Totalitarismo es un término por el que se conoce a las ideologías, movimientos y regímenes políticos donde la libertad está seriamente restringida y el Estado ejerce todo el poder sin divisiones ni restricciones. Hablar de totalitarismo en Cataluña es incorrecto, ya que su Gobierno Autonómico es fruto de elecciones y la composición de su “Govern” sigue los cauces de una democracia y está avalado por la Constitución Española de 1978 y el Estatuto de dicha Comunidad Autónoma. Me arrepiento del título “Totalitarismo catalán” porque no es así; pero lo he incluido como tal por la campaña que están llevando a cabo las entidades, instituciones y muchas personas de Cataluña en favor de la lengua catalana, con el expreso deseo de que desaparezca en su territorio el idioma español.
Los
totalitarismos se diferencian de otros regímenes autocráticos por ser regidos
por un partido político que pretende ser y se comporta en la práctica como
partido único, y se funde con las instituciones del Estado. Por lo general,
estos regímenes exaltan la figura de un personaje que puede tener un poder
ilimitado, que alcanza todos los ámbitos, y se manifiesta a través de la
autoridad ejercida jerárquicamente; impulsan un movimiento de masas en el que
pretende encuadrar a toda la sociedad, haciendo uso intenso de la propaganda y
de distintos mecanismos de control social y de represión a los ciudadanos.
Cataluña no es un Estado, pero el Govern catalán está actuando de una forma
autocrática en lo que se refiere al idioma español.
Generalmente
el totalitarismo se organiza según cuatro componentes, los cuales son: territorio,
población, gobierno y poder e, incluso, con algunos matices jurídicos o de
derecho. No es una forma de gobierno, es una organización en cuanto a las
personas que ejercen el poder. En el caso de Cataluña, su totalitarismo es un
fin en sí mismo, y por tanto lo maximiza, y dado que el poder existe para conseguir
el fin de las cosas, la Comunidad Autónoma de Cataluña, que tiene unas bases
históricas y filosóficas de finales del siglo XIX con la Renaixença, está
paulatinamente desplazando los derechos de los españoles que viven en ella y que
no saben hablar el catalán, llevándolos a una situación marginal.
No quisiera compararlos con Cataluña
pero sí que es conocido que las formas de totalitarismo se han dado en varios
países; por ejemplo en la Unión Soviética (URSS), con Iósif Stalin (1878-1953);
República Alemana de los nazis, con Adolf Hitler (1889-1945); Chile, durante el
gobierno del General Pinochet (1915-2006); China, con Mao Zedong (1893-1976);
la Italia fascista de Benito Mussolini (1883-1945); Kim Il-sung (1912-1994), Líder
Supremo y Presidente eterno de la República Popular Democrática de Corea del
Norte, y otros muchos y abundantes países que han marcado su huella y que, en
múltiples ocasiones, han acabado siendo derrotados por las ideas liberales,
democráticas y de amplio consenso de la ciudadanía. Dios me libre de comparar a
estos estadistas con los que han estado al frente de la Comunidad Autónoma
catalana y que, hace más de cien años, crearon el llamado “Estat Català”.
Mi intención no es identificar la política
de Cataluña con la de los Estados autocráticos que he citado, aunque sí han existido algunos Presidentes o
dirigentes de la Autonomía Catalana, hoy llamada Generalitat Catalana, con
figuras desde hace más de un siglo, tan destacadas como Francesc Massià i
Llussa (1859-1933), de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC); Joan Casanovas
i Maristany (1890-1942), de ERC; Lluís Companys i Jover (1880-1942), de ERC; Francisco
Jiménez Arenas (1872-1936), militar que asumió las funciones de Presidente
provisional; Manuel Portela Valladares (1867-1952), independiente; Juan Pich y
Pon (1878-1937), del Partido Republicano Radical (PRR); Ignacio Villalonga
Villalba (1895-1973), de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA);
Joan Maluquer (1856-1940), de la Liga Regionalista (LR); Félix Escalas Chamení (1880-1972),
independiente; Juan Moles Ormella (1871-1945), independiente; Lluís Companys i
Jover, de ERC. Después de finalizada la Guerra Civil española (1936-1939), en
el exilio Lluís Companys i Jover, de ERC; Josep Irla i Bosch (1874-1958), de
ERC; Josep Tarradellas Joan (1899-1988), de ERC. En la preautonomía que aparece
en la nueva Constitución de 1978, regresa a Cataluña Josep Tarradellas Joan, de
ERC. Ya en la democracia, Jordi Pujol i Soley (1930), de Convergencia
Democrática de Cataluña (CDC); Pasqual Maragall i Mira (1941), del Partido de
los Socialistas de Cataluña (PSC); José Montilla Aguilera (1955), del PSC; Artur
Mas i Gavarró (1956), de CDC; Carles Puigdemont Casamajó (1962), de CDC y,
posteriormente, de Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT); Joaquim Torra
Pla (1962), de Junts per Catalunya; y Pere Aragonès García (1982), de ERC,
actualmente President de la Generalitat Catalana.
