembre de 2024
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