Se
entiende por absentismo laboral el no acudir al trabajo en cualquier empresa o
empleador. Normalmente lo más habitual es no acudir al trabajo por razones
médicas, por padecer una enfermedad, convalecencia de una operación quirúrgica,
derecho a unos días libres, ser sindicalista en dicha empresa y otras razones.
En
España, la enfermedad común afecta al 4,1% de los ocupados calculándola usando
la media diaria. Esto supone una disminución del PIB de un 1,5% que supone unos
200.000 millones de euros diarios. Existen empresas y entidades públicas, entre
ellas Umivale Activa y el propio Instituto Valenciano de Investigación
Económica (IVIE) que analizan las causas en pleno debate por el incremento del
gasto. Esto me hace pensar que quizás estemos en una crisis de absentismo en
nuestro país tras los datos cosechados por dichas instituciones y entidades que
he citado.
En pleno
debate por el importante incremento de la factura que afronta la Seguridad
Social en prestación por incapacidad temporal, las mutuas y las investigaciones
económicas se unen para analizar sus causas y consecuencias.
El
absentismo laboral no es uniforme y en unos sectores productivos es mayor que
en otros. Por ejemplo, en España, el absentismo se centra en actividades
postales y de correos; actividades de juegos de azar y apuestas; asistencia en
establecimientos residenciales; actividades sanitarias; y, en general, en todo
tipo de sectores. Según los cálculos que he podido analizar, el absentismo
laboral en España es del 6,5% global, lo que supone 1,2 millones de
trabajadores que no acuden diariamente a su trabajo por variadas causas. Dentro
de este absentismo existe el absentismo por enfermedad, que se sitúa en un 5,0%
del empleo y que supone más de un millón de personas que dejan de acudir al
trabajo.
A nivel
internacional se conoce que España es uno de los países que mayor absentismo
laboral mantiene, el más alto de toda la Unión Europea. Habrá algunas razones,
que yo no conozco, por las que nuestro país se sitúa a la cabeza del absentismo
laboral. Me resulta un poco incongruente que, a pesar de ello, el Gobierno
actual esté enfrascado de una manera bastante dictatorial en la reducción de
las horas de trabajo en nuestro país. Su intención es la de que en el año 2024
se trabajen 38,5 horas semanales y en el próximo 2025 llegar a las 37,5 horas
al día. No es un tema baladí, al contrario, es una cuestión que va a definir lo
que son horas trabajadas, horas extraordinarias, lo que son horas de
desplazamiento, tiempo que tienen los operarios para fichar y otras cuestiones
adicionales.
Si todo
esto continúa del mismo modo que hasta ahora, España no va a alcanzar niveles
de producción equiparables a los del resto de la Unión Europea.
Vicente
Llopis Pastor
22 de agosto de 2024
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