Juan Polo y Catalina (1777-1813) fue un economista y
político español. Realmente fue discípulo y continuador del economista español
Lorenzo Normante y Carcavilla (1759-1813) en temas de economía, y para mí, al
igual que su maestro Normante y Caravilla, son quienes primeramente se llamaron
economistas, ya que hasta el Siglo de las Luces, siglo XVIII, con la
Ilustración, la palabra economista no solía usarse, y en su lugar se le llamaba
arbitrista, cameralista, aritmético político y otros calificativos que daban a
entender la cuantificación de los recursos necesarios y de los productos
obtenidos medidos, sobre todo, con el concepto de dinero.
Juan Polo
y Catalina nació en Cabolafuente, en la comarca de Calatayud, en la provincia
de Zaragoza. De familia acomodada, lo que le permitió tener una excelente
formación y educación en España. Estudió en el colegio de los Escolapios en
Calatayud y, posteriormente, en Zaragoza. En esta última ciudad estudió en la
Universidad Literaria, como se llamaba entonces al Campus de Humanidades,
situado en el barrio de la Magdalena, donde obtendría sucesivamente los rangos
de Bachiller en Leyes (1797), Licenciado y Doctor en Cánones (1799). En
paralelo estudió bajo la dirección de Lorenzo Normante y Carcavilla en la
Cátedra de Economía Civil y Comercio de la Real Sociedad Económica Aragonesa de
Amigos del País.
Es
conveniente citar que la Cátedra de Economía y Comercio de Normante y
Carcavilla fue la primera que se creó en el mundo, ya que, anteriormente, se
solían estudiar algunos conceptos más superficiales de economía en las Cátedras
de Filosofía Moral, Psicología Social, Teología y algunos temas con los que
tenía cierta afinidad, pero no formaban una materia propia. Precisamente estos
conceptos de economía como materia propia aparecen, como ya he citado en otra ocasión,
en las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País, que eran uno de los
focos de la intelectualidad liberal de la época. Estas Sociedades Económicas de
Amigos del País fueron las creadoras de la mayoría de las cajas de ahorros en
España y que han llegado a desacreditarse tanto e intervenir en operaciones
bancarias, a veces al por mayor, que las ha hundido hasta tal extremo de que
han sido absorbidas por los bancos comerciales y alguna caja de ahorros que
todavía permanece lleva camino de fusionarse con otras, para lo cual el Estado
español ha creado el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y el
Sistema Integrado de Protección (SIP).
Juan Polo
y Catalina también fue un político al servicio del Imperio Español,
fundamentalmente en la época de los reyes Carlos III y Carlos IV. Carlos III
modernizó la monarquía española y hay que reconocerle las aportaciones en temas
económicos y comerciales, en parte gracias a los ministros que tuvo en su
gabinete, por ejemplo, José Moñino y Redondo, Conde de Floridablanca
(1728-1808); Pedro Rodríguez de Campomanes (1723-1802); Félix O’Neille
(1720-1792); Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) y otros, que fueron los
artífices de que el Imperio Español se mantuviera en el siglo XVIII, a pesar de
las guerras, ataques e invasiones de algunas naciones europeas contra nuestro
país. Curiosamente, Carlos III ha pasado a la Historia como “el mejor Alcalde
de Madrid”.
Pero lo
que más destaco de Juan Polo y Catalina son los conceptos e ideas que usó y que
todavía se utilizan para explicar la Ciencia Económica, distinguiendo sectores
productivos, primario, secundario y terciario, que suele ser la agricultura,
minería y pesca como sector primario; la industria como sector secundario, del
que en ocasiones se segrega la construcción como un apéndice de dicho sector
secundario; y el comercio, transporte, compraventa y mercados nacionales e
internacionales como sector de servicios, también llamado sector terciario.
Algunas de
las aportaciones de nuestro de Juan Polo y Catalina fueron sus estudios y
defensa de actividades tales como la producción de papel; los consulados de
comercio; la llamada balanza de comercio, que hoy se admite como balanza de
pagos; producción de frutas y manufacturas, pionero en la medición de la superficie
como infraestructura básica para cualquier actividad económica y otras
cuestiones de sumo interés para lo que es la llamada economía positiva, que se
estudia en todas las Universidades del mundo, así como la economía normativa,
que es el ideal de la producción económica de los países según su localización
en el mundo y las vías de comunicación que tiene con el resto de la Tierra.
Para
hacernos una idea de sus aportaciones me voy a limitar a citar algunos de sus
libros, los cuales, con sus títulos, ya nos dan una idea bastante aceptable de
las aportaciones de Juan Polo y Catalina a la Ciencia Económica. Entre ellos
destaco los siguientes: “Censo de frutas y manufacturas de España e islas
adyacentes”; “Interrogatorio a los pueblos de España”; “Discurso sobre la
necesidad de averiguar la superficie productiva de los Estados”; “Descripciones
histórico-políticas de las fábricas e industria de España”; “Introducción a la
descripción de las fábricas e industria de España”, que no llegó a publicarse,
y que se considera pionera en la introducción de las ideas capitalistas del
escocés Adam Smith (1723-1790) en España. Este autor escocés es considerado
como el “padre de la Ciencia Económica” por su obra “Investigación acerca de la
naturaleza y causa de la riqueza de las naciones” (1776). Se anticipó a algunas
de las ideas capitalistas de Adam Smith.
También
quedaron inéditas sus “Críticas a los Cuadernos de Cátedra de Lorenzo
Normante”, que criticaban los trabajos de su mentor y maestro, Lorenzo Normante
y Carcavilla, algo que suele ocurrir con cierta asiduidad, ya que el alumno,
una vez ha madurado, puede no aceptar con toda su pureza lo que aprendió de su
maestro. Por poner un ejemplo fuera de la Ciencia Económica, tenemos el ejemplo
de Carl Jung (1875-1961), quien fuera discípulo de Sigmund Freud (1856-1939),
padre del psicoanálisis, pero que posteriormente siguió otra línea de
investigación. Durante la Guerra de la Independencia Española, por la invasión
de los franceses a nuestro país, Juan Polo y Catalina tomó partido contra los
franceses, a diferencia de otros intelectuales del periodo, los llamados
“afrancesados”. Juan Polo fue elegido Diputado en las Cortes de Cádiz por el
partido de Albarracín. En ellas destacó por sus posturas fuertemente liberales en
pro de la abolición de los señoríos y desamortización de los bienes
eclesiásticos. Parte de sus posturas se deben a su defensa de la iniciativa
privada, pero también a su visión del estado de vasallo como “ignominioso”.
Igualmente se opuso al pago de indemnizaciones por el fin de los señoríos y por
la expropiación de los bienes señoriales, que veía como a recuperar de la
apropiación por una minoría. Igualmente llamó por la unificación de los
Consejos de Indias y de la España Peninsular, llegando a ser Secretario y
Presidente de las Cortes.
Enfermo,
probablemente por la epidemia de la malaria que se desató durante el sitio de
Cádiz, le fue concedida licencia a finales de 1812 para que se recuperase en
Córdoba o Granada. Por la falta de noticias posteriores se asume que falleció
en 1813. Por esta razón no aparece en la Corte de Fernando VII (1748-1833), el
llamado “rey felón”, que ha pasado a la Historia como uno de los peores reyes
que ha tenido nuestro país y con el cual se perdió definitivamente el antiguo
Imperio Español del que los Ministros de Carlos III y el economista Juan Polo y
Catalina llevaron tan extraordinaria labor.
Un
afectuoso saludo.
Vicente Llopis Pastor
28 de junio de 2022
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