Una startup es una empresa de nueva creación o edad temprana que presenta grandes posibilidades de crecimiento y comercializa productos y servicios a través del uso de las tecnologías de la información y la comunicación.
Es relevante saber distinguir entre pyme convencional y startup. Las pymes convencionales salen al mercado tras haber invertido una cierta cantidad de dinero y debe esperar un tiempo para comenzar a disfrutar de beneficios. Las startups, en cambio, salen rápidamente al mercado para lograr el crecimiento y financiación necesarios a través de la transformación digital.
Las startups provienen de la expresión inglesa “start up”, que traducido al español puede ser como “arrancar con éxito”, “iniciar un camino brillante”; “empezar a operar” y otras locuciones parecidas.
Actualmente se habla de las startups como las que empujan el crecimiento y desarrollo de cualquier empresa y que, de una forma bastante rápida, obtienen el éxito. Es muy manido el ejemplo de empresas que se crearon por una o varias personas en el garaje de su casa y le dan un hálito de que la creatividad, intuición y conocimientos de una persona se transforma en un emprendedor que inicia una trayectoria ascendente. Habitualmente se dice que los grandes empresarios comenzaron a operar en dicho garaje particular y de ahí salieron empresas tales como Microsoft, empresa de software y sistemas operativos, con Bill Gates (1955), Apple, empresa de computadoras personales y primer fabricante de teléfonos móviles, con Steve Jobs (1955-2011), Amazon empresa de comercio electrónico y servicios de computación en la nube a todos los niveles, con Jeff Bezos (1964), eBay, sitio destinado a la subasta y comercio electrónico de productos a través de internet, con Pierre Omidyar (1967) y otras empresas estadounidenses. Casos de empresas que difícilmente nacen en España, porque estas iniciativas no son bien vistas y suponen un enorme riesgo, por lo que nuestro país lo que hace es aceptar inversiones de startups extranjeras que ya tienen un recorrido exitoso y estable.
En resumen, las startups se caracterizan por ser:
a) Jóvenes. Compañías familiarizadas con un ambiente joven, moderno y tecnológico.
b) Escalables. Su principal atributo es la velocidad y la capacidad con la que puede crecer y generar ingresos de una forma rápida.
c) Tecnológicas. Son negocios que se basan en ideas innovadoras para satisfacer una nueva necesidad en el mercado.
d) Pequeños costos. Su punto de partida es mantener los costes bajos de producción para crecer más rápidamente. Por ejemplo, en sus inicios suelen desarrollar su actividad empresarial en locales y espacios sin necesidad de tener una llamativa sede oficial. De ahí se genera la expresión de “iniciarse en el garaje de una casa”.
Hay que añadir una serie de aptitudes propias de los creadores de startups y de sus inversores, en las que se incluyan capacidades para llevar a buen término este tipo de empresas. Uno de sus problemas es la financiación, que es clave para la innovación y el éxito, ya que les permite invertir en investigación y desarrollo, recursos, expandir su negocio y llevar a cabo actividades de márquetin. También necesitan financiación para atraer y retener talento, así como para prepararse para posibles contratiempos. En una etapa inicial es importante que estas empresas cuenten con una financiación para poder comprobar que los productos o servicios que ofrecen tienen una buena aceptación en el mercado. Comprobado esto, si la startup cuenta con financiación suficiente podrá pisar el acelerador y tratar de crecer al máximo.
Mañana escribiré sobre diversas fórmulas para conseguir dicha financiación.
Todo ello es propio de muchas actividades y no es exclusivo de las startups, sino de cualquier tarea en la que se busque obtener un beneficio. Lo puedo resumir en un vals cantado por Alberto Castillo (1914-2002), cantante y actor argentino, médico ginecólogo de profesión que dejó el ejercicio de la medicina para dedicarse a su carrera artística. Son muy populares sus tangos, milongas, candombes y valses. Uno de sus valses más bonitos tiene la siguiente letra:
“Todos queremos más,
Todos queremos más,
Todos queremos más,
Y más y más y mucho más.
El que tiene un peso,
Quiere tener dos,
El que tiene cinco,
Quiere tener diez,
El que tiene veinte,
Busca los cuarenta,
Y el de los cincuenta,
Quiere tener cien.
La vida es interés,
El mundo es ambición,
Pero tiene que evitarse,
Si uno tiene corazón”.
La primera versión de este vals la cantó Alberto Castillo
el 1 de julio de 1953.
También, estimado lector, se puede aplicar el refrán de
“El dinero llama al dinero”.
Mañana seguiré.
Vicente Llopis Pastor
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