ECONOMISTAS ESPAÑOLES: JUAN DE MARIANA (1536-1624), JESUITA, TEÓLOGO, ECONOMISTA E HISTORIADOR ESPAÑOL
Juan de
Mariana nació en Talavera de la Reina el 25 de septiembre de 1536, falleciendo
en Toledo el 17 de febrero de 1624. Fue un jesuita, teólogo, economista e
historiador español. Junto con Baltasar Gracián (1601-1658); Pedro de
Ribadeneira (1526-1611); Juan Eusebio Nierenberg (1595-1658) y Francisco Suárez
(1548-1617) configuraron un ejemplo muy representativo de los escritores e intelectuales
españoles de la Compañía de Jesús durante el Siglo de Oro.
Fue hijo
natural de Bernardina Rodríguez y de Juan Martínez de Mariana, Dean de la
Colegiata de Talavera de la Reina. Hay que tener en cuenta que aún no se había
celebrado el Concilio de Trento, cuyo resultado fue, entre otros, consagrar el
celibato de los sacerdotes. A los diecisiete años marchó a estudiar Artes y
Teología en Alcalá de Henares, en una atmósfera saturada de Humanismo. El mismo
día de su matrícula, entró en el noviciado de la Compañía de Jesús, junto con
Luis de Molina (1535-1600), sacerdote jesuita español, teólogo y jurista. Allí
estuvo bajo la tutela de San Francisco de Borja (1510-1572) y profesó en 1554
en Simancas. Acabó su formación sacerdotal en el colegio jesuita de Roma,
donde, a partir de 1561, fue uno de sus mejores profesores, contando, entre sus
alumnos, al futuro Cardenal Belarmino (1542-1621). Estuvo ocho años fuera de
España, estudiando y dando clases en Italia y en la Universidad de La Sorbona
de París. Su estancia en Francia coincidió con la conocida “matanza de San
Bartolomé” de 1572, en la que fueron asesinados numerosos hugonotes, estos
últimos son los protestantes que en Francia se denominaban con este nombre.
Regresó a España en 1574 y se instaló en el colegio de la Compañía de
Jesús, en Toledo, y en ese semirretiro se consagró a la redacción de numerosos
libros. En 1578 recibió el encargo de informar sobre la presunta heterodoxia de
los ocho volúmenes de la políglota “Biblia
Regia”. Llevó a cabo múltiples investigaciones sobre temas teológicos,
sacramentales y de la historia de España. Entre los más conocidos se encuentra
“Manual para la administración de los sacramentos” (1582); “Índice
expurgatorio” (1584); “Historiae de rebus Hispaniae libri XXX”, treinta libros
publicados desde 1592 a 1605 y traducida al español con el título “Historia
general de España” (1601), la obra abarca hasta la muerte de Fernando El
Católico (1452-1516) porque, según sus palabras, “no me atreví a pasar más
adelante y relatar las cosas más modernas, por no lastimar a algunos si decía
la verdad, ni faltar al deber si la disimulaba”. Sus obras e investigaciones
fundamentales se refieren a la historia de España, la interpretación de la
Biblia y a otros encargos que recibía de los jesuitas o de ciertos
intelectuales. Entre los temas políticos destacaría su obra “De rege et regis
institutioni” (1599) y sus investigaciones y publicaciones todavía se estudian
en centros universitarios españoles y extranjeros de la actualidad.
De menor importancia fueron las fricciones con su Orden, en su “Discurso
de las cosas de la Compañía”, que le supuso la animadversión de las jerarquías
de ésta. Hombre muy ocupado, hizo una edición de San Isidoro de Sevilla
(560-636) y trabajó además en obras de filología oriental y como predicador,
censor de exégesis, colaborador del Índice
y consultor de la Santa Inquisición. En las actuales referencias a tan
destacado jesuita se le suele llamar en los actuales planes de estudio como “el
Padre Mariana”, sobre todo en temas históricos, políticos y humanísticos. Pero
podemos considerarlo como un economista por las aportaciones que realizó a la
Ciencia Económica. Entre estas últimas denunció la adulteración monetaria, de
los monopolios, de los impuestos no consentidos y de la guerra injusta, que nos
dan la talla de aplicación de los principios liberales al estudio de las
agresiones contra la libertad. Su patrocinio del equilibrio presupuestario y de
una moneda sana representan el análisis y la búsqueda de soluciones de
políticas económicas, al mismo tiempo eficaces y ancladas en principios éticos,
para las más importantes cuestiones sociales y económicas.
