El
pionero de la aeronáutica española, Jesús Fernández Duro (1878-1906), de origen
riojano, nacido en la localidad asturiana de La Felguera, estudió en la ciudad
burgalesa de Carrión de los Condes, pasó por Barcelona y recaló en Ginebra para
ampliar su formación en la Escuela Politécnica.
Fernández
Duro era un hombre muy emprendedor y audaz, antes de iniciarse en la aventura
de surcar el cielo, recorrió amplias parcelas de tierra. La más notable a bordo
de un coche Panhard de 12 CV, fue la de recorrer la distancia entre Gijón y
Moscú y vuelta, acompañado por tres amigos que sufrieron como él, los malos
caminos, la meteorología cambiante, la falta de combustible y de repuestos, las
frecuentes averías del intrépido motor, los pinchazos y las sorpresas de todo tipo
que un viaje como ése, entonces y ahora, suele deparar.
Realizada
dicha proeza, su bautismo de aire lo recibió en el Aero Club de París, ciudad a
la que se había vinculado en 1897, en una ascensión a bordo del esférico
Phoebe, de 800 m3, aterrizando con éxito en Plessis Piquet. La
satisfactoria experiencia le dio pie para encargar un aerostato a Maurice
Mallet, fundador de una firma aeronáutica, reconocido pionero e impulsor de la
navegación aérea, que denominó “Alcotán”. La primera ascensión con Alcotán fue
el día 1 de diciembre de 1904.
Decidido
a introducir en España el deporte aéreo, pues el vuelo aerostático estaba
destinado en exclusiva a la esfera militar, impulsó la creación, en 1905, del
Real Aero Club, primero en España. Fernández Duro predicó con el ejemplo
participando en numerosas ascensiones y cuantas travesías aéreas le eran
propuestas.
En
agosto de 1905, en Burgos, llevó a cabo varias ascensiones para la observación
científica del eclipse total de Sol. Y ese mismo año, concretamente el 15 de
octubre, efervescente la pasión por el vuelo en Europa, acompañado por el
Teniente Emilio Herrera, participaron en el concurso de vuelo del Gran Aero
Club de Francia, clasificándose segundos tras volar durante catorce horas en
medio de un temporal de agua, nieve y viento y haber recorrido 1.100 km,
aterrizando en Moravia, apenas a una docena de kilómetros de la frontera rusa.
La fama de Fernández Duro se extendió por toda Europa y el Aero Club de Francia
le otorgó la Medalla de Plata.
Encargó
un nuevo globo, llamado “Huracán”, de 2.000 m3. Y de nuevo
acompañado por el Teniente Herrera, se elevó en Barcelona para seguir la línea
litoral en dirección NNO, atravesando el Golfo de Rosas y luego volar
tangencialmente el Golfo de León, hasta tomar tierra en las costas francesas,
asediados por la hostilidad de los lugareños.
En
vena de asumir retos con resultado prometedor, Fernández Duro decide ir más
allá de lo conseguido. El 20 de enero de 1906, atiéndase la época del año,
despega de un campo en solitario a las afueras de la ciudad de Pau, en Francia,
en un globo aerostático llamado “Cierzo”.
Vuela
toda la noche y toma tierra al amanecer del siguiente día 21 de enero en
Guadix, Granada, habiendo permanecido en el aire catorce horas y recorrido más
de 700 km. Por esta gesta aeronáutica, Fernández Duro gana la Copa de los
Pirineos, galardón creado el año anterior por el mecenas francés Henri Deutsch
de la Meurthe, para quien por primera vez cruzara en vuelo la cadena montañosa
pirenaica.
Atraído
por la incipiente Aviación, Jesús Fernández Duro obtuvo el título de piloto de
aeroplanos, y de inmediato comenzó a trabajar en la construcción de un aparato
por él ideado. Pero unas fiebres tifoideas le impidieron seguir con su obra y
con su vida a la edad de veintiocho años.
A los
solemnes funerales que honraron en Madrid a quien, en los primeros años del
siglo XX paseó en la barquilla de sus globos la bandera de España por Europa,
el General español Jordana (1876-1944) ostentó la representación de Su Majestad
el Rey Alfonso XIII (1886-1941). Posteriormente fue enterrado en el panteón
familiar de su localidad natal.
Esta
travesía aérea de los montes Pirineos es una faceta más del gran interés que
tuvo España hacia la Aviación, tanto militar como civil, y a la que nuestro
país ha aportado varios instrumentos de precisión para medir la altura de los
vuelos, la velocidad a alcanzar, los motores idóneos y que se han incorporado a
la líneas aéreas comerciales o militares y que se remontan a empresas tales
como Construcciones Aeronáuticas Sociedad Anónima (CASA), que tiene factoría en
Tablada, Sevilla, así como el Aeródromo de Cuatro Vientos; y el primer vuelo
transatlántico del avión Plus Ultra; el recorrido por América del Norte,
América Central y Sudamérica, e incluso vuelos a Filipinas.
En
los tiempos actuales, la sociedad AIG está formada por British Airways y la
compañía de bandera española Iberia, así como la desaparecida compañía Aviaco y
la compra por Iberia de Aerolíneas Argentinas, que desgraciadamente, fue
expropiada por el Gobierno de aquél país.
Actualmente,
España forma parte del consorcio Airbus, que compite con la compañía Boeing de
Estados Unidos.
Vicente Llopis Pastor
24 de noviembre de 2021
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