Como he dicho en otras
ocasiones, España ha tenido excelentes economistas a lo largo de los últimos
seiscientos años, desde la llamada Escuela de Salamanca, en el siglo XV, hasta
el actual siglo XXI. En algunos casos han sido catedráticos, profesores universitarios,
investigadores y estudiosos de la Ciencia Económica, junto a ellos ha habido
economistas que han participado en el Gobierno y han tomado decisiones para un
mayor crecimiento y desarrollo económico de nuestro país. Todos ellos son
dignos de comentar, como he hecho hasta ahora. Pero también voy a incorporar a
algunos economistas catalanes, mallorquines e, incluso, valencianos, que
hablaban, se expresaban y escribían en idioma catalán y sus derivaciones.
Generalmente se trataba de economistas que estudiaban la economía de su
entorno, según la región en que habían nacido, y muchos de ellos fueron muy
brillantes, pero también defendían su territorio y se enfrentaban o escribían
en contra de la economía española en general o de aspectos parciales de nuestro
país.
Tal es el caso del
mallorquín Jaume Alzina i Caules, nacido en Mahón, Menorca, en las Islas
Baleares, en 1899, y fallecido en Barcelona en 1980. Fue un destacado
economista y demógrafo. El vocablo “economista” es muy usado actualmente, pero
en la época de Jaume Alzina i Caules no era frecuente dicha denominación, que
en el caso de España, se les llamaba arbitristas, e incluso, aritméticos
políticos o cameralistas en algunos otros países, por lo que suponían de
consultas e informes que les solicitaban los gobiernos de cada país.
Jaume Alzina i Caules
estudió en la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de Barcelona, que había
sido fundada por la Mancomunidad de Cataluña. Esta Escuela, junto a la de Altos
Estudios Mercantiles de Madrid, egresaba la titularidad de Intendente
Mercantil, equiparable hace cien años a lo que hoy es un Licenciado en Ciencias
Económicas y Empresariales, que les habilita para incorporarse a un Ilustre
Colegio Oficial de Economistas, que abundan en toda España, y que tienen su
Estatuto profesional publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 28 de
abril de 1977. Hay que señalar que la Escuela de Altos Estudios Mercantiles de
Barcelona fue fundada por la Mancomunidad de Cataluña en virtud del Estatuto de
Cataluña que fue aprobado por la Segunda República Española y que comenzó su
ligera autonomía en el año 1932. También estudió en la Facultad de Derecho de
la Universidad Autónoma de Barcelona, igualmente creada en 1933 por la
Generalitat de Catalunya.
En su vida profesional
destacó como economista y también como demógrafo. La Demografía se considera
una ciencia auxiliar de la Economía Política que inició en su momento Thomas
Robert Malthus (1766-1834), el llamado “monje negro de la Economía”, ya que era
religioso y su pensamiento económico se fundamentaba en que la población crecía
en progresión geométrica, mientras que los recursos naturales y otros servicios
para alimentar a los ciudadanos crecían en progresión aritmética, con lo cual,
llegaría un momento en que un exceso de población traería el desastre para el
sistema económico. Actualmente se están volviendo a reforzar las ideas de
Thomas Robert Malthus, y es muy frecuente que cualquier decisión económica esté
ligada al número de habitantes, la densidad de población y otros asuntos que
nos ofrece la Demografía, séase tasas de nupcialidad, baja natalidad e
incremento de los fallecimientos que superan frecuentemente a los nacimientos.
Jaume Alzina i Caules
comenzó trabajando en la prestigiosa revista “Economía i Finances”, que dirigió
de enero a julio de 1936 y que se publicaba en catalán. Junto a ello, desde
1926 a 1932 fue administrador de varias fundaciones culturales patrocinadas por
Francesc Cambó (1876-1947), creador del famosísimo arancel Cambó del que he
escrito en otras ocasiones y que sirvió para que tejidos, hilaturas y otros
productos importados del extranjero pagaran un altísimo arancel, con lo que se
creó una industria de tejidos, mantas, sábanas y otros productos que hicieron
ricos a los burgueses de Cataluña y fortaleció su clase media; de esta última
han surgido las ideas de la separación de Cataluña de España a partir de las
aportaciones de intelectuales catalanes junto con mallorquines y algunos
valencianos que muestran su escepticismo respecto a la valía de España. Entre
otras fundaciones participó en la Fundació Bernat Metge creada en 1922 por
Frances Cambó, la cual todavía existe y que está dedicada expresamente a la
traducción al catalán de los clásicos griegos y latinos y está enfocada a los
llamados Països Catalans.
Fue Jefe del Servicio de
Estudios Económicos de la Generalitat de Catalunya, desde 1932 hasta 1934; Jefe
del Servicio Central de Estadística, de 1936 a 1938; y miembro de la Comisión
Mixta de Traspaso de Servicios del Estado a la Generalitat Catalana, de 1932 a
1934.
