Estimado lector, siguiendo la
costumbre de cada lunes, incluyo una nueva colección de cinco anécdotas sobre
famosos personajes de la historia, por ejemplo:
1151) Jean Cocteau (1889-1963), poeta,
dramaturgo, escritor, crítico de arte, ensayista, pintor, director de cine y
diseñador francés.
Jean Cocteau (1889-1963) fue un
poeta, dramaturgo, escritor, crítico de arte, ensayista, pintor, director de
cine y diseñador francés. No fue famoso como pintor y sus cuadros se vendían y
pintó los frescos de una iglesia en el Sur de Francia. En una exposición de sus
pinturas, el día de la inauguración estuvo más alegre que de costumbre. Le
preguntaban el motivo de su alegría y contestaba muy serio:
- “Los pintores somos todos gente alegre, y hoy soy
pintor”.
Le preguntaron:
- “¿Los escritores, ¿no?”
- “No”, contestó Cocteau.
- “¿Cuál es la razón?”.
- “Que la tinta es triste, no hay otra”.
1152) Anatole France (1844-1924), escritor
francés.
Anatole France (1844-1924) fue un brillante
escritor francés, irónico y usó la ironía en muchos de sus escritos. En su
tiempo fue considerado el hombre de letras ideal francés. Miembro de la
Academia Francesa. Premio Nobel de Literatura en 1921. Reconocido por sus
grandes logros literarios en los que está caracterizado por su nobleza de
estilo y una simpatía humana.
Anatole France no pudo conseguir el título de
bachiller. Uno de los catedráticos de entonces se divertía preguntando las
cosas a los niños de forma que se confundieran. Les preparaba trampas y si
caían en ellas les suspendía. Al niño Anatole le hizo las preguntas así:
- “¿Es
verdad que el río Sena desemboca en el Canal de la Mancha?”.
- “Sí,
señor; es verdad”, respondió Anatole.
- “¿Es
verdad que el Loira desemboca en el Atlántico?”.
- “Sí,
señor, es verdad”.
Y así le preguntó de muchos ríos. Y la última
pregunta, cuando ya el niño empezaba a estar aturdido, fue:
- “¿Es
vedad que el río Danubio desemboca en el lago de Michigan?”.
El niño contestó:
- “Sí, señor, es verdad”.
Y fue automáticamente suspendido.
1153) Marco Aurelio (121-180), emperador romano.
Marco Aurelio (121-180) fue un
emperador romano. Había sido discípulo del filósofo Epícteto (55-135), filósofo
griego de la escuela estoica.
En el Imperio Romano todo estaba
en camino de la mayor corrupción y, sin embargo, Marco Aurelio fue el más puro,
cuerdo y virtuoso de los romanos de su tiempo. Defendió a los esclavos contra
sus dueños, protegió a los pobres, persiguió a los delatores, suprimió las
confiscaciones y ordenó que los gladiadores lucharan con espadas sin punta.
Pocos días antes de subir al trono, no podía disimular la tristeza.
- “¿Por qué estás triste?”, le preguntó su madre.
Marco Aurelio le contestó:
- “Voy a reinar. ¿No te parece motivo suficiente de
tristeza?”.
La filosofía de los estoicos consiste en resistir
y aguantar todos los improperios que lanzan a una persona, a la que no presta
un especial interés.
1154) William
Somerset Maughan (1874-1965), escritor inglés.
William Somerset Maughan
(1874-1965) fue un escritor británico, autor de novelas, ensayos, cuentos y
obras de teatro. En la década de los años treinta del pasado siglo XX fue el
escritor más popular y mejor pagado del mundo.
1155) Grigori Alexander Potemkim (1739-1791), líder
militar, estadista y miembro de la nobleza rusa.
Grigori Alexander Potemkim
(1739-1791) fue un líder militar, estadista y noble ruso. Valido de la
emperatriz Catalina La Grande de Rusia (1729-1798), en la que Rusia pasó a ser
una gran potencia mundial y protectora de las Ciencias, Letras, Artes y sus
ciudadanos destacaron en varias artes liberales.
En una población del Sur de
Rusia, que el mismo Potemkim había arrebatado a los turcos, llegó a una
localidad donde, en todas le hicieron un recibimiento triunfal. Durante la
ceremonia no pronunció una sola palabra. Pasaron después a la mesa, ricamente servida
con toda clase de manjares y de bebidas. Potemkim lo observó todo y, de pronto,
en voz imperiosa de mando, exclamó:
- “¡Quiero café!”.
Café era lo único que no había
allí sobre la mesa. Se dieron órdenes y el café no tardó en aparecer. Potemkim
no lo bebió y dijo:
- “Pueden retirarlo. Ya no lo quiero”.
Y después dijo a un confidente
que había pedido precisamente café porque era lo único que no había visto sobre
la mesa y que lo único que le hacía sentirse poderoso era conseguir, en cada
momento, lo más difícil.
Estimado lector, habrá cinco
nuevas anécdotas el próximo lunes.
Un afectuoso saludo. Continuará…
Vicente Llopis Pastor
27 de mayo de 2024
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