Desde antes de la crisis financiera de 2008 se iniciaron nuevas
operatorias bancarias, tanto en esencia como en el uso de metodologías e
instrumentos informáticos. La expresión “nuevos hábitos de los usuarios de banca”,
bajo mi punto de vista, sería más correcto llamarla “nuevos hábitos obligatorios que han de usar los
clientes de la banca”. No obstante me quedo con el título del artículo porque
se está generalizando y uniformando las tareas de las entidades financieras de
todo el mundo y todas ellas hacen uso de medios electrónicos e, incluso, de
aplicaciones de telefonía móvil para operar. El futuro de la banca está
asociado a estos nuevos hábitos del consumidor, que han ido cambiando, de forma
acelerada, a raíz de la crisis financiera de 2008.
Los usuarios de banca tradicional han cambiado sus hábitos por varios
motivos, tanto los particulares como los profesionales. La quiebra de la
confianza por la crisis de 2008 y la aparición de las empresas Fintech, en español “tecnología
financiera”, han animado a que se extienda un nuevo paradigma de actuación
bancaria. Por otra parte hay un cambio sociológico de hábitos relacionados con
el hecho de que las personas jóvenes hacen un uso habitual de internet para sus
transacciones, mientras que los mayores que no han sido usuarios durante sus
estudios de aplicaciones informáticas y ordenadores personales, lo tienen más
difícil.
Por ello me permito este comentario, que no es otro que vislumbrar las
novedades que las entidades financieras nos están imponiendo y que cada vez son
más limitadas para sus clientes. Por ejemplo, podría hablar de:
1)
Diversificación.
Antes era habitual que un usuario
trabajase toda su vida con una misma empresa por tradición y porque las
entidades financieras tenían interés en fidelizarlo. Pero eso se ha acabado y
el usuario tiende a priorizar el interés al máximo y los costes y comisión de sus operaciones al
mínimo. En primer lugar, se comparan opciones y, posteriormente, se toma una
decisión. Por este motivo, el usuario particular, o empresa, tiende a trabajar
con varios bancos u operadores financieros simultáneamente. Esta tendencia no
ha hecho más que empezar.
2)
Utilización de medios electrónicos.
La extensión de internet y el aumento de
la velocidad de conexión han influido grandemente y, hoy, los bancos, pueden
ofrecer financiación con mayor diligencia. Las consecuencias de la utilización
de medios electrónicos son que el usuario empleará menos tiempo para hacer sus
gestiones y que puede consultarlas, puntualmente, incluso desde su propia casa.
3)
Búsqueda de productos estrella.
Este fenómeno está vinculado a la
expansión de internet y a la utilización de comparadores para encontrar el
mejor producto. En este caso, el usuario busca un producto estrella, independientemente
de las condiciones de la empresa que lo ofrezca, y contrata sólo este producto.
Uno de los efectos prácticos de esta nueva política es que, para sobresalir,
los operadores financieros han de ofrecer productos muy atractivos para los
internautas.
4)
El futuro de la banca.
El futuro de la banca está llamado a ser
digital, y en esto no hay discusión. Las entidades financieras tradicionales
están materializando planes de reducción de oficinas físicas en entornos
urbanos y el objetivo es quedarse con lo indispensable. Otra política que ya
aplican es desincentivar el uso de la ventanilla para los pagos y centrar la
mayoría de la operativa en los cajeros automáticos o banca electrónica.
Por otra parte, las entidades
financieras tradicionales van a verse obligadas a competir por nuevos clientes.
Además de las Fintech hay otras
grandes empresas con ficha bancaria que quieren ofrecer productos financieros y
de ahorro. Esto obliga a las entidades financieras clásicas a tomar decisiones
para mantener los niveles de competitividad. También impone políticas de
contención de gasto más agresivas y la presentación de ofertas especiales. En
consecuencia, el futuro va a ser digital, mucho más competitivo y con menores
márgenes de beneficio. El objetivo final es que la práctica totalidad de las
operaciones bancarias se realicen a través de la banca electrónica.
