La llamada
Conferencia de Presidentes, en España, es el órgano de máximo nivel político de
cooperación entre el Gobierno Central de España y las Comunidades Autónomas,
ocupando la cúspide del conjunto de órganos de cooperación multilateral. No
tiene encaje legal constitucional o estatutario alguno. Está formada por el Presidente
del Gobierno, que la preside, por los Presidentes de las Comunidades Autónomas
y los Presidentes de las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla.
Es un
órgano de cooperación habitual en los Estados políticamente descentralizados.
Estas reuniones de máximo nivel político, con similares denominaciones, se
celebran en países como Alemania, Austria, Suiza, Italia y Canadá y han
alcanzado una gran importancia como órgano de impulso en el desarrollo del
llamado federalismo cooperativo.
En España,
que de momento no es un Estado Federal ni Cooperativo, se creó la llamada Conferencia
de Presidentes, que fue anunciada por el entonces Presidente del Gobierno, José
Luis Rodríguez Zapatero (1960), en su primer debate de investidura, y fue
constituida el 28 de octubre de 2004. Dada la naturaleza y el nivel político de
la misma, su ámbito de actuación es abierto y tiene por finalidad debatir y
adoptar acuerdos sobre asuntos de especial relevancia para el sistema
autonómico.
Su
funcionamiento es flexible y sus decisiones se basan en el principio del
acuerdo de los participantes, en la práctica se trata de un órgano meramente
consultivo del Gobierno Central con las distintas Autonomías.
El
funcionamiento de esta Conferencia de Presidentes, en España, es muy peculiar,
e indirectamente afloran los desacuerdos y egoísmos de cada una de las
Comunidades Autónomas de nuestro país. Generalmente no acude nunca el
Presidente de la Comunidad Autónoma de Cataluña, por razones que no conozco; el
Presidente del País Vasco tampoco acude; algunos Presidentes acuden llevando
algún producto típico de su Comunidad, séanse salchichones, queso o cualquier
otro producto, lo cual resulta jocoso e inapropiado para una Conferencia de
este tipo. En fin, tiene el aspecto de una fiesta en la que no todos acuden y
los que lo hacen están sólo unos momentos y después desaparecen. Ésta es mi
valoración de la Conferencia de Presidentes, en España.
Parece ser
que la próxima Conferencia de Presidentes se celebrará en diciembre de 2024 y
he entendido que ha anunciado su asistencia el Presidente de la Comunidad de
Cataluña, algo insólito hasta ahora; entiendo que el Presidente catalán acudirá
por la abundantísima cosecha de dinero que ha obtenido del Estado, que
considera a Cataluña como una Comunidad privilegiada a la que hay que atender
lo máximo posible, aún con menoscabo de otras Comunidades Autónomas. Como
siempre, los catalanes saben husmear el rastro del dinero. Realmente, que yo
sepa, no está reglamentado el orden del día de estas reuniones que se celebran,
a cálamo currente, según el momento y los deseos del Presidente del Gobierno
español. Los temas que se suelen tratar son un totum revolutum en el que se habla
de todo de forma apasionada y no se alcanza ningún acuerdo. Temas recurrentes
son la infrafinanciación de las Comunidades Autónomas que reivindican todas y
cada una de ellas; armonización de la fiscalidad; el desleal nivel tributario
entre las Comunidades; el llamado “dumping” fiscal, concepto que se hna
inventado algunas de las Comunidades; y otros temas que seducen a unos
participantes y critican otros de ellos.
Mi
conclusión es la de que esta figura no existe en la Constitución de 1978 y es
un paripé, una especie de fingimiento, simulación o acto hipócrita. Las conclusiones
son aceptadas durante los días en que se celebran estas Conferencias de
Presidentes y cuando finalizan, cada uno se olvida de ellas. Es decir, que no
sirven para nada.
Los temas
a tratar no están definidos por lo que todo lo que se habla se queda en “agua
de cerrajas”, también llamada “agua de borrajas”, porque ningún asistente asume
la responsabilidad de los acuerdos que se toman. Es decir, no tienen ninguna
sustancia ni valor. Es una especie de reunión que a mí me parece que no alcanza
siquiera la consideración de “charla de café”, ya que ninguno de los
participantes acepta totalmente los acuerdos tomados. Algunos de los
Presidentes han acudido con productos comestibles y de chacinería elaborados en
su Comunidad, algo que parece como una “merienda de sobaquillo”.
Para mí
estas Conferncias de Presdientes han sido sólo una confusión y desorden en el
que nadie se entiende. Y lo digo así, por educación, ya que lo más correcto
sería llamar a estas Conferencias como “una merienda de negros”.
Concluyendo,
esta próxima Conferencia de Presidentes del mes de diciembre, posiblemente a
celebrar en Cantabria, servirá para demostrar la importancia del dinero en la
vida de cualquier persona y, en este caso, para las Comunidades Autónomas. Y para
demostrarlo, ahí van algunos refranes:
“Por el
dinero baila el perro”; que menciona que el dinero ejerce mucha influencia en
la voluntad de las personas e instituciones.
“Al perro
que tiene dinero le llaman “Señor Perro””; refiriéndose a que a algunos les
confiere autoridad el dinero, razón por la que son tratados con mayor respeto.
“Son
muchos los que jalean y pocos la cobijan”; aludiendo a cuando en un hogar hay
muchas bocas que alimentar y sólo hay una persona como sostén de su economía.
“Quien
tiene dinero pinta panderos”; sugiriendo que las personas con dinero obtienen
fácilmente las cosas que desean.
“Donde se
quita y no se pone, el montón se descompone”; aludiendo a la importancia del
ahorro para que no falte dinero.
Y otras
múltiples expresiones.
Me fijo en
la palabra “descompone” en el sentido de putrefacción, alteración, corrupción y
desaparición de una nación.
Vicente Llopis Pastor
9 de noviembre de 2024
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