Se relacionó con los profesores y catedráticos de la “Escuela de
Salamanca” que divulgaron la teoría cuantitativa del dinero, que relaciona la
cantidad de oro y plata con la llamada “revolución de los precios” que hubo en
España, fundamentalmente entre los siglos XVI y XVII, aunque no se suele
incluir como miembro de dicha escuela por sus ideas liberales. Dicho de otro
modo, el Padre Mariana introdujo la liberalización de la economía que tan
rígidamente habían aportado los españoles al pensamiento económico y político
con las figuras de Francisco de Vitoria (1483-1546), Diego de Covarrubias
(1512-1577), Martín de Azpilicueta (1492-1586) y Domingo de Soto (1494-1560),
que fueron coetáneos de Juan de Mariana.
Partidario del liberalismo en la economía, sus ideas se materializaron
fundamentalmente en los siglos XVIII y XIX, muchos liberales no prestaron
atención suficiente a los límites del poder; pensaron que estaban garantizados
por las constituciones, pero ninguna constitución ha restringido realmente el
poder. El fallo del liberalismo clásico es su incapacidad para ofrecer una
alternativa satisfactoria ante la ofensiva socialista-colectivista, reflejada
en el extendido deseo de un papel paternalista para el Estado. Los
intervencionistas miran por encima del hombro a los liberales, y pretenden ser
éticamente mejores, porque se ocupan “de las necesidades de la gente”. Éste es
el caso de la actual política económica española, sobre la que cabe hacerse la
siguiente pregunta: ¿Quién va a defender los desahucios o que le corten la luz
al que no paga? Ante la demagogia antiliberal que siempre ignora los costes de
medidas supuestamente generosas que promueve el actual Gobierno español nos
encontramos que no vale limitarse a argumentar que los mercados funcionen mejor
sin intervención estatal.
Volviendo al Padre Mariana, sus aportaciones a la Ciencia Económica
estuvieron vinculadas por el uso genérico del derecho natural como referencia a
lo que “existe con independencia de la voluntad humana”. Se han comparado las
instituciones que defendió el Padre Mariana con aquellas que argumentaron los
autores de la Escuela de Salamanca, llegando a la conclusión de que Juan de
Mariana no perteneció a la Escuela de Salamanca en la Economía, porque no
emplea el derecho de gentes y nunca estudió en dicha universidad aunque, sin
embargo, sí puede considerarse un heredero de la misma y, de hecho, constituye
uno de los máximos exponentes de un conjunto más amplio, denominado “Escuela
Española de Economía” (EEE).
Juan de Mariana, jesuita, sabio y muy trabajador, ha pasado a la Historia
como teólogo, economista e historiador y, en lo referente a la Ciencia
Económica publicó, en 1609, “Septem tractatus”, donde expuso sus ideas sobre
política monetaria, al igual que su obra “De monetae mutatione” (1609), que
significa “alteración de la moneda”, en la que se pronunció contra la política
monetaria seguida por la Monarquía Hispánica, que tenía por objetico financiar
los crecientes gastos en los que incurría el Estado, como los ocasionados por
las constantes guerras en las que se vio involucrado. Ésta se basaba en reducir
la cantidad de metal en las monedas, lo que provocaba su devaluación. En
opinión del Padre Mariana, todo ello suponía someter al pueblo a un robo
generalizado. Su principal aportación a la Ciencia Económica fue sentar las
bases de lo que actualmente se llama “inflación”.
Sus ideas relativas a la economía española fueron denunciadas, y estuvo
encerrado en la cárcel. El propio Rey Felipe II (1527-1598) y su valido, el
Duque de Lerma (1552-1625) impulsaron este juicio. En el proceso tuvo que
defenderse de los catorce delitos que le atribuyó el fiscal Gil de Mota
(1545-1629). Su profundo sentimiento de justicia hizo que no se retractara, a
pesar de las graves acusaciones vertidas sobre su persona. Finalmente, Juan de
Mariana fue liberado sin que, a pesar de ello, se conozca resolución alguna al
respecto.
Ésta es la breve pero intensa aportación a diversos temas de un hombre
sabio, inteligente, trabajador y estudioso que merece citarlo como un
economista español de su tiempo.
Vicente
Llopis Pastor
25 de abril
de 2023
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