Tal como
escribí ayer, el llamado impuesto extraordinario sobre los beneficios de la
Banca, también se aplica al sector energético, es decir, las empresas que
trabajan sobre la producción, distribución, consumo y otras actividades ligadas
a la generación de energía, transporte y facturación a los clientes finales. El
mercado energético en España está dividido en tres áreas: generación,
transporte y distribución.
a)
Generación. Que se lleva a cabo por empresas que utilizan diferentes
tecnologías y fuentes de energía, como plantas nucleares, centrales térmicas,
parques eólicos y paneles solares.
b)
Transporte. Que se realiza a través de redes de alta tensión, que
pertenecen a la empresa Red Eléctrica Española (REE), que es la encargada de
gestionar la red eléctrica española y garantizar el suministro de energía a
todos los puntos del país.
c)
Distribución. Que es gestionar empresas eléctricas que suministran energía
a los consumidores finales. Estas empresas distribuyen la energía a los
hogares, fábricas y otras entidades consumidoras de energía a través de sus
redes de alta y baja tensión, las cuales se conectan a las redes de transporte
por medio de subestaciones eléctricas.
En España
existen empresas que se dedican a la comercialización de energía que compran y
venden energía en el mercado mayorista y ofrecen tarifas a los consumidores
finales. Estas empresas ni generan ni transportan ni distribuyen, tan sólo
comercializan, y es ahí donde están las comercializadoras independientes. Las
empresas españolas que más beneficio obtienen en el mercado energético son
Iberdrola, Repsol, Naturgy, Endesa y Cepsa. Este mercado energético español
está regulado básicamente por dos organismos: la Comisión Nacional de Mercados
y Competencia (CNMC), que es un organismo independiente encargado de garantizar
la libre competencia en los mercados y la protección de los derechos de los
consumidores y el Gobierno español, que también tiene su participación en el
sector energético, representado actualmente por el Ministerio para la
Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), que es el encargado de
elaborar la política energética nacional, la planificación y gestión de los
recursos energéticos, la promoción de la eficiencia energética y las energías
renovables, junto con la supervisión de las actividades de dichas empresas
energéticas.
Dado que
la energía en todos los campos económicos y productivos es necesaria, opera con
una masa critica muy alta que les hace obtener altos beneficios, al igual que
dije ayer con la Banca. De esta forma, el “impuestazo”, que ayer cité, también
se aplica a las empresas energéticas.
A tal fin
cito el coste de este impuesto extraordinario para las cinco empresas
energéticas españolas más importantes: Iberdrola, con presencia en España,
Reino Unido, Estados Unidos, México, Brasil y otros países, sobre la cual,
personalmente, calculo que el impuesto extraordinario supone alrededor de 2.000
millones de euros. Repsol, que opera en España, Latinoamérica, Europa y África,
con unos impuestos extraordinarios de unos 1.800 millones de euros. Naturgy,
con presencia en España, Latinoamérica, Europa y Asia, con un aporte de 500
millones de euros. Endesa, que opera en España, Portugal, Italia, América
Latina y otros países, con un impuestazo de 400 millones de euros. Y Cepsa, con
presencia en España, Latinoamérica, Europa y África, con un impuesto
extraordinario superior a 100 millones de euros. Solamente estas empresas ya
aportan unos 4.800 millones por el “impuestazo”. Si añadimos el “impuestazo” de
la Banca sobre el que escribí ayer supone un monto de 6.300 millones de euros a
parar a las arcas del Estado.
Este
impuesto extraordinario para las empresas energéticas ya se está haciendo notar
y, por ejemplo, Repsol, ya está instalando y creando empresas energéticas de
todo tipo en Portugal y no está haciendo inversiones en España. Por otro lado,
el capital de estas empresas no es totalmente español, sino que una buena parte
de dicho capital está en manos de los gigantes árabes estatales, llámese Catar,
Emiratos Árabes Unidos, Argelia, Marruecos y otros países que tienen
yacimientos petrolíferos y pueden abastecer de petróleo durante muchos años al
resto del mundo. El Emirato de Catar ha enviado a su Ministro de Energía a
España y está teniendo conversaciones con Iberdrola y algunas otras empresas
energéticas españolas. También está teniendo conversaciones con Naturgy,
Endesa, Repsol y Cepsa.
Así está
el panorama de las empresas energéticas españolas que cotizan en Bolsa y cuyos
accionistas en gran parte son extranjeros.
Me temo
que por dichas razones habrá sus más y sus menos entre el Gobierno español y
los Gobiernos de todos los países que he citado y que mantienen acciones en
dichas empresas.
El tiempo
nos dirá cómo acaba el “impuestazo” en las empresas energéticas.
Vicente Llopis Pastor
2 de octubre de 2024
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