Estimado
lector, siguiendo la costumbre de cada lunes, incluyo una nueva colección de cinco
anécdotas sobre famosos personajes de la historia, por ejemplo:
981) Sir Winston
Leonard Spencer Churchill (1874-1965), político, militar, escritor y estadista
británico.
Winston Leonard Spencer Churchill
(1874-1965), Primer Ministro de Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial
en la que venció a la Alemania Nazi con la ayuda de los estadounidenses y con
su famosa frase “sangre, sudor, lágrimas y fatiga”, contaba el conflicto que
tuvo en el colegio con el profesor de latín, el primer día de clase. El maestro
les explicaba la declinación de “mensa, mensae” y, después de las palabras en
latín, les daba el significado en inglés.
- “Mensa, mesa;
mensae, de la mesa; mensa, a la mesa…”.
Al llegar aquí Churchill le
interrumpió diciéndole:
- “¿A la mesa? ¿Qué significa esto de “a la mesa”?”.
El maestro le dijo:
- “Pues significa que uno se dirige a una mesa, que uno
habla a la mesa…”.
- “Yo no he hablado nunca con ninguna mesa”, dijo
Churchill.
El maestro le increpó:
- “Esto que dice es una impertinencia, y si no se calla
le castigaré”.
Y Churchill terminaba su
explicación:
- “Yo decía la verdad, porque las mesas las uso para
muchas cosas, pero nunca he hablado con una”.
Churchill fue Premio Nobel de
Literatura en el año 1953.
982) Gengis Kan
(1162-1227), guerrero y conquistador mongol que unificó el vasto Imperio de
Mongolia.
El guerrero y
conquistado mongol, Gengis Kan (1162-1227), fue el fundador del Imperio Mongol
y el unificador de Mongolia. La mayoría de los historiadores considera que fue
el más extraordinario personaje de la Historia. Toda Asia, incluyendo China,
Mongolia, Siberia, Eurasia y otras tierras estuvieron bajo su dominio. Una
anécdota explica mejor que nada su manera de ser. Su nombre era Gengis, y Kan
su título de soberano, equivalente a Jefe Supremo. Quedó huérfano a los diez
años. Su primera juventud no fue triunfal. Pero consiguió imponerse, dominar y
crear un grandioso ejército, del que se podría decir que estaba compuesto de
bandidos, y se dedicaba a destruir y aniquilar a sus enemigos y apoderarse así
de casi todo el mundo asiático.
Venció a sus
enemigos mongoles y fue reconocido como Gran Kan del país; derrotó a las tribus
de Manchuria; dominó todo el Norte de China y llegó a ocupar Pekín. Hacia el
Oeste se apoderó de Afganistán, de gran parte del actual Irán y hasta de
extensas regiones de la Rusia actual. Cuando sus tropas se apoderaban de una
ciudad, pasaban a cuchillo a los hombres y se llevaban a las mujeres y los
niños. Y parte de los conquistadores se quedaban en la ciudad, se establecían
allí con sus mujeres y sus hijos y así se extendía el poderío mongol.
Gengis Kan tenía
cuatro hijos. Se cuenta la anécdota de que un día los reunió y les preguntó:
- “¿Cuál os parece que es la mayor belleza que puede
gozar un hombre en este mundo?”.
Uno de los hijos
le dijo que la caza, otro que lanzarse a caballo a toda velocidad, otro que
poseer mujeres bellas y el último que vencer al enemigo.
Gengis Kan les
dijo:
- “Ninguno de los cuatro sabe toda la verdad. Y yo,
vuestro padre, os la voy a decir. La mayor belleza que un hombre puede gozar en
este mundo es luchar con los enemigos, echárseles encima, vencerlos y matarlos
a todos; entrar en las ciudades vencidas, saquearlo y destruirlo todo, oír los
gritos de los vencidos, ver llorar a las mujeres de los muertos, echarse sobre
ellas y sobre sus hijas y dejar en todas partes un rastro de dolor, de
desolación y de muerte”.
Gengis Kan murió
en plena guerra, una guerra que sus hijos acabaron, con la mayor devastación
del vencido y la destrucción total de una ciudad, todo por respeto a la memoria
del padre muerto.