Sinceramente
creo que Cataluña está en condiciones óptimas para que su Comunidad Autónoma
pueda segregarse y ser un nuevo Estado independiente. Para ello me baso en
algunas conversaciones que he oído, otras que he leído y, en general, en el
fuerte arraigo social que tiene, por lo menos, la mitad de su electorado.
Veamos algunos ejemplos:
-
El referéndum del 1 de octubre de 2017 fue ilegal y
supuso que sus dirigentes fueran encarcelados y algunos se exiliaron de España.
Ahora, exiliado Puigdemont y otros Consellers, están en libertad y han
manifestado que volverán a hacer nuevamente un referéndum como el del 1 de
octubre de 2017.
-
Tienen los símbolos que identifican a un Estado, por
ejemplo: la bandera estelada; el himno nacional que es la canción “Els
Segadors”; héroes de su historia, cual es el caso de Rafael Casanova i Comes
(1660-1743), quien luchó en contra de los Borbones y a favor del Archiduque de
Austria para ocupar la corona española al fallecimiento de Carlos II de
Habsburgo “el hechizado” (1661-1700). El Archiduque de Austria fue derrotado y
los Borbones vencedores centralizaron la Administración del Estado Español.
-
La lengua catalana es una lengua romance de origen
latino, al igual que el portugués, italiano, francés, rumano y castellano o
español que ahora está muy perseguido en Cataluña.
-
Los comercios y letreros o pasquines expuestos al
público han de ser en catalán, y si el propietario no lo cambia puede ser
sancionados con multas.
-
Durante la presidencia del Gobierno español de José
Luis Rodríguez Zapatero (1960) dijo a los catalanes que redactaran su propio
Estatuto de Autonomía que él lo iba a aprobar independientemente de su
contenido, debido a lo cual, el Partido Popular (PP) lo recurrió ante el
Tribunal Constitucional y se anularon algunos exagerados planteamientos del
mismo.
-
Los catalanes quieren negociar con el Estado español al
mismo nivel, es decir, de tú a tú, con el propio Presidente del Gobierno y el
Jefe del Estado de España.
-
Los montes Pirineos son catalanes y la parte que se
localiza en Aragón, Navarra y algo del País Vasco son meras estribaciones.
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El Río Ebro es un río catalán nacido en tierras
extrañas que gracias a sus afluentes catalanes sirven para irrigar Cataluña y
no reconocen las “cuencas hidrográficas” de España, que tienen siglos de
existencia.
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Se han atrevido a decir que Extremadura no se ha
extinguido porque Cataluña paga los impuestos, de los cuales una parte se
transforma en subvenciones a esta Comunidad Autónoma.
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Tienen sus fiestas propias: “Día de la rosa y el
libro”, el 23 de abril de cada año, en sustitución del “Día Internacional del
Libro”, que se celebra en el resto de España y en otros países.
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Tienen su propio baile: la sardana.
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Sus costumbres históricas, como la creación de castellets,
que agrupan verticalmente a ciudadanos catalanes y que en la cúspide suele
colocarse un niño por su menor envergadura, lo cual, para mí, es un maltrato.
-
Hace unos años, unos jóvenes catalanes se encaramaron a
la fachada de los grandes almacenes “El Corte Inglés”, para que lo retiraran y
lo pusieran en catalán, nombrándolo como “El Tall Anglés”.
-
Etcétera, etcétera, etcétera. Estos tres etcéteras los
desarrollaré en una segunda parte de lo que he venido en llamar totalitarismo catalán.
Así
que, estimado lector, en unos días añadiré situaciones en las que Cataluña no
cumple los requisitos legales del Estado español y que, además, en sus medios
de comunicación suele atacar y burlarse de España y sus ciudadanos. Con ello
completaré el círculo cerrado que supone Cataluña dentro de España, cuya
metáfora podría ser la de una piedrecita en el zapato que calzamos.
Me he
cansado de escribir tanto sobre Cataluña, así que continuaré dentro de unos
días. Hasta entonces, reciba un afectuoso saludo.
Vicente Llopis Pastor
28 de enero de 2021
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