Tal vez me exceda en este artículo, ya que no es común que
el vocablo “inmolación” sea utilizado, pues es de una enorme dureza expresiva.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, entre otros vocablos, lo
define como: “Dar algo preciado a cambio de una satisfacción”. Suele ser
sinónimo de sacrificar, entregar, dar, trocar, cambiar y otros. Mi concepción
global de la palabra “inmolación” sería la obtención de algún privilegio que le
concede, a cambio de nada, quien tiene el poder para ello. Estudiando esta idea
observo que se utiliza con cierta frecuencia en la política española, sobre
todo desde que España se ha transformado, según el Presidente Pedro Sánchez
Pérez-Castejón (1972), en una “nación de nacionalidades”.
Para mí la
inmolación no solo es una persona individual la que se sacrifica o se intenta
sacrificar, como fue el caso de Isaac por Abraham, sino que puede ser todo un
colectivo o grupo que conforma un determinado país. Incluso puede ser la satisfacción
recibida por el perceptor, que le resulta favorable en un congreso o convención,
y que le concede el privilegio sin ninguna contradicción.
Si pasamos
“a uña de caballo” lo que ha sido la política española en los últimos seis
años, gobernada mediante Reales Decretos y sin contar con el Congreso de
Diputados; incremento de las competencias de las Comunidades Autónomas; reforma
del Código Penal en favor de algunos grupos que se han manifestado en contra
del Estado español; la capacidad de las Comunidades Autónomas para dictar leyes
y otras fórmulas que superan la ya alta soberanía de las Comunidades Autónomas
que, en algunas ocasiones, se encuentran por encima de los dictados del
Gobierno Central y de la propia Constitución de 1978.
España
está gobernada de forma asimétrica, falta de uniformidad y sin un fin homogéneo
y se generan fórmulas contradictorias entre dichas Comunidades Autónomas en lo
relativo a impuestos, legislación, administración, gestión y todos los
componentes que se incluyen en la “política”, y así no nos extrañe que haya
llegado la inmolación de los órganos vitales del funcionamiento de nuestro
país, de su régimen monárquico y de la Constitución de 1978 que se desliza por
un camino que no tiene retorno.
Se ha
llegado a tal extremo que, en múltiples reuniones que tratan sobre el tema del
“Estado español”, ni siquiera aparecen algunas Comunidades Autónomas,l porque
entienden que el Estado español no existe y que la primera autoridad de dicha
Comunidad es el Presidente de la misma, avalado por las Cámaras legislativas de
estas pequeñas Comunidades Autónomas y que no hacen otra cosa que echar leña al
fuego que, al paso que vamos, puede dar lugar a una explosión no deseada.
España, de una u otra forma, ha tenido que bregar para su existencia, teniendo
que luchar contra enemigos internos y externos. Nuestro país llegó a ser una
potencia internacional y, actualmente, somos muy poca cosa en el concierto
internacional de las naciones.
Para
muchos seres humanos que han pasado a mejor vida y han sido próceres de la
política española, la energía vital de nuestro país es como un hospital en el que sus
profesionales dan a entender que España se transformará en un “Exitus”, o mejor
“Exitus letal”, que viene del latín y significa “salida”. Por favor, no la
confunda con “éxito”, que es el resultado feliz de una acción, actuación,
negocio, deporte, etcétera.
Para
complementar el contenido de este artículo me permito parafrasear expresiones
que he leído en la prensa española y que, aproximadamente, dicen: “la votación
de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) salvados por BILDU y ERC”;
“Otegui se jacta de ser la muleta de Sánchez y amenaza con su plan
independentista”; etcétera.
En el
momento en que estoy redactando este artículo, no conozco quién va a ser el
Presidente del Gobierno español, pero por las concesiones del actual
Presidente, me parece una inmolación política de nuestro país, dentro de la
cual se encuentran los herederos de ETA-Batasuna, que quieren la expulsión de
la Guardia Civil de Navarra, el desarme total del Código Penal, el servicio de
los planes de futuro del independentismo y muchas otras trascendentes
cuestiones en las que ninguno de los músculos de la cara de los diputadas se
haya movido en contra de este “Exitus letal”.
Vicente Llopis Pastor
15 de agosto de 2023
PD. Como suele ser
habitual, y con motivo de las vacaciones de verano, estaré dos semanas sin
escribir en este blog, reanudándose las publicaciones a primeros de septiembre.
Vicente
Llopis Pastor
15
de agosto de 2023
No deje de escribir
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