Su obra y la razón de
ser de su participación en instituciones y organismos estaba orientada hacia la
independencia de Cataluña y él generalizó algunos conceptos o cualidades que
todavía se manejan por la ciudadanía catalana y que atacan las políticas del
Estado español, a quien llaman “Madrid” en lugar de decir “el Gobierno
español”. Su obra “L’economía de la Catalunya Autònoma” (1933) es fundamental
para conocer las negociaciones del Estatuto Catalán de 1932 y constituye un
análisis minucioso sobre las necesidades financieras de Cataluña. Alzina
demostraba, a su manera, que a través del sistema de financiación aprobado por
las Cortes Constituyentes durante la Segunda República Española, resultaba que
Cataluña aportaba al erario público, por varios conceptos, mucho más de lo que
recuperaba por la vía del gasto público estatal. Concretamente, en 1930,
Cataluña ingresaba al Estado un 18,8% suministrado por los contribuyentes
catalanes, frente al 5,5% del gasto total del Estado realizado en Cataluña, y
concluía en su libro con un ambicioso programa de política económica para la
nueva Cataluña autónoma.
Después del bienio negro
de 1934 a 1935, llamado así por comunistas, separatistas y anarquistas porque
gobernaba la República la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) y
la izquierda se manifestó mediante una huelga general revolucionaria con armas
que provocó los sucesos de Asturias y León que hubieron de ser sofocados por el
Gobierno español mediante su ejército en el que participaron los legionarios
que estaban ubicados en África. Esta expresión de que el Estado español se
aprovechaba de Cataluña, según las cifras anteriores calculadas por Alzina i
Caules, es muy discutible, y desde luego, según mi punto de vista, no fue así.
Realmente Cataluña se aprovechó de los aranceles, ayudas y soberanía que le
facilitó el Estado español. A mí me duele el libro que publicó Jaume Alzina i
Caules titulado “Pressupostos de les corporacions públiques” (1936) donde
analizaba por departamentos la evolución de los Presupuestos Generales del
Estado y, a partir del capítulo XVII, de un total de veintisiete, los
presupuestos de la Generalitat de Catalunya, las Diputaciones Provinciales y
los municipios eran coartados por el Estado español. Durante la Guerra Civil
Española aparecieron estudios demográficos que dirigió Alzina desde el Servei
Central d’Estadística y diversas publicaciones sobre los presupuestos
municipales de Cataluña. El leitmotiv de sus publicaciones era atacar a España
y defender a Cataluña como un territorio superior política y económicamente al
resto del país.
Ante el cariz que iba
tomando la Guerra Civil Española, a mediados de 1938 se exilió a París con su
familia, donde trabajó al servicio del supercatalanista Francesc Cambó y
colaboró con el economista francés Charles Rist (1874-1955). En 1942 regresó
del exilio intentando reanudar sus investigaciones en la institución “Fomento del
Trabajo Nacional”, actualmente llamado “Foment del Treball Nacional”, donde se
encargó de sus publicaciones periódicas y, entre 1955 y 1971, en la delegación
en Barcelona del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, protegido por
el Catedrático de Economía Pere Gual Villalbí (1885-1968), que llegó a ser Ministro
sin cartera y Presidente del Consejo de Economía Nacional. Colaboró en los “Cuadernos
de Información Económica y Sociológica”, donde publicó, en los número anuales
de 1955 a 1957, un estudio demográfico fundamental titulado “Investigación
analítica sobre el movimiento poblacional de Cataluña”.
En 1963 comenzó a
trabajar en el Instituto Español de Estudios Mediterráneos. Fue miembro de la
Ponencia Regional del Plan de Desarrollo Económico y Social, de 1967 a 1972, y
Secretario Ejecutivo de dicho Consejo entre 1966 a 1968, cargo del que dimitió
al oponerse al proyecto franquista de agregar parte de la provincia de Lérida a
Aragón y a la incorporación de la provincia de Alicante a la nueva región que
debía llamarse Sureste, junto a Murcia y Almería. Colaboró en “Economía i
Finances”; “Diari Mercantil”; “Industria Catalana”; “Organització”, “La
Publicitat”; “Catalunya Municipal” y,
después de la Guerra Civil Española, colaboró en “Cuadernos de Información Económica
y Sociológica”, convertidos actualmente en “Cuadernos de Información Económica”
e “Información Comercial Española”, esta última la más sólida y muy leída por
los economistas y que durante un tiempo dirigió Enrique Fuentes Quintana
(1924-2007). También escribió sobre temas económicos en el periódico “La
Vanguardia” de Barcelona y en la revista “Canigó”.
Me permito resumir la
trayectoria del economista español Jaume Alzina i Caules diciendo que fue un
gran estudioso de la Economía, hizo uso de la Demografía para explicar algunos
conceptos aplicables a nuestra Ciencia y, sobre todo, fue un catalanista del
que su horizonte nunca salió de los límites de Cataluña y aportó lo que pudo
para la independencia de Cataluña del Estado español. Más que un economista
español debería haber dicho que fue un economista catalán.
Vicente
Llopis Pastor
23 de junio
de 2023
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