Al
igual que en el artículo de ayer escribí sobre la política monetaria española
para el año 2023, hoy voy a escribir sobre la política fiscal española para el
presente año. Si ayer dije que la política monetaria no puede ser manejada por
el Gobierno, por sus especiales características de liquidez, rápidos efectos,
variación de tipos de interés, inflación y otras macro magnitudes; hoy sí que
puedo decir que la política fiscal española para el año 2023 será una creación
total del Gobierno español, tanto por sí mismo como por las competencias y la
soberanía fiscal que ha concedido a las Comunidades Autónomas, a ciertas
instituciones públicas y a las ordenanzas fiscales de los Ayuntamientos.
La
materialización de la política fiscal española para este año queda reflejada,
con exactitud, en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que ha aprobado
el Congreso de Diputados para el presente ejercicio, en el que tanto los gastos
públicos como los ingresos públicos van a ser los más altos que han existido en
la historia de nuestro país. Los gastos públicos se van a incrementar
notablemente por el aluvión de ayudas, subvenciones, apoyos y beneficios de
todo tipo que el Gobierno va a llevar a cabo a las llamadas “clases y personas
más vulnerables”, e incluso a los inmigrantes que han llegado en pateras o
cayucos a nuestro país, quienes necesitan ayudas y dinero para poder subsistir
y que no encuentran, o no quieren participar, en el mercado laboral trabajando
como hace el ciudadano medio; incremento de salarios a los funcionarios y a los
políticos; y también la subida de las pensiones, tanto contributivas como no
contributivas. Mayor financiación a nuestra participación en la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y otros más. A ello hay que añadir la
propia ideología de los tres partidos que gobiernan en coalición, PSOE, Unidas
Podemos e Izquierda Unida, los cuales, por definición, mantienen una ideología
de conseguir equidad e igualdad entre las personas sin otras condiciones que
las facultades, riesgos y capacidades que tienen los empresarios y los que
deciden inversiones públicas, infraestructuras y mantenimiento de la
Administración Pública.
Ante
estas situaciones, el Estado español puede acudir al endeudamiento en mercados
internacionales, siempre que el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco
Mundial (BM) y el Acuerdo General sobre Comercio e Impuestos (GATT), hoy
llamado Organización Mundial del Comercio (OMC) en el que últimamente se ha
integrado la gigantesca China.
Al
tener ciertas limitaciones nuestra capacidad de endeudamiento, que está
llegando a límites insospechados y que está subiendo nuestra prima de riesgo en
cantidades siderales, el único camino que existe es la subida de impuestos,
tasas, precios públicos y todo tipo de transferencias unilaterales que,
obligatoriamente, han de llevar a cabo empresas y ciudadanos para sostener los
ingresos que percibe el Estado para poder cumplir sus gastos, algunos de los
cuales he citado en líneas anteriores. Realmente, lo que va a ocurrir en este
año 2023 en la política fiscal española es una enorme reforma, siempre al alza
y, en algunos casos, mediante Reales Decreto-Leyes, sin que se aprueben
previamente por el Congreso de Diputados, haciendo un menor uso de los llamados
impuestos ordinarios e impuestos extraordinarios que se presentan en ingentes
volúmenes de dinero.
España
trae para este año 2023 una nueva reforma fiscal que incluye diversas aristas
tributarias que conviene conocer. No se trata solo de aumentar las tarifas o
tasas tributarias, sino la incorporación de nuevos impuestos y de conceptos tributarios
que hasta hoy no existían. Dentro de esta revolución destaca el incremento de
las cargas fiscales a las grandes fortunas; para las empresas, fundamentalmente
las empresas arcadias, petroleras, energéticas y, posiblemente, las empresas
gestoras de supermercados; posiblemente la disminución del Impuesto del Valor
Añadido (IVA) en los productos de higiene femenina y el aumento de la reducción
por rendimientos de trabajo; aunque estos últimos relativos al IVA son
difíciles de aplicar porque tributan en una cadena de producción de varias
empresas y los resultados de dicha reducción son prácticamente inexistentes.
Entre
otros impuestos que han entrado en vigor en este año 2023, se encuentran: a) el
nuevo impuesto a grandes fortunas, superiores a los tres millones de euros; b) incremento
de la tributación en el Impuesto de Rentas a las Personas Físicas (IRPF) cuando
el capital del declarante sea superior a doscientos mil euros; c) nuevas
medidas fiscales propuestas por los partidos que apoyan al PSOE en el Gobierno
español y en el Congreso de Diputados, los cuales se calculan que serán tres
mil quinientos millones de euros para el año 2023; d) el incremento del
impuesto a las grandes fortunas se materializará con la liquidación del IRPF y
se le denomina “impuesto solidario”, que me parece más un eslogan de marketing
que una realidad. Este impuesto solidario está definido para los años 2023 y
2024, pero me temo que se va a petrificar y mantener como definitivo; e) el
impuesto a las grandes fortunas es una nueva denominación del Impuesto de Patrimonio,
que algunas Comunidades Autónomas del Partido Popular han suprimido o tienen
una exención cercana al 100%. Para evitar estas exenciones aparece esta nueva
denominación de impuesto a las grandes fortunas que gestionará directamente el
Gobierno central y no habrá posibilidad de exenciones por las Comunidades
Autónomas como hasta ahora; f) incremento de la tributación de los trabajadores
autónomos, según refleje su contabilidad, reduciendo al mínimo la tributación
por módulos; g) el Impuesto de Sociedades (IS) se fijará en un tipo nominal que
irá del 23% al 25%. Aunque haya deducciones por investigación, desarrollo e
innovación (I+D+i), jamás se reducirá por bajo del 23%; h) la reforma fiscal
del IRPF aplicará a las rentas del ahorro un punto porcentual mayor a aquellos
ingresos que superen los doscientos mil euros; i) en los casos de pérdidas de
las empresas, el crédito fiscal que ha de facilitar a dichas empresas el Estado
quedará como un derecho en la cuenta de activos de la empresa y su pago se
realizará en las fechas posteriores que el Estado crea conveniente; j) el IS de
las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) tributará en una tasa más reducida que
la generalidad de todas las empresas, lo cual supone una clarísima
discriminación; k) se le permite a la Comunidad Autónoma de Cataluña el que
pueda legislar y fijar nuevos impuestos, cuestión que no está generalizada al
resto de Comunidades Autónomas; etcétera, etcétera.
Esta
revolución del sistema tributario español ha sido muy criticada por el
catedrático Ángel de la Fuente (1962), presidente de la Fundación de Estudios
de Economía Aplicada (FEDEA), que es el grupo de estudios más influyente en
España en lo relativo a la gestión empresarial. El señor de la Fuente es
catedrático de Estructura e Instituciones Económicas. Según él, el incremento
en la tributación de las empresas es negativo para la producción, beneficios y
el nivel de empleo.
Cuando
finalice el año 2023 estaremos en condiciones de conocer definitivamente las
dubitativas decisiones que en el sistema tributario español está llevando a
cabo el Gobierno.
Hasta
la próxima.
Vicente Llopis Pastor
25 de enero de 2023
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