MOMENTOS ESTELARES DE ESPAÑA (X): PEDRO PONCE DE LEÓN (1508-1584), CREADOR DEL LENGUAJE DE SIGNOS PARA LOS SORDOMUDOS
España
ha realizado interesantes aportaciones a la Historia de la Humanidad. En casi
todo tipo de temas ha habido españoles que han elevado su ciencia, sabiduría,
arte e invenciones a nivel internacional. Hoy voy a hablar sobre Pedro Ponce de
León (1508-1584), monje benedictino que fue el precursor del lenguaje de signos
para los sordomudos y el primer maestro de su método.
Natural
de la Villa de Sahagún, en la provincia de León. Aparece en las crónicas del
médico del Rey Felipe II, Francisco Valles de Covarrubia (1524-1592), médico
español, el mayor exponente de la medicina renacentista, creador de la Anatomía
Patológica moderna. Médico de Cámara del Rey Felipe II (1527-1598) y
Protomédico General de los Reinos y Señoríos de Castilla, quien cita a Pedro Ponce
de León en su obra “De iis scripta sun physice in libris sacris, sive de sacra
philosophia liber singularis”, publicado en el año 1587, como creador de un
lenguaje de signos, al igual que otros autores que citan la trascendencia de
Pedro Ponce de León, por ejemplo: el cronista de la Orden benedictina Fray Juan
de Castañiza (1555-1599), predicador, hagiógrafo y cronista, coetáneo de Pedro
Ponce de León al que menciona en su libro “Historia de San Benito”.
Pedro
Ponce de León tomó el hábito benedictino en el monasterio de Sahagún en 1526 y
allí permaneció varios años hasta su traslado al monasterio burgalés de San
Salvador de Oña. Es su condición monacal que fuerza la comunicación por signos
entre los monjes durante los momentos de vida silenciosa, la que orientará a
Pedro Ponce en la idea de un lenguaje específico para los sordomudos, con el
que ellos pudieran comprender el mundo y el mundo relacionarse con ellos. En
1545, Fray Pedro recibió el encargo de educar a los hijos mudos del Marqués de
Berlanga, Juan de Velasco, Francisco y Pedro de Tobar, de doce y nueve años de
edad, respectivamente. Aunque antes de esta docencia había llevado a cabo
experiencias fructíferas con su hermano de Orden Gaspar de Burgos, que le valió
fama. El método de fray Pedro fue perfeccionado posteriormente por sus
discípulos, entre ellos el pedagogo Manuel Ramírez de Carrión (1579-1652) y
divulgado por el también pedagogo Juan de Pablo Bonet (1575-1633), logopeda
español, autor del tratado “Reducción de las letras y arte para enseñar a
hablar a los mudos”, el primero que se escribió sobre este tema en el mundo.
En
1584 falleció fray Pedro Ponce de León. Su memoria continua viva en los
monumentos de los lugares de España que lo recuerdan, entre los que destacan su
localidad natal, Sahagún, en León, en Madrid y en Valencia, en esta última
reza, a petición de la Sociedad de Sordomudos, la siguiente inscripción: “La
Asociación Valenciana de Sordomudos al ilustre benedictino español fray Ponce
de León (1508-1584), inventor del método oral puro para la enseñanza del
sordomudo”. Numerosos centros e instituciones educativas de carácter especial en todo el mundo homenajean a fray
Pedro luciendo su nombre.
Fue
responsable de la educación de varios niños sordos en el monasterio burgalés de
San Salvador de Oña y ha pasado a la Historia como el primer educador de sordos
del mundo. Anteriormente a fray Pedro hubo algunos intentos de otros pedagogos,
entre ellos Domingo de Zaldo (1525-1590), monje jerónimo que no pasó de ser un
mero seguidor de fray Pedro. Está documentado que Ponce de León enseñara a
hablar, primeramente enseñaba a sus alumnos a escribir, mientras les señalaba con el dedo índice de la mano
derecha las letras figuradas en su manos izquierda (alfabeto bimanual) y luego,
los objetos identificados o rotulados con su respectivo nombre; después, les
hacía repetir manualmente y por escrito, por este orden, las palabras que
correspondían a los objetos. Se le atribuye la invención de esta técnica,
enseñando el arte de la pintura a Juan Fernández de Navarrete “el mudo”
(1526-1579), pintor español del Renacimiento al que llamaban “el Apeles
español”. También se le atribuye la autoría de un libro titulado “Doctrina para
los mudos-sordos”. Hoy en día existen muchos colegios e instituciones relacionadas
con la educación especial, concretamente en España e Iberoamérica, que reciben
el nombre de este benedictino. En Sahagún, al lado de los restos de la abadía
benedictina, tiene dedicado un monumento.
Por
mal que les pese a los pedagogos europeos de los siglos XVI y XVII, España fue
el más grande y longevo Imperio de su tiempo. El llamado Siglo de Oro de la
Literatura Española que no fue flor de un día y, solamente en cuanto a
escritores, dramaturgos y poetas, rayó a gran altura. Hubo mucho más, en descubrimientos,
exploraciones, culturalización, batallas, humanismo, arte, pintura, escultura,
navegación, creación de Universidades, tanto en España como en América,
entonces llamada “Las Indias”, por ejemplo, en 1561, en Nueva España (México),
y en el mismo año, la Universidad de San Marcos en Lima, Perú, y otros
múltiples y sorprendentes hechos de España que iré redactando en próximos
artículos.
España
ha sido el gozne sobre el que ha girado la civilización europea, asiática,
africana y, en general, la mayor parte de la cultura occidental.
Desgraciadamente los países que formaron parte del Imperio Español hablan de la
llamada “Leyenda negra” sobre nuestro país. Todo ello resulta muy lacerante en
los tiempos actuales, porque son los propios españoles los que reniegan de su
españolidad y la educación que reciben
nuestros escolares va siempre en la línea de atacar a nuestra querida España.
Hasta
el próximo artículo.
Vicente Llopis Pastor
23 de noviembre de 2021
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