Lo de “economista español” es correcto, porque nació y vivió en nuestro
país y tiene interesantes aportaciones a la Ciencia Económica. Pero quienes
convivieron con él les vendría mejor llamarle “economista catalán”, ya que su
obra es una defensa política, militar y económica de Cataluña frente a la
Monarquía Hispánica. Fue brillante en muchas cuestiones económicas, pero no
aceptó con agrado la pertenencia de Cataluña a España.
Será recordado por
múltiples casos de cierta aversión a nuestro país. Realmente, el nombre de su
obra cumbre fue titulado “Anales de Cataluña”, en la que dictamina sobre lo que
ha de hacer Cataluña e ignora cualquier otro tema económico referido a España y
es una especie de ideología política catalana.
A Narciso Feliu de la
Peña se le cita actualmente como Narcís Feliu de la Penya (1640-1717), nacido y
fallecido en Barcelona. Fue un abogado, economista, publicista e historiador.
Manejó el arancel de los productos que venían de fuera de España elevándolos a
las más altas cotas posibles, sobre todo en la industria textil, pero también en
otros epígrafes y la producción en Cataluña no pagaba arancel en el resto de
España, con lo cual sentó las bases de un crecimiento algo artificial y
desigual de la industria catalana, ya que los textiles que venían de
Inglaterra, India y otros países extranjeros, hacían imposible su venta en
España, lo que le permitió una industrialización catalana que desembocó en un
enriquecimiento de Cataluña frente al resto de España. De allí surge la
consideración de que Cataluña era más rica que el resto de nuestro país y que
sirvió para acuñar el que Cataluña era superior en todos los sentidos a España.
Tema agudizado
posteriormente y que ha llegado casi a los tiempos actuales con políticos y
economistas catalanes que defendieron sus productos textiles, de relativa
calidad, frente a los que provenían del resto del mundo, fundamentalmente del
Sureste Asiático. Esta política está muy identificada con la Administración
catalana y, junto con Feliu de la Peña, podemos unirla a lo que posteriormente
supuso el arancel Cambó, denominado así porque fue una creación del ministro
Francisco Cambó y Batlle (1876-1947) que favorecía enormemente a los productos
catalanes. Hoy en día, los temas arancelarios referidos a Cataluña no tienen
actualidad, pero el Gobierno en vigor, que en parte está apoyado por partidos
políticos catalanes, manifiesta cierta preferencia a la hora de distribuir
dinero y finanzas que, en muchas ocasiones, proceden de Europa.
Actualmente, tanto el
Gobierno Central como la Comunidad de Cataluña meten sus dedos en los ojos del
resto de Comunidades Autónomas españolas, y los catalanes vienen a decir que
son quienes sostienen a nuestro país. Flaco favor hacen en esta idea sobre
España, ya que no es cierto. Sin embargo, fuera de nuestras fronteras Cataluña
ha sabido actuar diplomática e informativamente trasladando a los países
extranjeros la idea de que Cataluña tiene razón y si no fuera por ella España
prácticamente sería nada.
Yo me rebelo contra
ello, y a poco que profundicemos en esta mascarada, resulta que es todo lo
contrario, ya que si Cataluña ha llegado a ser una Comunidad Autónoma
floreciente lo ha sido gracias a la permisividad del Gobierno español, tanto en
los tiempos actuales del sistema democrático español como en la dictadura
anterior, la cual hizo numerosas aportaciones en la industria automovilística y
del sector secundario que hizo destacar a Cataluña sobre el resto de España y
que provocó una huida hacia Cataluña de los españoles de la Meseta Central y
otros lugares, dejando de cultivar las tierras para ir a trabajar por turnos, y
muy controlados, a las fábricas y talleres de Cataluña, fundamentalmente en
Barcelona; incluso la compañía automovilística SEAT se instaló en Martorell
(Barcelona).
