Estimado
lector, siguiendo la costumbre de cada lunes, incluyo una nueva colección de
anécdotas de famosos personajes de la historia. Dado la época veraniega en la
que nos encontramos, reduzco a cinco el número de anécdotas de cada lunes, por
ejemplo:
741)
Luis XIV
(1638-1715), rey de Francia.
Luis XIV
(1638-1715), llamado “El Rey Sol” por los éxitos que tuvo durante su reinado,
fue nombrado Rey de Francia a los cinco años de edad, y gobernó hasta su
muerte, es decir, fue Rey durante setentaidós años.
Se le atribuye la
frase “L’Etat c’est moi” (El Estado soy yo). Se afirma que la frase se dijo en
el Parlamento, una vez que el Rey se presentó con el látigo de montar en la
mano. Y el Cardenal Mazarino, gran mandamás entonces, le discutió el derecho de
faltar de este modo al respeto al Alto Cuerpo Consultivo. Y le dijo:
-
“Majestad, os hablo por el bien del Estado”.
Y el Rey cortó
aquella discusión con la frase:
-
“El Estado soy yo”.
742)
Carlos I de
España y V de Alemania (1500-1558).
El Emperador Carlos
I de España y V de Alemania (1500-1558) tuvo una vida en la que estuvo
implicado en diversas guerras para poder mantener su Imperio, tanto en Europa
como en Asia y América, y luchar con los protestantes, partidarios de Martín
Lutero (1483-1546).
Carlos V luchó
contra la Reforma y, desde luego, contra Lutero. Después de muerto Lutero, los
nobles españoles que acompañaban a Carlos V le aconsejaban que hiciera destruir
la tumba del padre de la Reforma. Carlos V se negó. Y dijo:
-
“No soy quién para juzgarle después de muerto, pues
sería meterme en el terreno del Juez Supremo. Ni he hecho jamás la guerra a los
muertos ni a nadie que no estuviera debidamente armado”.
743)
Alberto
Llamas (1841-1915), comediógrafo y periodista español.
Alberto Llamas
(1841-1915) fue un autor festivo catalán, de muy poca obra y algo más de
anécdota, tenía escasez de dinero y, con frecuencia, acudía a uno de sus
hermanos fabricante, al que siempre le pedía dinero y que quedó cansado de tan
continuas peticiones. Buena parte de su vida la pasó dando sablazos a sus
conocidos.
En una ocasión,
un amigo le invitó a comer. Les sirvieron dos pescados, uno mucho más grande
que el otro. Llamas, que siempre andaba con el hambre más o menos abierta, se
sirvió enseguida el pescado grande. Al amigo no le pareció bien; y le dijo:
-
“¡Hombre! Te sirves tú el primero y te quedas el
pescado mejor”.
Llamas le dijo:
-
“De haberte servido primero tú, ¿cuál habrías tomado?”.
El amigo le
contestó:
-
“Pues… el pequeño”.
A lo que Llamas
le expresó:
-
“Pues… ya lo tienes”.
Y siguió
comiendo.
744)
Georg
Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), filósofo idealista alemán.
Georg Wilhelm
Friedrich Hegel (1770-1831) no escribía para la comprensión de todo el mundo,
ni mucho menos. Basta, para convencerse, poner el título de uno de sus libros,
que es: “Differenzen des fichtenchen und
schillingischen systems der philosophic Beziehung auf Reinholds Beitrage zur
leichteren Uebertsight der zustandes des philosophisie bei dem Amfange des 19
jahrhunderts”.
El poeta alemán
Enrique Heine (1797-1856) contaba que Hegel, en su lecho de muerte, vio que
estaba allí uno de sus discípulos, le señaló y dijo:
-
“Éste es el único hombre que me ha entendido”.
Esperó un rato,
pues le costaba mucho esfuerzo hablar, y añadió:
-
“Pero no me ha entendido bien”.
745)
Isabel II
(1830-1904), Reina de España.
La Reina Isabel
II (1830-1904) de España fue la primera hija y sucesora en el trono a su padre
Fernando VII (1784-1833). Este último ha pasado a la Historia como el rey felón
y un mal gobernante.
La Reina Isabel
II, estando de veraneo en el palacio de Antonio López, Marqués de Comillas, en
Comillas, Santander, quiso jugar una partida de carambolas. Algunos invitados
acompañaron a la Reina al salón de billar, interesados por ver cómo jugaba.
Parece ser que no lo hacía del todo mal, aunque sus oponentes se esforzaban en
dejarle siempre las bolas de tal manera colocadas que le fuera cosa fácil hacer
carambola, y hasta ganar la partida. Una de las veces, uno de los presentes,
sin ni siquiera darse cuenta de la presencia de Isabel II, dijo:
-
“Así se las ponían a Fernando VII”.
Todos le miraron,
asustados. Isabel II se dio cuenta de la situación y encontró la manera de
resolverla muy gallardamente. Dijo:
-
“Y a veces no las hacía”.
Y continuó
jugando como si nada.
La frase “Así se
las ponían a Fernando VII” era ya entonces, como lo es ahora, proverbial entre
los jugadores de billar, como comentario de una “quedada” de las que dan la
carambola hecha.
Estimado lector, habrá cinco nuevas anécdotas el próximo lunes.
Un afectuoso saludo. Continuará…
Vicente Llopis Pastor
25 de julio de 2022
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