Un
asesor político es un experto en un campo determinado que está al servicio de
un político concreto para el que trabaja y es retribuido por los presupuestos
generales del Estado. Tienen estipuladas una serie de tareas en las que dicho
político puede hacer uso de estos asesores para trabajar en temas de su
competencia y responsabilidad como político y que tiene que acudir a ellos
porque no tiene conocimientos, ya que la amplitud de los temas es tan enorme
que tiene que valerse de quienes saben de dichos temas. Estos asesores son de
variadas competencias y trabajan para un político en temas más o menos
profundos y lo ayudan en lo que éste les solicita.
Los asesores políticos trabajan y
reciben una remuneración por sus tareas. Desde el punto de vista jurídico se
diferencian con los funcionarios y el personal laboral. Estos asesores no son
permanentes y pueden ser cesados libremente por la autoridad de quien dependen
o la que hiciera su nombramiento. En todo caso cesan cuando el político deja de
ser una autoridad y no reciben remuneración ni derechos adicionales. Las leyes
que regulan la Función Pública establecen cuáles son los órganos
administrativos que pueden disponer de este tipo de trabajadores, siendo su
número y su salario datos de carácter público. Es de resaltar que la condición
de personal eventual no puede ser tenida en cuenta como mérito en el caso de
que el trabajador quiera optar a puestos fijos en la Administración Pública, ya
sean de personal funcionario o laboral. Los popularmente conocidos como
“puestos políticos” son empleos de la Administración Publica pertenecientes a
este colectivo de personal eventual. El régimen jurídico se encuentra,
fundamentalmente, en el artículo 12 del Estatuto Básico del Empleado Público
(TREBEP).
En el caso de España, estos asesores
políticos suelen trabajar en temas que interesan al político de turno y que,
generalmente, se refieren a cuestiones como:
a) Márquetin político. Una disciplina que surge de la combinación de
las Ciencias Políticas y el Márquetin, cuyo objeto de estudio son las campañas
políticas y que se ayuda para ello de un conjunto de técnicas de investigación,
planificación, gestión y comunicación.
b)
Comunicación. Acción consciente de intercambiar la información entre dos o
más participantes con el fin de transmitir o recibir información u opiniones
distintas.
c)
Política. Conjunto de actividades que se asocian con la toma de decisiones
en grupo u otras formas de relaciones de poder entre individuos, como la
distribución de recursos o el estatus.
d)
Politología. Ciencia social que estudia la teoría y práctica de la
política, los sistemas y los comportamientos políticos en la sociedad.
Interactúan en cuestiones tales como derecho, economía, sociología, relaciones
internacionales, Administración Pública, geografía, psicología, historia,
estadística y otras ciencias sociales.
e)
Sociología. Ciencia social que se encarga del análisis científico de la
sociedad humana o población regional. De manera sucinta se puede decir que la
sociología estudia la sociedad humana, los grupos humanos y las relaciones que
forma la sociedad.
f)
Periodismo. Actividad profesional que consiste en la obtención,
investigación, tratamiento y difusión de informaciones y análisis a través de
los medios de comunicación social como la prensa, radio, televisión, internet y
otros. El periodismo publica las cuestiones que los asesores políticos le
manifiestan y en esta cuestión hay múltiples periódicos y otros medios de
comunicación de clara tendencia hacia un partido político o persona.
g)
Sondeo de opinión. Medición estadística tomada a partir de encuestas
destinadas a conocer la opinión pública. Estas mediciones se realizan por medio
de muestreos que, usualmente, están diseñados para representar las opiniones de
una población, llevando a cabo una serie de preguntas. Se suelen llamar la
parte más importante de la Demoscopia y, según las preguntas, casi siempre
procuran que sean favorables al político para el que trabajan.
h)
Telegenia. Concepto que se enmarca dentro de la televisión y hace
referencia a la capacidad que tiene una persona para resultar atractiva y
lograr éxito ante el público. Son numerosas las cualidades que una persona debe
reunir en televisión para hablar de telegenia, y en sus logros intervienen
factores como: maquillaje; vestuario; colores, tanto de la vestimenta como del
entorno en el que se desenvuelven; luces del plató en que interviene; actitud,
que deberá ser natural de manera que se adapte a las expectativas de la
audiencia; gestos; tono de voz; dominación en la técnica del medio, es decir,
el control de monitor del estudio; lectura adecuada del teleapuntador; mirada
fija a la cámara; conocimiento de la jerga técnica y otras cuestiones que hagan
brillar al político como persona que resuelve todos los temas, conoce lo que
ocurre, sabe solucionar lo que se le presente e inspira confianza.
