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ANECDOTARIO (LXXXIX)

  

        Estimado lector, siguiendo la costumbre de cada lunes, incluyo una nueva colección de cinco anécdotas sobre famosos personajes de la historia, por ejemplo:

811)         Otto Edward Leopold, Príncipe de Bismarck (1815-1898), Canciller y forjador del Imperio Alemán.

Otto Edward Leopold, Príncipe de Bismarck (1815-1898) fue uno de los forjadores del Imperio Alemán y un acérrimo defensor del Deutschland Über Alles. Después de la batalla de Sedán, los días 1 y 2 de septiembre de 1870, durante la guerra franco-prusiana en la que fue derrotado el Imperio Francés de Napoleón III Bonaparte (1808-1873), sobrino de Napoleón I Bonaparte (1769-1822), se creó la Segunda República Francesa.

Las negociaciones entre franceses y alemanes fueron muy duras, y el representante francés, Jules Claude Gabriel Favre (1809-1880), abogado, político y Ministro de Asuntos Exteriores de Francia, llevó el peso de dichas negociaciones; estuvo tratando las condiciones de paz con el Canciller Bismarck. Un tratado muy difícil, en el que los franceses no salían bien librados. En cierto momento, Favre, impresionado y dolorido, no pudo contener las lágrimas. Bismarck empezó a hablar entonces en alemán, en vez de hacerlo en francés, como habían hablado hasta aquél momento. Favre le advirtió:

-         “Perdón, alteza; pero vuestra alteza sabe bien que no entiendo el alemán”.

Y Bismarck, con su dureza habitual, respondió:

-         “Tampoco entiendo yo el lenguaje de las lágrimas”.

812)         Enrico Caruso (1873-1921), célebre tenor lírico italiano.

Enrico Caruso (1873-1921) fue uno de los más célebres tenores líricos italianos. También fue el primero que grabó sus canciones en fonógrafos que aparecieron en su época. Nació en una familia pobre, en Nápoles, y gracias a su capacidad para el canto pudo sostener a su familia.

Caruso se había comprado una casa cerca de Nápoles, y se instaló en ella cuando todavía se la estaban arreglando. Tenía el estudio en el segundo piso, y allí entrenaba la voz y preparaba sus futuras actuaciones. Las obras de albañilería nunca se terminaban. Caruso llamó al capataz y se quejó de la lentitud de las obras.

El capataz le dijo:

-         “Usted tiene la culpa”.

-         “¿Yo?”, dijo Caruso.

A lo que el capataz respondió:

-         “Canta a las horas de trabajo y mis obreros, en vez de trabajar, le escuchan”.

Y Caruso no tuvo más remedio, para que le terminaran las obras, que irse a cantar a otro sitio.

813)         Demóstenes (385 a.C.-320 a.C.), el más grande orador ateniense de la Antigua Grecia y uno de los más relevantes de la Historia Universal.

Demóstenes (385 a.C.-320 a.C.) fue el más famosos orador griego de su tiempo. En una ocasión se celebró una contienda en Atenas para conceder la corona de oro de la oratoria. Se presentaron Demóstenes y Esquines (389 a.C.-314 a.C.), político y orador ateniense. Este último atacó desaforadamente a Demóstenes oponiéndose a que le concedieran dicha corona de oro.

Demóstenes se defendió con otro discurso, y estuvo tan elocuente, que no sólo obtuvo la corona, sino que Esquines fue desterrado a la isla de Rodas. En su destierro, Esquines entusiasmó a las gentes, repitiendo el discurso que había pronunciado contra Demóstenes. Y para convencerles de que el pueblo griego había obrado con justicia, les repitió después el discurso de Demóstenes en defensa propia. Y cuando les vio entusiasmados, les dijo:

-         “Y mucho más os habría gustado si se lo hubieseis oído al propio Demóstenes, como se lo oí yo”

814)     Charles Dickens (1812-1870), uno de los escritores más populares en lengua inglesa.

Charles Dickens (1812-1870) fue, en su época, uno de los escritores ingleses más populares. Una prueba de la gran popularidad de las novelas de Dickens nos la da el hecho de que la gente le detenía en la calle, sin conocerle personalmente, y le preguntaban cosas de sus personajes. Sus novelas se publicaban por fascículos, y eran leídas con tanto interés, que detenían al autor para preguntarle cómo continuaba el argumento, sin que ni el mismo Dickens pudiera contestarles, porque, muchas veces, no lo sabía.

Una vez, una mujer desconocida, se acercó a estrecharle la mano, y le dijo:

-         “Quiero estrechar esta mano que me ha llenado la casa de tantos buenos amigos”.

Se refería los personajes de sus libros.

El escritor austríaco, Stefan Zweig (1881-1942), cita a Charles Dickens como uno de los grandes escritores de la Historia en su ensayo “Tres maestros”.

815)         Josefina Beauharnais (1763-1814), esposa de Napoleón I Bonaparte (1769-1822) y Emperatriz de Francia.

La primera mujer de Napoleón I Bonaparte (1769-1822) fue Josefina Beauharnais (1763-1814). Fue una mujer de mucha seducción sexual, y supo aprovechar muy bien esta condición natural.

Su primer matrimonio fue con Alejandro de Beauharnais, y parece ser que no fue un matrimonio por amor.

Un biógrafo lo contó así: “Josefina nació en la Martinica, donde su padre era Gobernador. Este señor tenía otra hija de diecisiete años, y buscó marido para ella en París. El marido elegido fue Beauharnais, sin que ellos dos se conocieran. Ya concertado el matrimonio, la muchacha falleció. Entonces, el padre escribió a su futuro yerno, ofreciéndole a su segunda hija, de la que le decía: “Tiene un cutis muy bonito y unos hermosos brazos y desea ardientemente vivir en París”. Llegó el contrato matrimonial con el nombre de la mujer en blanco, y el padre puso el nombre de Josefina”.

Cuando la Revolución Francesa, el Vizconde de Beauharnais fue guillotinado, en 1794, quedándose Josefina viuda, con treintaiún años y dos hijos.

 

        Estimado lector, habrá cinco nuevas anécdotas el próximo lunes.

        Un afectuoso saludo. Continuará…   

Vicente Llopis Pastor

28 de noviembre de 2022

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