Como viene ocurriendo desde el año 2008 e, incluso, antes, el Sistema
Financiero Español está en continuo cambio. Hace quince años el número de
entidades financieras se distribuía en un cincuentaicinco por ciento de cajas
de ahorros y cajas rurales y el cuarentaicinco por ciento en bancos. La crisis
de las cajas de ahorros e, incluso, de algunos bancos, causada por el inicio de
la crisis financiera en el 2008 y la enorme expansión de oficinas, sobre todo
de las cajas de ahorros por todo el territorio nacional, que autorizó el
Gobierno a partir de la década de los ochenta del pasado siglo, trajeron tal
competencia que algunos de dichos operadores financieros trabajaban con pérdidas,
apareciendo nuevos productos financieros de difícil comprensión y que colocaban
a sus clientes, normalmente poco ilustrados en finanzas. Para hacer frente a
estas debilidades de las cajas de ahorros, el Gobierno creó los llamados “Sistemas
Integrados de Protección” (SIP), que consistían en una integración de balances
de algunas cajas de ahorros que se apoyaban mutuamente en caso de necesidad o
de difícil situación de sus finanzas. A ello se añadió el “Fondo de
Reestructuración Ordenada Bancaria” (FROB), dotado, inicialmente, con noventa
mil millones de euros, para que las cajas de ahorros se pudieran sostener, lo
cual tuvo cierta repercusión favorable en su momento pero que, poco a poco, se
fue diluyendo como un azucarillo en el agua.
Muchas cajas de ahorros se integraron en un SIP e hicieron uso de los
fondos ofrecidos por el FROB, pero todo ello no fue suficiente para
enderezarlas, y su trayectoria fue la de que alguna caja de ahorros se ha
transformado en un banco, o bien ha sido comprada por un banco fuerte. De las
más de setenta cajas de ahorros que había hace quince años, hoy sólo existen
dos, la de Onteniente y la de Pollensa. Algunas se han unido para crear un
nuevo banco y otras han sido ofrecidas en almoneda controlada por la Autoridad
Monetaria española, es decir, el Banco de España.
Entre las cajas de ahorros que se transformaron en bancos por
iniciativa propia, gracias al SIP y al FROB, tenemos el banco “Unicaja”, que
nació de las antiguas Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Ronda, Caja de Ahorros
de Málaga, Caja de Ahorros de Cádiz y algunas otras cajas de ahorro andaluzas.
La persona que llevó adelante esta creación del nuevo banco fue don Braulio
Médel Cámara (1947), Catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de
Málaga y empresario español. El señor Médel ha tenido una exitosa trayectoria,
tanto académica como empresarial; no obstante me permito decir que los
destacados catedráticos universitarios no son siempre tan sabios como para
llevar adelante un cierto tipo de empresas, ya que lo suyo es más la pizarra y
el PowerPoint para explicar temas económicos, y no tanto el trabajar
directamente dentro de una organización empresarial, ya que sus empleados y
clientes son más exigentes que sus adolescentes alumnos universitarios.
También nos encontramos con el banco “Liberbank”, de una trayectoria
parecida a la de Unicaja, ya que un grupo de cajas de ahorros, concretamente
Cajastur, Caja de Extremadura y Caja de Cantabria, crearon mediante un SIP y un
FROB, el banco Liberbank, constituido en el año 2011. Al igual que en el caso
de Unicaja, al frente de Liberbank ha estado don Manuel Menéndez Menéndez
(1959), Catedrático en la Universidad de Oviedo. Como he dicho antes, no
siempre la sabiduría de los catedráticos alcanza el éxito cuando éstos trabajan
directamente en una empresa.
Desde el año 2011 hasta hoy son diez años en los que Unicaja y
Liberbank han estado, en ocasiones, en la cuerda floja, y finalmente se han
fusionado con la aprobación del Ministerio de Asuntos Económicos. Esta fusión
no será la última, ya que en próximos años habrá muchas otras, bien por subasta
o almoneda o por Ofertas Públicas de Adquisición (OPA) incentivadas por el
propio Gobierno español. De esta forma vamos hacia un oligopolio bancario, que
tiene la ventaja de reducir los costes de explotación de las entidades
bancarias, pero el gran inconveniente de no ser competitivas entre ellas, ya
que los clientes han de plegarse a las condiciones, casi idénticas, que dictan los
oligopolios para éstos. Ahora le ha llegado el turno a Unicaja y Liberbank,
pero estimo que en un corto futuro le llegará la hora de desaparecer a algunas
otras entidades bancarias.
Y me he referido a estas dos entidades, Unicaja y Liberbank, porque
concretamente, en Liberbank, iba a incorporarse, mediante SIP y FROB, la Caja
de Ahorros del Mediterráneo (CAM), y a tal fin se constituyó el llamado “Banco
Base”, en el que, entre otras condiciones, iba a ser Director Operativo con
residencia en Madrid, el entonces Director de la CAM, don Roberto López Abad, pasando
a ser la Directora de la CAM doña María Dolores Amorós Marco. Sin embargo, el
señor Menéndez Menéndez, de Cajastur, entendió que el balance de la CAM no
ofrecía un adecuado nivel y calidad para incorporarse en el citado Banco Base y
ello, junto con la expresión pública que en dicho año 2011 el entonces Gobernador
del Banco de España, don Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que dijo: “…La Caja de
Ahorros del Mediterráneo es lo peor de lo peor…”, fue el verduguillo para la
desaparición de la caja alicantina, no admitiéndola por su precariedad en el
Banco Base y que el resto de socios se integraron en un nuevo banco llamado Liberbank,
quedándose la CAM sola y única propietaria del Banco Base, que duró pocos días,
ya que fue intervenida por el Gobierno español.
