La Historia de España es
una epopeya sentimental y artística, creadora e intuitiva, una síntesis de
continuidad y tradición. Madre de príncipes, de gobernantes y de pueblos, de
los soldados más valientes, de insignes oradores, de ilustres poetas y
narradores, de grandes inventores y científicos, el Imperio Español ha sido el
más extenso e integrador de la Historia. Los rasgos que definen los momentos
estelares de España son el valor, la inteligencia, el honor y la gloria
vinculados a la trascendencia y reconocimiento que desde antiguo,
sucesivamente, en todas las épocas, ha sido patente.
Hoy me voy a referir a
uno de los momentos españoles de gran trascendencia, asu criterio y también a recobrar
la memoria de lo que han aportado las anteriores generaciones de España.
Concretamente el llamado “ARTE CHURRIGUERESCO”.
ARTE CHURRIGUERESCO
El término
churrigueresco se aplica a un estilo arquitectónico y decorativo muy difundido
en España a finales del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII. Deriva del
apellido Churriguera, correspondiente a una familia de arquitectos y escultores
barrocos que desarrollaron trabajos de abigarrada ornamentación. El expresivo
decorado adorna habitualmente la fachada principal del edificio donde florece. Por
extensión, el término se ha utilizado para referirse al barroco superior del
primer tercio del siglo XVIII, sobre todo en los retablos.
Puede atribuirse el
origen del estilo al retablo de la iglesia del convento de San Esteban, en
Salamanca, obra de José Benito de Churriguera (1665-1725). El iniciador de la
saga de los Churriguera fue José Simón de Churriguera (¿?-1682), maestro de
tallas y retablos, que continuaron sus hijos José Benito, Joaquín (1674-1724) y
Alberto (1676-1750).
De estos escultores
destacamos sus siguientes obras:
José Benito Churriguera.
Creador del tipo de retablo más característico del barroco castellano, donde
impone el orden único y la columna salomónica. Su obra más conocida es el
retablo del convento de San Esteban. Otros trabajos de gran belleza son la fachada
del palacio de la calle Alcalá de Madrid, que en la actualidad es la Academia
de Bellas Artes de San Fernando.
Joaquín Churriguera. Se
trasladó a Salamanca junto a su hermano José Benito. En esta capital desarrolló
su actividad artística, siendo sus obras principales la Hospedería del Colegio
de Anaya, el Colegio de Calatrava, con elementos decorativos de inspiración
renacentista y barroca, y la cúpula de la catedral nueva de Salamanca.
Alberto de Churriguera. Hermano de
los anteriores. Su obra más importante es la Plaza Mayor de Salamanca, de
planta cuadrada y edificios de cuatro pisos: el primero corresponde a los
soportales mientras que en los citados otros aparecen ventanales precedidos de
balconadas y una balaustrada rematada con pináculos que cierra el espacio
superior de toda la plaza.
Continuadores de la familia
Churriguera, y por ende titulados por el estilo churrigueresco, fueron los
arquitectos y escultores Andrés García de Quiñones (1709-1784), que terminó la
Plaza Mayor de Salamanca y las Casas Consistoriales, así como fue el autor de
las portadas del convento salmantino de las Úrsulas y de las torres, la
espadaña y varios retablos de La Clerecía, también en Salamanca. Otro
continuador fue Narciso Tomé (1690-1742), autor del Transparente de la catedral
de Toledo. Francisco Hurtado Izquierdo (1669-1725), autor de las sacristías de
la Cartuja de Granada en el Real Monasterio de Nuestra Señora de la Asunción de
la Cartuja y de El Paular, en el Real Monasterio de Santa María de El Paular,
en Rascafría.
El churrigueresco, como un estilo
arquitectónico único en el mundo, se difundió en España en la época en la que
dominaba el barroco y llegó hasta el Nuevo Mundo, en diversos edificios
construidos en los Virreinatos de Perú y Nueva España, en donde se les conoce
como barroco anticlásico.
El término churrigueresco no
solamente se utiliza para el barroco con estípite sino a muchas obras y todas o
casi todas con pilastras comunes muy ornamentadas que corresponden, en España,
de 1689 a 1730, y en México, de 1725 a 1780, más o menos, ya que uno solo es el
sentido de voluntad de forma que preside esas obras. El estilo churrigueresco
se manifiesta en retablos, fachadas, plazas mayores, foros, catedrales,
ermitas, seminarios, palacios y otras edificaciones, fundamentalmente en
España, con más de veinte obras; en México con más de doce y en Perú con más de
diez obras, muchas de ellas construidas en la capital, Lima, durante el siglo
XVI, y una serie de catedrales o iglesias mayores.
Este estilo nacido en España se
difundió por todo el mundo y todavía se observan los detalles, ornamentación,
sentido de la obra, influencia del cristianismo y otras características menores
que califican a España como el país con más edificios, retablos, palacios y
catedrales de mayor belleza mundial.
España ha despuntado en todo tipo de
arte y arquitectura, y el estilo churrigueresco es una muestra de ello.
Amémoslo.
Vicente Llopis Pastor
28 de abril de 2023
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