Y lo malo para la ciudad de Mongolia
fue que Gengis Kan, mal político como casi todos los guerreros, dividió su
Imperio entre sus cuatro hijos, que, menos fuertes que su padre, fueron
vencidos por sus enemigos y quedó destruido así el Imperio.
Su imperio está considerado como el
más grande de la Historia. Está considerado por muchos especialistas como el
hombre más extraordinario que ha existido en la Historia. Unificó las tribus
nómadas de esta etnia. Se calcula que un treintaicinco por ciento de los
actuales mongoles son descendientes de Gengis Kan.
983) William
Somerset Maugham (1874-1965), escritor británico, autor de novelas, ensayos,
cuentos y obras de teatro.
William Somerset Maugham
(1874-1965), escritor británico, autor de novelas, ensayos, cuentos y obras de
teatro. Escribió su “Carnet de un escritor” refiriéndose a sí mismo, donde
cuenta algunas anécdotas de su vida. Decía que muchas cosas son más importantes
que el dinero. Pero todas son tales que hace falta mucho dinero para
conseguirlas. Parece ser que poco tiempo antes de morir, hizo pública una cláusula
de su testamento en la que rogaba a todos los que tenían cartas escritas por él
que las destruyeran. Lo pedía para evitar que fuesen a parar a manos de
coleccionistas. Se apoyaba en este razonamiento:
- “Una carta sólo tiene sentido para quien la escribe y
para quien la recibe, e incluso para ambos sólo tiene auténtico sentido en el
momento en que se escribe y se recibe, después ya no”.
Somerset Maugham tuvo mucho éxito
durante la década de los años treinta del pasado siglo, y fue considerado como
el escritor más popular y mejor pagado del mundo.
984) Antonio
Cánovas del Castillo (1828-1897), político e historiador español.
Antonio Cánovas del Castillo
(1828-1897) fue un destacado político, sobre todo en el reinado de Alfonso XII
(1857-1885), durante la regencia de su esposa, María Cristina de
Habsburgo-Lorena (1858-1929), esposa de Alfonso XII y madre de Alfonso XIII
(1886-1941). Murió asesinado por un anarquista llamado Angiolillo. Tenía cierta
fama de ser hombre galante con las mujeres, cosa a la vez de buen político y de
buen español.
Fue un gran orador, de una
elocuencia arrebatadora. Y una vez que le preguntaban cuáles eran las mejores
cualidades de un orador dijo:
- “Un buen orador debe, ante todo, tener el don de
imponer el silencio”.
Y añadía:
- “El silencio somete mil voces distintas a una sola y
mil ideas dispares a una sola inteligencia”.
Y lo cierto es que, cuando él
hablaba, se hacía en la sala el más profundo silencio. Y gracias a esto
dominaba siempre a sus oyentes. Cánovas redactó el “Manifiesto de Manzanares”,
publicado al inicio del Bienio Progresista. Junto con Práxedes Mateo Sagasta y
Escolar (1825-1903) dominaron la política española en la segunda mitad del
siglo XIX.
985) Práxedes
Mateo Sagasta y Escolar (1825-1903), ingeniero de caminos, canales y puertos,
masón y político español.
Práxedes Mateo Sagasta y Escolar
(1825-1903), ingeniero de caminos, canales y puertos, masón y político español.
Miembro del “Partido Liberal”. Junto al anterior Antonio Cánovas del Castillo,
fue una de las más grandes figuras políticas españolas de la segunda mitad del
siglo XIX.
Cuentan
de Sagasta que en una de sus entrevistas con la Reina Regente María Cristina,
éste llevaba una banda de seda distinta de las usuales. Intrigada, la Reina le
preguntó:
- “Dime, ¿de qué es esta banda?”.
Sagasta
le contestó:
- “Pues… no lo sé exactamente. Es cosa de mi hija; ella
guarda las bandas y condecoraciones y me da las que me he de poner. Ella lo
sabe”.
La
Reina no insistió. Al llegar a su casa, Sagasta se dio cuenta de que llevaba la
banda al revés y de que en la parte derecha había esta curiosa inscripción:
“Primer Premio de Declamación para la Señorita Esperanza Sagasta”.
Estimado lector, habrá cinco nuevas anécdotas el próximo
lunes.
Un afectuoso saludo. Continuará…
Vicente Llopis Pastor
24 de julio de 2023
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