Los asesores políticos son propios
de las democracias occidentales, pero también existen en países menos
democráticos y más autoritarios. España, como país democrático que forma parte
de Occidente y que está integrada en numerosas instituciones internacionales,
hace uso de estos asesores políticos. Estos asesores no son elegidos por los
ciudadanos, sino que son nombrados por los políticos sin necesidad de superar
ninguna prueba u oposiciones. Según mis cálculos y basándome en la información
que aparece en redes sociales, nos encontramos con que en España existen 20.000
asesores políticos, de los cuales 2.000 dependen directamente del Presidente del
Gobierno. Estos asesores políticos suelen tener un salario medio de cincuenta
mil euros brutos anuales, si multiplicamos el número de asesores por su
salario, obtenemos una cifra con cargo al Estado español de mil millones de
euros anuales, o séase, tres millones de euros diarios. Estos asesores son de
una formación y estudios muy dispares, habiendo catedráticos, universitarios,
titulados de grado medio, personas no demasiado preparadas y que conforman una
especie de abejas alrededor de la abeja reina que es el político que los ha
nombrado a dedo y cuyo coste lo paga el Gobierno.
Igual que he hablado de los dos mil
asesores del Presidente del Gobierno, los 18.000 asesores restantes se asocian a
otros cargos como Ministros, Secretarios de Estado, Presidentes de Comunidades
Autónomas, Alcaldes, directores de empresas públicas y otros muchos cargos en
los que los asesores no están muy preparados, pero saben desenvolverse en
algunos temas del ejercicio de la política. Cuando desaparece el político de
turno cesan sus asesores y, normalmente, se les busca un trabajo en algún
organismo en el que el político tiene mucha influencia. Se ha dado el caso de
que estos asesores políticos han necesitado de ayudantes y han nombrado para
ello a sus familiares. Recuérdese el caso del político Alfonso Guerra González
(1940), que llegó a ser Vicepresidente del Gobierno con el PSOE en las
elecciones de octubre de 1982, en el que uno de sus asesores políticos fue su
propio hermano Juan, o el caso de los asesores políticos de la Excma.
Diputación Provincial de Ciudad Real, en abril de 2012, en el que la sección
sindical de Comisiones Obreras de esta Diputación presentó una demanda ante el
Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha que anuló los nombramientos
a dedo para puestos de confianza, con lo que la Diputación recolocó a seis
dirigentes del PSOE a los que las elecciones autonómicas y municipales había
dejado sin cargo público.
Añado a este artículo algunos datos numéricos, que sirven para interpretar la situación económica y social de España, por ejemplo:
- España tiene 47,2 millones de habitantes.
- La fuerza laboral en España es de 24 millones de trabajadores.
- De dicha fuerza laboral trabajan 21,2 millones de personas.
- Consecuentemente, el número de desempleados es de 2,7 millones de personas.
Los trabajadores asalariados en la Administración Pública en España se sitúan en la siguiente proporción:
- El Gobierno Central del Estado: 19%.
- Plantilla de personal de las Comunidades Autónomas: 60%.
- Plantilla de las entidades locales: 21%.
Todo ello sobre un número de
funcionarios de 3,5 millones. El anterior régimen dictatorial del General
Franco tenía un número de funcionarios de 700.000.
En cierto modo, muchos de estos
asesores políticos son sirvientes de un determinado político, al igual que en
el régimen franquista existían los soldados que servían en tareas domésticas y
personales a generales, jefes, oficiales y suboficiales del Ejército Español.
Estos soldados no eran retribuidos.
Estimado lector, juzgue estas cifras y sus circunstancias.
Vicente Llopis Pastor
25 de octubre de 2023
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