Las Letras del Tesoro son valores de renta fija a corto plazo representados exclusivamente mediante anotaciones en cuenta. Se crearon en junio de 1987, cuando se puso en funcionamiento el mercado de Deuda Pública en Anotaciones. El importe mínimo de cada petición es de 1.000 euros y las peticiones por importe superior han de ser múltiplos de 1.000 euros. Las Letras del Tesoro se emiten mediante subasta.
Son valores admitidos al descuento o a premio, por lo que su precio de adquisición puede ser inferior o superior al importe que el inversor recibirá en el momento del reembolso. La diferencia entre el valor de reembolso de las Letras del Tesoro y su precio de adquisición será la rentabilidad generada por dichas Letras del Tesoro.
Estos rendimientos están exentos de retención a cuenta, tanto en el ámbito del Impuesto de la Renta a las Personas Físicas (IRPF) como en el del Impuesto de Sociedades (IS), sin perjuicio de que haya que incluirlos en la declaración anual de dichos impuestos.
El Tesoro Público emite Letras del Tesoro con plazos de tres meses, seis meses, nueve meses y doce meses.
Actualmente existe una
devoción por las Letras del Tesoro, debido a que las rentabilidades de la Deuda
Soberana comenzaron a caer tras los máximos alcanzados en octubre de 2023 y
ello ha ido teniendo su reflejo en las subastas celebradas desde dicha fecha
por el Tesoro Público. La demanda de los inversores, en cualquier caso, sigue
fuerte, especialmente por las Letras del Tesoro. De hecho, durante 2023, fue
especialmente significativo la elevada demanda de los inversores domésticos en
este tipo de Letras del Tesoro.
Así, los inversores
minoristas elevaron sus tendencias hasta 22.893 millones de euros al cierre del
pasado mes de octubre, representando más de un 30% del total de Letras del
Tesoro en circulación, el máximo hasta dicha fecha. En el año 2022 se
incrementó el volumen de Letras del Tesoro en un 2,4%; frente a ello, en el
2023 se alcanzó el 30% de Letras en circulación, una evidente prueba de que los
inversores domésticos se pasaron a las Letras del Tesoro frente a cuentas bancarias
y a plazo que no ofrecían ninguna rentabilidad.
Las Letras del Tesoro
tienen las siguientes características: SEGURIDAD, al tener el aval del Tesoro
Público; LIQUIDEZ, ya que pueden venderse sin esperar a vencimiento;
TRANQUILIDAD, al saber de antemano cuál es la rentabilidad que se va a obtener;
y RENTABILIDAD, que resulta muy interesante teniendo en cuenta el riesgo
asumido.
Estas últimas razones
son las que han hecho que las Letras del Tesoro sean el producto financiero
escogido por los inversores domésticos porque reciben un tipo de rendimiento
que en cuentas bancarias actualmente no existe. Resulta una imagen que ocurre
pocas veces, en las que miles de personas forman cola en la sede central del
Banco de España en Madrid, y resulta muy espectacular ya que este fenómeno se
ha dado poco en temas económicos y financieros.
Vicente Llopis Pastor
28 de enero de 2024
Comentarios
Publicar un comentario