La “dinámica de grupos” es una designación sociológica. Son procesos de integración entre personas planteadas con objetivos concretos. Se suele usar mucho en comisiones, convenciones, reuniones y otras tareas que sirven para mejorar la gestión de una empresa y que, con el tiempo, aparecen una serie de relaciones sociológicas que suelen complementarse por los asistentes y, en teoría, lograr el objetivo común. Así se suele hacer en grandes empresas y, sobre todo, en las estadounidenses, en las que la idea que se persigue es idéntica para todos los participantes. Si se logra, es uno de los grandes avances en la gestión y administración de cualquier tema. Suele se muy útil en el mundo estadounidense, en el que hay un objetivo común. En el caso de España, se utiliza en empresas extranjeras que están ubicadas en nuestro país. La eficiencia en el caso español no es tan laudable como en el mundo anglosajón.
Por poner unos ejemplos muy chuscos, podría citar estos dos: si se crea una dinámica de grupos para dibujar un caballo, en España todos quieren decir algo, hasta el extremo de que, a la pregunta: ¿qué es un caballo?, se suele decir que es un caballo que se presenta parecido a un camello que ha creado un grupo y que, sosteniendo la dinámica de grupos, ha salido lo que ha salido, porque todos los españoles quieren añadir una originalidad. Otro ejemplo sería el de Napoleón I Bonaparte (1769-1822), quien dijo: “Si quiero que se haga algo, yo mismo lo hago. Si no quiero que se haga, nombro una comisión que trabaja como dinámica de grupos para que atrase la solución al problema”. Es decir, según Napoleón, las comisiones no sirven para nada.
La dinámica de grupos tuvo su origen en los Estados Unidos de América, a finales de los años 30 del pasado siglo, por la preocupación en la mejora en los resultados obtenidos en el campo político, económico, social y militar del país, por convergencia de ellas, así como la teoría del “Gestalt”, contribuyendo a fundamentar la teoría de la “dinámica de grupos”. El psicólogo estadounidense de origen alemán, Kurt Lewin (1890-1947) fue el pionero en la teoría de grupos con su teoría en el campo del comportamiento humano, que lo fundamentó no sólo en el estudio del comportamiento individual, sino que también permitió la interpretación de fenómenos grupales y sociales.
Las aportaciones que pueda hacer una “dinámica de grupos” se pueden clasificar de varias formas. Por ejemplo, en su mecánica del desarrollo, incluye:
1) Formación: Se
mantienen distancias y no trabajan juntos, sólo si es necesario.
2) Turbulencias: Hay
mucha discusión y conflicto destructivo, tal es que algunos dejan el trabajo en
busca de otro.
3) Normatividad: Dedican
tiempo a socializar, ya intentan llevarse bien.
4) Ejecución: Hay
comunicación abierta y apoyo mutuo, ya hay productividad.
Estos grupos se
caracterizan por otros detalles, por ejemplo, uno de los participantes es el
líder; otro el portavoz; otro el chivo expiatorio; otro el antilíder; otro el
saboteador; etcétera, etcétera. Todos tienen un campo de fuerza en el que
suelen ser más expertos, séase liderazgo, motivación, metas comunes, relaciones
y muchos otros conceptos que ayudan a fortalecer el trabajo en equipo.
Hay otros detalles
adicionales que no cito porque necesitaría páginas y páginas para explicarlos.
Un caso particular, bajo
mi punto de vista, es el caso de la gobernación de España. Según la
Constitución Española de 1978 se han creado las Comunidades Autónomas que están
siendo alabadas por todos los políticos, independientemente del partido al que
pertenezcan. A mí no me parece que sean tan eficientes, ya que entiendo que el
Gobierno Central más los de las Comunidades Autónomas son los que toman las
decisiones del Estado español. Estas Comunidades Autónomas son muy dispares en
extensión superficial y número de habitantes, en la fortaleza de su
independentismo y tantas cosas que no veo un objetivo común entre ellas y sí
observo que cada una entiende la economía, finanzas, educación, e incluso
idioma, a su manera, con lo cual, cada vez hay más desbarajuste en la política
española.
Perdóneme por esta
frase: “España es una merienda de negros”, duplicidades, soberanías, compararse
entre ellas, ver quién saca más dinero del Estado y tantas otras cuestiones que
se pueden enumerar viendo los recursos que al Tribunal Constitucional presentan
a toda hora el Gobierno Central Español, las Comunidades Autónomas e, incluso,
el enfrentamiento de unas Comunidades con otras. Temas como el uso de los
recursos hídricos; transportes, en los que algunas Comunidades, per se, han
decidido que no pueden circular camiones por su carreteras en días de fiesta;
la normativa alimentaria, que es distinta según cada Comunidad y otras
numerosísimas cuestiones.
Cuando he dicho
“merienda de negros” es completamente correcto, ya que así lo indica el
Diccionario de la RAE, que viene decir que es la confusión y desorden en el que
nadie se entiende. La razón fundamental es que legislan muchísimas personas y
pocas coinciden en el resultado de sus decisiones.
En resumidas cuentas, la
actual política española es consecuente con nuestra forma de ser y nuestra
historia. Todos están contra todos y la interpretación es el famoso cuadro del
pintor Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828), “A garrotazos”.
Ésta es la triste
historia de nuestra querida España, que a pesar de ello todavía se mantiene
como una nación. Veremos qué nos deparará el futuro, pero me permito citar
estas frases del político Catón el Viejo (234 a.C.-149 a.C.), de la Antigua
Roma, quien dijera: “Delenda Carthago Est” y “Ceterum Censeo Carthaginem Esse
Delendiem”, que fue la intención del Senado romano de que Cartago perdiera su
poderío.
Vicente Llopis Pastor
21 de febrero de 2024
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