XXXI. JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ, MÁS CONOCIDO POR SU SEUDÓNIMO “AZORÍN” (1875-1967). ESCRITOR DE LA GENERACIÓN DEL 98. AFORISMOS, PROVERBIOS, MÁXIMAS, ADAGIOS, REFLEXIONES Y OTROS CONCEPTOS SINÓNIMOS DE GRANDES LITERATOS Y DESTACADAS PERSONALIDADES (XXXI)
Siguiendo con las referencias a proverbios, máximas,
adagios, reflexiones y otros conceptos de ilustres escritores, hoy voy a
continuar con otro escritor español, José Martínez Ruiz (1875-1967), más
conocido por su seudónimo “Azorín”. Fue un escritor que cultivó diversos
géneros literarios: novela, ensayo, crónica periodística, crónica
parlamentaria, crítica literaria y teatro. Como político ocupó, en cinco
ocasiones, escaño de diputado a las Cortes durante la época de la Restauración.
Nacido en Monóvar, Alicante, realizó sus primeros estudios
en Yecla y Valencia, pero pronto se trasladó a Madrid, donde comenzó a publicar
en la Prensa, actividad que ya no abandonaría nunca. Estudió Derecho en
Valencia, Granada y Salamanca, carrera que no ejerció. Participó en política,
llegando a ser diputado, tal como he citado anteriormente, e incluso alcanzó el
cargo de Subsecretario de Instrucción Pública. Sin embargo, su trayectoria
ideológica había sido oscilante, pues su radicalismo revolucionario de juventud
se afincó pronto en posturas netamente conservadoras. En 1924 fue elegido
miembro de la Real Academia Española de la Lengua.
Fue miembro de una familia tradicional burguesa y
acomodada, su padre fue un abogado de prestigio en Monóvar que poseía una
importante hacienda. Su madre había nacido en Petrel, Alicante. Sus estudios de
Bachillerato los realizó interno durante ocho años en el colegio de los
escolapios de Yecla, etapa que refleja en sus dos primeras novelas, de fuerte
contenido autobiográfico. En su época universitaria se interesó por el
krausismo y el anarquismo y se entregó febrilmente a lecturas literarias y
políticas. Empezó sus pinitos periodísticos usando el seudónimo “Fray José”, en
su artículo “La educación católica” de Petrel, y el de “Juan de Lis” en el
periódico “Defensor de Yecla”, siendo frecuentes sus colaboraciones con
periódicos locales o de pueblos y ciudades cercanas a su Monóvar natal.
Iré hablando en artículos sucesivos sobre su trayectoria
literaria desde que se establece definitivamente en Madrid, en una época en la
que destacaban las tertulias literarias en distintos cafés de la capital
española, la bohemia, la crítica literaria y la decadencia de España como
potencia, ya que en el año 1898 perdimos lo poco que nos quedaba del Imperio
Español, concretamente Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que cayeron en manos de
Estados Unidos de América.
Por el momento voy a citar algunas de sus más reconocidas y
afamadas expresiones. Por ejemplo:
“No hay pueblo
español, chico o grande, que no encierre una enseñanza”.
- Alegría.
“Entre todas las
alegrías, la absurda es la más alegre, es la alegría de los niños, de los
labriegos y de los salvajes; es decir, de todos aquellos seres que están más
cerca de la Naturaleza que nosotros”.
- Escritores.
“Sin los escritores,
aun los actos más laudables son de un día”.
- Sinceridad.
“La sinceridad cuesta
mucho. Creemos muchas veces que somos sinceros y no lo somos”.
- Ciudades.
“Visite una de las
ciudades más bonitas de España, visite Albarracín”.
- Sensibilidad.
“Los hombres de
acción, si tuvieran sensibilidad, no serían hombres de acción. No podrían hacer
nada. La sensibilidad es el disolvente de la acción”.
- Hipérbole.
“Lo contrario de la
hipérbole es el trabajo; es actitud, reflexión, precisión. Es difícil hacer del
idioma un instrumento exacto y dúctil; y es fácil salir del paso con un
superlativo que no dice nada”.
- Avidez.
“Lo que más
ávidamente amamos: lo pintoresco y lo imprevisto”.
- Periodista.
“¿Por dónde ha
entrado usted? Por la puerta. ¿Sabe usted que no se puede pasar? He pasado.
¿Quién es usted? Un periodista”.
- Disgustos.
“Si lo pensamos,
veremos que muchos de los disgustos que nos sobrevienen lo son por palabras
innecesarias”.
- Escritor.
“¿Qué sería un
escritor sin esa traba que obliga a sutiles vueltas y revueltas para decir lo
que no se puede decir? La técnica literaria sale ganando”.
- Viejo.
“El viejo es un
enfermo sano”.
- Biografía.
“Adviértase que no
trato de pergeñar una biografía. No tengo preparación para el caso. Si la
tuviera, no la escribiría tampoco”.
- Patriotismo.
“Cambia el concepto
de patriotismo según las mil circunstancias del agregado social”.
- Sensibilidad
“La sensibilidad levanta una barrera que no puede salvar la inteligencia”.
Su época de dedicación a la política en la que fue seguidor
del anarquismo y gran lector de ensayos sobre dicho tema, entre ellos a
Kropotkin (1842-1921) y su obra “De la patria o las prisiones”.
Se fue enfriando hasta posiciones menos radicales. Crítico
en sus primeros años con el sistema político de la restauración, al que
consideraba corrupto, pasó, con el tiempo, a integrarse dentro de él. Tenía ya
una amplia trayectoria en la prensa madrileña cuando se incorporó al periódico
barcelonés La Vanguardia como crítico literario, en el cual publicó cerca de
doscientos artículos entre 1914 y 1917. No es de extrañar que un conspicuo
representante de la cultura castellana publicara en las páginas de un diario
barcelonés, ya que Barcelona fue la capital donde se impulsó y se dio a
conocer, según los estudiosos, la “Generación del 98”, cuyo nombre fue idea del
propio Azorín.
Viajó incansablemente por España y ahondó en la lectura de
los clásicos del Siglo de Oro de la Literatura Española. El Directorio Militar
del General Primo de Rivera (1870-1930), fruto del Golpe de Estado del 13 de
septiembre de 1923 enfrió la actividad pública de Azorín, quien se negó a
aceptar cargos políticos de manos del dictador. A pesar de ello, en 1924, fue
elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua.
Mañana continuaremos con las expresiones y aportaciones de nuestro comprovinciano José Martínez Rúiz “Azorín”. Hasta mañana.
Vicente Llopis Pastor
27 de abril de 2022
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