5)
Challenge Banks.
Este nuevo concepto es el que da mejor
respuesta a las nuevas necesidades del usuario. Básicamente se trata de
simplificar la operativa, rebajar los costes en comisiones y ofrecer
transparencia en los contratos que se suscriben, de esta forma es mucho más
fácil realizar las gestiones. Este tipo de entidades sigue la estela de las Fintech porque requieren pocos
requisitos para funcionar con normalidad. Básicamente se necesita un teléfono
móvil, conexión a internet y residencia legal. No es necesario perder varias
horas en gestiones interminables derivadas del desplazamiento y, en
consecuencia, será mucho más fácil y rápido el tomar decisiones. Además, no hay
que olvidar que la legislación de la Autoridad Monetaria Europea favorece que
se suscriban contratos a través de internet o por vía telefónica. Las
consecuencias de la crisis económica de 2008 dieron el impulso definitivo al
nuevo modelo de negocio.
Estas ventajas para el cliente, hoy por
hoy, no son tan favorables, ya que nos encontramos con personas mayores que no
tienen la agilidad y capacidad para usar elementos electrónicos e, incluso, se
sienten aislados por la sencilla razón de que se están cerrando infinidad de
oficinas bancarias, tanto en los barrios de grandes ciudades como en pueblos
pequeños, por lo que tienen dificultades para cobrar su salario, pensiones,
transferencias y la operatoria bancaria normal.
6)
La importancia de entender al nuevo consumidor.
El mundo de la banca está cambiando
porque hay una quiebra generacional. Básicamente, el uso de la nueva banca se
centra en aquellas personas que utilizan internet todos los días para realizar
la mayor parte de las gestiones. Es el caso paradigmático de los millenials, el
grupo más joven que está entrando en este juego financiero. Este público, entre
dieciocho y treintaiún años de edad, utilizan internet para todo y, en
consecuencia, están acostumbrados a consultar en la red como primera opción.
Dicho de otra manera, son las entidades financieras tradicionales las que
tienen que adaptarse a esta operativa y no al revés.
Para finalizar hago un comentario sobre las Fintech, también llamada en español “tecnología financiera”, y que
también se suele denominar “Industria Financiera”. Éstas suelen ser nuevas
aplicaciones, procesos, productos o modelos de negocios en los servicios
financieros. Se están desarrollando por todo el mundo y, naturalmente, también
en España. Según el informe Fintech publicado
en 2015 por la Asociación Española de Financieros de Empresa (ASSET), Fintech no era conocido por el 63% de
los profesionales, pero se ha incrementado, forzado por las propias entidades
bancarias, y hoy, la utilización práctica en nuestro país es superior al 60%
del volumen de transacciones profesionales que se realizan, el 38.9% dice no
utilizar Fintech por no conocer
ofertas concretas que sean interesantes o que se adapten a las necesidades de
las empresas.
Las Fintech han traído áreas
o sectores nuevos como por ejemplo banca móvil; big data y modelos predictivos;
compliance; crowdfunding; crowdlending; criptomoneda y monedas alternativas;
gestión automatizada de procesos y digitalización; pagos y transferencias;
préstamos p2p; insurtech (seguros); seguridad y privacidad; servicios de
asesoramiento financiero; sandbox; escrowd; etcétera, etcétera.
Una verdadera revolución en el sistema bancario de todo el mundo se
está llevando a cabo y, cara al futuro, aparecerán muchas otras novedades.
Estimado lector, piense que dentro de unos años el sistema bancario
será distinto del actual.
Un afectuoso saludo.
Vicente Llopis Pastor
27 de agosto de 2021
Total, que los que no entendemos y contamos con los dedos, lo tenemos claro y encima segun nueveas leyes, no nos dejan guardarlo bajo un ladrillo.
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