También es conveniente
conocer que Cataluña jamás ha sido un reino y tan solo llegó a ser un Condado
perteneciente al Reino de Aragón, a pesar de lo cual hay editados numerosos
libros sobre la Historia de Cataluña cuyos contenidos pretenden demostrar su
superioridad sobre el resto del país.
Respecto al pensamiento
y aportaciones de Narciso Feliu de la Peña a la Ciencia Económica hay que
destacar que fue un abogado, economista, publicista e historiador que se hizo
famoso por su defensa del proteccionismo y de la simplificación fiscal.
Participó en la fundación de la Compañía Textil Santacruz en 1690 y representó
a Cataluña en la Junta Central de Comercio. Durante la Guerra de Sucesión, a la
muerte sin hijos de Carlos II de Austria “El Hechizado” (1661-1700), Feliu
apoyó al Archiduque Carlos de Austria, lo cual significaba su contrariedad
frente a los Borbones, que fueron quienes ganaron la guerra de sucesión y que
Feliu plasmó a su manera en la citada obra “Anales de Cataluña” y en otras más.
Estudió Derecho en
Barcelona, donde también se doctoró y, a partir de ese momento, pasó a ser uno
de los abogados más importantes de los gremios relacionados con la industria
textil.
Los cuatro gremios
textiles más importantes de Barcelona, los pelaires, terciopeleros, veleros y
sombreros, le encargaron a Feliu de la Peña la redacción de una proclama
proteccionista, titulada “Político discurso”, en 1681, en la que Feliu de la
Peña achacaba los problemas económicos que sufría España a la excesiva
dependencia de las manufacturas extranjeras. Para salir de la crisis solicitaba
la prohibición de la entrada de productos extranjeros y la exportación de
materias primas, y una reforma fiscal que conllevase la unificación de
impuestos. Dicho en castizo, manejar el arancel a su criterio y caiga quien
caiga, en este caso, España.
Entre otras obras,
publicó una titulada “Fénix de Cataluña”, dedicada al Rey Carlos II “El
Hechizado”, y redactada en colaboración con el comerciante de lienzos catalán
Martí Piles. Fue considerado como el manifiesto del resurgir económico catalán y
recogía el proyecto de establecimiento de una compañía que tomaría el nombre
Compañía Provincial del Comercio y que se financiaría mediante aportaciones
idénticas de sesenta directores y fundadores, la emisión de acciones y el bajo
endeudamiento. Con ello defendía el comercio catalán con América y la petición
de dos buques anuales de comercio entre Cataluña y América.
Como curiosidad hay que
incluir que, en el año 1681, con el nombre de Phesio Mayo, anagrama del
impresor Josep Moià, publicó “Ramellet de tintures”, un manual de técnicas
sobre tintes. En la guerra de sucesión se manifestó austracista y
antiborbónico, ya que su programa económico iba dirigido contra la política de
dominio comercial francés; Feliu tomó partido en favor del Archiduque Carlos de
Austria (1685-1740) y en contra de Felipe V (1683-1746). El cargo de secretario
ofrecido por el Archiduque Carlos, que podría haber gobernado España con el
título de Carlos III, fue rechazado por Feliu y al año siguiente fue nombrado
Abogado Real en las Cortes de Barcelona en las que se aprobaron algunas de sus
medidas, entre las cuales sobresale la creación de una Compañía Náutica
Mercantil y Universal que no llegó a constituirse. El Archiduque Carlos le
nombró Comendador de la Orden de Santiago.
Ésta es, a grandes
rasgos, la vida y obra de Narciso Feliu de la Peña, abogado y muy ilustrado en
lo que ahora llamamos Ciencia Económica, sobre todo en la industrialización y
desarrollo económico, pero se decantó más por Cataluña y no me consta que
defendiera a España como nación de gran potencia ni aportara alguna idea para
su mejora. Su obra se encardina totalmente con Cataluña.
Vicente
Llopis Pastor
30 de abril
de 2023
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