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LEAN MANUFACTURING (I)

 

Como muchas acepciones que he ido describiendo a lo largo de los últimos artículos, incluyo otra sobre Japón, país que es el mito y modelo al que quieren llegar los trabajadores y empresarios de todo el mundo. Ya he escrito sobre muchas de ellas, pero creo que vale la pena conocer otros sistemas y estrategias, normalmente expresados en lengua inglesa, para que su traslación internacional sea más exitosa. Éste es el caso de “Lean Manufacturing (I)” que completaré mañana con “Lean Manufacturing (II)”.

El “lean manufacturing”, en lengua inglesa, se puede traducir al español como “producción apretada”; “manufactura esbelta”; “producción limpia” o “producción sin desperdicios”. Es un modelo de gestión de origen japonés que se enfoca en minimizar las pérdidas de los sistemas de manufactura al mismo tiempo que maximiza la creación de valor para el cliente final. Para ello utiliza la misma cantidad de recursos, es decir, los estrictamente necesarios para el crecimiento.

Su definición como una metodología de trabajo simple, profunda y efectiva tiene su origen en Japón, enfocada a incrementar la eficiencia productiva en todos los procesos a partir de que se implanta la filosofía de gestión “kaizen” de mejora continua en el tiempo, espacio, desperdicios, inventario y defectos involucrando al trabajador y generando en él un sentido de pertenencia al poder participar en el proceso de proponer sus ideas de cómo hacer las cosas mejor.

El origen de esta metodología de mejora de la eficiencia en manufacturas fue tomada por James Womack, director de investigación del Programa Internacional de Vehículos Motorizados (IMVP) en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, y es el fundador y presidente del Lean Enterprise Institute, copiando la estructura del sistema de producción Toyota desarrollado por Taiichi Ohno (1912-1990), quien fuera director y consultor de la empresa Toyota, conocido por diseñar el sistema de producción Toyota, “Just In Time” (JIT), dentro del sistema de producción del fabricante de automóviles. Ohno observó que antes de la guerra, la productividad japonesa era muy inferior a la estadounidense. Después de la guerra, Ohno visitó Estados Unidos de América, donde estudió a los principales pioneros de productividad y reducción de desperdicio del país como Frederick Taylor (1856-1915), ingeniero mecánico estadounidense, promotor de la organización científica del trabajo, considerado como el padre de la Administración Científica y Henry Ford (1863-1947), empresario y emprendedor estadounidense, fundador de la compañía Ford Motor Company y padre de las cadenas de producción modernas utilizadas para la producción en masa.

Ohno se mostró impresionado por el énfasis excesivo que los estadounidenses ponían en la producción en masa de grandes volúmenes en perjuicio de la variedad, y el nivel de desperdicio que generaban las industrias en el país más rico de la posguerra. Cuando visitó los supermercados tuvo un efecto inspirador inmediato; Ohno encontró en ellos un ejemplo perfecto de su idea de manejar inventarios reducidos, eliminar pasos innecesarios y controlar las actividades primarias y dar control al que hace el trabajo (en este caso el cliente) como apoyo a la cadena de valor. La palabra japonesa “muda” significa ‘desperdicio’ y se refiere en específico, a cualquier actividad humana que consume recursos y no crea valor.

El objetivo es encontrar herramientas que ayuden a eliminar todos los desperdicios y todas las operaciones que no le agregan valor al producto o a los procesos, aumentando el valor de cada actividad realizada y eliminando lo que no se requiere. Este proceso de manufactura está relacionado con la utilización del “activity-based costing”, que en español significa “generación de costes basado en la actividad”, lo cual busca relacionar los costes con todos los valores que el cliente percibe en el producto. Por otro lado, sirve para implantar una filosofía de mejora continua que permita a las compañías reducir sus costes, mejorar los procesos y eliminar los desperdicios para aumentar la satisfacción de los clientes y mantener el margen de utilidad. El propósito del “lean manufacturing” es ser útil a la comunidad para estar en busca de la mejora continua.

Los siete tipos de desperdicios según Ohno eran: sobreproducción; esperas; transporte; sobreprocesado; inventario; movimiento; y defectos.

La obsesión de Japón por producir más y mejor es una tradición que viene de la época de los emperadores, príncipes, samuráis y guerreros que se entrenaban en el uso de armas y en artes marciales que todavía se practican como deporte en Japón. Yo creo que es una consecuencia del taoísmo, filosofía implantada por Lao Tse, en la que se refiere al Yin-Yang, la perfecta y la mejor que puede hacer cualquier trabajador.

Japón es el país del hara-kiri, que es el autosuicidio si no se logra lo que se pretende.

Muy curioso resulta el mundo de los japoneses.

 

 

Vicente Llopis Pastor

27 de agosto de 2024

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