Derivado de la mala gestión y funcionamiento de la CAM en financiación,
créditos, préstamos, garantías e, incluso, la propia actuación de la CAM como
promotora inmobiliaria, en algunos casos en el extranjero, en ocasiones
asociándose con empresarios inmobiliarios y en otros casos “a pecho
descubierto” sin socios, lo cual es bastante heterodoxo, ya que su negocio era
el de la canalización del ahorro mediante la inversión, y no dedicarse a
construir edificios, casas, hoteles y participar en las promociones
inmobiliarias, algunas de ellos las llevó a cabo en México. Esta tarea de
promotor inmobiliario y de concesión de créditos sobre terrenos sin construir y
temas parecidos le supuso una enorme merma en la cuenta de resultados.
Como suele ser conocido, en dicho año 2011, el Banco de España
formalizó una Oferta Pública de Venta de la CAM a la que acudieron pocos
postores y, finalmente, fue adquirida por Banco Sabadell por el precio de un
euro, y con el compromiso de que el Banco de España y otros organismo financieros,
como el Fondo de Garantía de Depósitos, aceptaran cubrir el ochenta por ciento
de las pérdidas derivadas de la gestión inmobiliaria durante diez años, que se
cumplen en noviembre de 2021, por un montante de más de cinco mil millones de
euros. Curiosamente hasta ahora la ayuda gubernamental para estas pérdidas ya
se acerca a unos siete mil millones de euros y falta la correspondiente al
ejercicio de 2021 que, por el camino que lleva, creo que superará los nueve mil
millones de euros. Esto es negociable, ya que la Autoridad Monetaria española
no es partidaria de excederse en las ayudas.
Por lo que he expuesto, la fusión Unicaja-Liberbank no es ajena a
Alicante, ya que la CAM, que llegó a ser la cuarta caja de ahorros española por
Activos Totales Medios (ATM), quedó marginada y engullida hace diez años.
Curiosamente, la CAM tenía mayor volumen de ATM que el Banco Sabadell, lo cual
sirvió para poner en tela de juicio el conocido refrán “El pez grande se come
al chico”, ya que, en este caso, fue al contrario.
Todo lo que he dicho ya es historia, pero ha dejado algunos cadáveres
en el camino, tales como la pérdida de la mayoría de “cuotas participativas” y
de “deuda subordinada” emitidas por la CAM en voluminosas cifras. Junto a este
menoscabo a sus clientes, la propia CAM se ha visto afectada en su
organización, ya que fue intervenida por el Banco de España; cesada la
Directora General; cesado por desaparición al Director Ejecutivo del Banco CAM,
anteriormente Banco Base; la devolución de la jugosa cifra de dinero que
cobraba el Presidente de la CAM, don Modesto Crespo, quien era un Presidente
representativo y no tenía funciones ejecutivas, a pesar de lo cual, le pagaban
seiscientos mil euros al año; el elevado blindaje de la Directora General,
cuando cesara en su cargo; la enorme pensión a recibir en caso de jubilación;
la desconfianza en las cifras contables que presentaba periódicamente al Banco
de España; las inciertas decisiones que llegó a tomar su Consejo de
Administración; y muchos otros temas de cierta envergadura.
Como he dicho, todo esto ya es historia, pero no ha acabado, porque hay
sentencias judiciales y administrativas que están recurridas. Mientras tanto,
Banco Sabadell creo que tiene otro estilo en su operatoria. Con la desaparición
de la CAM, Alicante no sólo ha retrocedido como plaza financiera autónoma, sino
que también se ha visto afectada la sociedad alicantina, ya que la Obra Social,
cuya estrella es el Aula de Cultura de la Calle Doctor Gadea 1 de Alicante; la
Casa-Museo Azorín de Monóvar; la Casa Modernista de La Pichocha, en Novelda; el
legado del marino noveldense Jorge Juan y Santacilia; la Biblioteca Gabriel
Miró; y tantas otras actividades en las provincias de Alicante y Murcia, han
pasado a transformarse en una “Fundación” en la que no figura el nombre de CAM,
y que se ha integrado como tal Fundación bajo el patronazgo de la Comunidad
Autónoma Valenciana, y para la cual ya no existen ingresos procedentes de los
beneficios anuales de la CAM, porque ésta ya no existe y el Banco Sabadell no
quiere mantenerla. Así está la situación actualmente y que en operatoria y
número de entidades financieras han hecho variar el “Estatuto del Ahorro” del
año 1933 y que para Alicante y su provincia han sido más de cien años de
existencia.
Estimado lector, espero que esta información le sea útil.
Un afectuoso saludo.
Vicente Llopis Pastor
28 de agosto de 2021
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