Desde
que el mundo es mundo siempre ha habido riñas, peleas y situaciones en las que
los seres humanos guerrean con otros, tanto a nivel individual como parte de
las funciones de un Estado. La razón de ser es por el simple hecho de que el
mundo no forma una Arcadia Feliz, sino que se mueve, sobre todo, por los nueve
males que salieron de la Caja de Pandora, quedando dentro la esperanza. Esto
significa que no hay esperanza para solucionar este mal endémico que es el
luchar unos contra otros y que iniciaron Caín contra Abel, hermanos e hijos de
Adán y Eva, los primeros pobladores humanos, fundamentalmente en las llamadas
“guerras”, que cada vez usan un armamento más sofisticado y que alguno de los
Estados, si se lo planteara, podría aniquilar en un instante la vida de todo el
Planeta.
La
guerra ha tenido mucha literatura y quizás la más sobresaliente ha sido la de Sun
Tzu (544 a.C.-470 a.C.), general, estratega militar y filósofo de la antigua
China. El nombre por el que se le conoce es en realidad un título honorífico
que significa “Maestro Sun”. Su nombre de nacimiento era Sun Wu, fue el autor
del libro “El arte de la guerra”, obra que trata sobre tácticas y estrategias
militares. Quizás el tratadista más conocido sobre la guerra fue el coronel
Carl von Clausewitz (1780-1831), militar prusiano y uno de los más influyentes
historiadores y teóricos de la ciencia militar moderna. Estos dos autores son
muy reconocidos por los textos que escribieron y las circunstancias que hay que
tener en cuenta para participar en las guerras, hasta tal extremo que han
formado parte de la Historia Universal, sobre todo por sus escritos.
Pero
otro caso es el de comandar ejércitos, entre los que destacaría a Alejandro
Magno (356 a.C.-323 a.C.), antiguo rey griego de Macedonia; Cayo Julio César
(100 a.C.-44 a.C.), invicto general de las legiones romanas que conquistó una
extensión mayor que la que tenía Roma antes de su entrada en el ejército;
Napoleón I Bonaparte (1769-1822), emperador de Francia que dominó Europa y sus
colonias; y otros muchos a los que se les cita por sus grandes hazañas
militares y que se les considera como personas muy influyentes en la Historia
Universal.
Y, “cómo
no”, hay que citar a los estadounidenses, no porque fueran los mejores, sino
porque vivieron una época en la que mandaban las armas más que el buen hacer de
las persona y por ser los inventores del marketing; tal es el caso del ejército
estadounidense que eleva a la máxima categoría castrense que existe en el mundo
a aquellos generales que participaron por parte de Estados Unidos en la Segunda
Guerra Mundial; entre ellos, al general Marshall (1880-1959); Dwight Eisenhower
(1890-1969); Douglas MacArthur (1880-1964); Omar Bradley (1893-1981); estos
cinco, fueron ascendidos a la máxima categoría militar estadounidense, la de
“General de Cinco Estrellas”, que no había conseguido nadie. Tengo entendido que,
con motivo del segundo centenario de la independencia de los Estados Unidos, el
Congreso de Estados Unidos decidió concederle a título póstumo y honorífico, y
sin mando posible, a George Washington (1732-1799) la categoría única de “General
de Seis Estrellas” tras más de cien años de su fallecimiento.
La
industria armamentística en España no es suficientemente conocida por la
sencilla razón de que la fabricación de armas no se suele dar a conocer ni
existen estadísticas y documentos que la avalen. No obstante, siempre existen
informaciones que varían de unos años a otros y que demuestran que España es
uno de los países con una industria armamentística de gran nivel. Esta
información está amparada en algunos informes del Ministerio de Defensa,
trabajadores, ingenieros, militares y todos quienes participan en esta oscura
cualidad del ser humano. Esta industria armamentística en España está formada
por más de 300 empresas con actividad en el sector de defensa, de las cuales
256 declararon algún tipo de venta de material al Ministerio de Defensa español
en el año 2020. Entre ellas están algunas de las principales compañías
españolas de los sectores aeronáutico, tecnológico o industrial, que dedican
parte de su actividad a la fabricación de armamento, piezas o componentes
militares. También hay empresas que prestan servicios con especificaciones
militares.
En 2023
el 80% del sector de defensa español estaba en manos de cinco empresas. Tres
empresas españolas, Airbus Military, Navantia e Indra, se encontraban entre las
100 mayores compañías mundiales del sector de defensa y seguridad, según los
informes del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo
(SIPRI). Las exportaciones de estas empresas armamentísticas en España son muy
variables y hay años de gran producción y otros de menos. Por poner algunas
cifras quisiera recordar que en el año 2007 la exportación de armas españolas
fue de 932 millones de euros; en 2012 fue de 1.953 millones de euros; en 2017
de 4.346 millones de euros y en 2021 de 3.290 millones de euros; todo ello
demuestra un crecimiento de esta industria y que la información no suele estar
al día, sino que es de años pasados. Los principales mercados de exportación de
armas de España son los países de la Unión Europea y de la OTAN, que en el año
2013 suponían 1.511 millones de euros, el 38,70% de toda la industria
armamentística española; en el año 2013 fue de 3.154 millones de euros, el
72,60% del total español.
A nivel
de países, el valor de las exportaciones en el año 2013 fue de 717 millones de
euros a Emiratos Árabes Unidos; 609 millones de euros a Australia; 406 millones
de euros a Arabia Saudí y el resto de los países, 663 millones de euros.
En otro
orden de estadística nos encontramos con que España ocupa el número 39 en la
cuantía de soldados en el servicio activo, con un total de 125.000 soldados.
Por delante de España hay 38 Estados que tienen más soldados en servicio activo
y en países de poco potencial económico, séase, Venezuela, República
Democrática del Congo, Bangladesh, Etiopía, Nigeria, Argelia y otros.
Aunque
desconozcamos qué tipo de armas fabrica España, suelen ser de alta tecnología,
sobre todo terrestre, aérea y marítima y suele optar y ganar licitaciones que
convocan la mayoría de los países.
Que cada
lector interprete esta información a su manera.
Vicente
Llopis Pastor
24 de agosto de 2024
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