Tal como prometí ayer, con este artículo “El futuro de la banca según
el Banco de España (BE)” complemento tres referencias a la situación actual del
Sistema Bancario Español; el día 26 hablé de los nuevos hábitos para operar de
los clientes de la banca; ayer sobre el punto de vista del futuro de la banca,
según expresiones de la Asociación Española de Banca (AEB); y hoy, lo culmino
con el criterio oficial del BE que, trimestralmente, da información en la
Comisión de Economía del Congreso de los Diputados y elabora documentos,
estadísticas y consideraciones sobre la evolución del dinero y su repercusión
sobre la economía real. En estos casos suele ser el Gobernador del Banco de
España el que hace de portavoz de dicha información y, según las últimas
aportaciones, no difieren demasiado de lo expuesto por la AEB. Hay que hacer
notar que el BE forma parte del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) y
está supeditado, hasta cierto límite, al Banco Central Europeo (BCE); por lo
que sus aportaciones suelen ser más amplias y en un sentido más europeo e
internacional. Entre estas expresiones me permito citar las siguientes:
1)
De la simple observación de los datos sobre la
situación de las entidades bancarias europeas se desprende la apreciable
vulnerabilidad que muestra el sector.
2)
El conjunto de las entidades europeas registra
rentabilidades sobre capital muy escasas, que se sitúan por debajo de cualquier
estimación razonable del coste del capital en el mercado.
3)
Europa ha aumentado los requerimientos de solvencia y
la aparición de los nuevos requisitos de resolución que amplían las exigencias
sobre la disponibilidad de pasivos capaces de absorber pérdidas y que
constituyen elementos adicionales de presión sobre la rentabilidad del sector. Dicho
de otro modo, han de aumentar las reservas y la capitalización de cada entidad
bancaria.
4)
Por el momento continua la política del anterior
Presidente del BCE, el italiano Draghi, de insuflar dinero al Sistema Monetario
Europeo, que sigue manteniendo la nueva Presidenta del BCE, Christine Lagarde,
pero que no va a ser eterna. Tal vez, a medio plazo, se genere una cierta
inflación.
5)
El sector bancario tendrá, en el futuro, con carácter
general, un menor tamaño, y las entidades que lo compongan serán quizás menos
rentables, aunque probablemente también más seguras. Esto necesariamente
conllevará cambios importantes en su estructura y generará procesos de
selección natural del que saldrán airosos, no sólo aquellos mejor adaptados al
nuevo entorno, sino también los que no estándolo, sean capaces de gestionar con
clarividencia su integración en proyectos potencialmente más sólidos.
6)
A pesar de lo dicho en el punto anterior, el BE
entiende que las entidades de reducido tamaño irán desapareciendo
paulatinamente.
7)
Se ha creado el “Mecanismo Único de Supervisión” (MUS),
a nivel europeo, que vigilará los requisitos de capital y de pasivos
convertibles en recursos propios y obligarán, normalmente, a las entidades, a
participar activamente en los mercados de capitales y, por lo tanto, a
retribuir estos instrumentos según las condiciones exigidas en los mismos. Este
MUS lo llevará a cabo en nuestro país el BE. Los requisitos de capital y pasivo
convertibles en recursos propios se suelen llamar CoCo.
8)
Continuará un entorno de bajos tipos de interés junto
con una presión regulatoria y competitiva crecientes, lo que exigirá niveles
muy elevados de eficiencia.
9)
Comparando la situación actual con la de la crisis de
2008 y la posible evolución a medio plazo, se ha reducido el número de grupos
bancarios en un 44% y, en pocos años, se reducirá a más del 60%.
10) La
exposición neta al sector inmobiliario ha tenido que dotarse, en pocos años, en
más de trescientos mil millones de nuevas provisiones para préstamos vivos y
adjudicados. Los activos de dudoso cobro siguen siendo muy elevados, a pesar de
ello se nota una cierta recapitalización.
11) Desde
la crisis de 2008 las entidades bancarias europeas han tenido que ser ayudadas
por algunos organismos públicos, entre
ellos el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y
se han creado los llamados “Bancos Malos”, que en el caso de España han
traspasado sus activos de dudoso cobro al banco “SAREB”, así como planes de
reducción de capacidad y ejercicios de reparto de la carga que afectaron a
accionistas y acreedores subordinados de las entidades que recibieron apoyo
público. Todo ello tuvo que hacerse tras complejas negociaciones, en
particular, con la Comisión Europea.
12) La
Autoridad Monetaria Europea está exigiendo mayor transparencia y la
contabilidad de los créditos refinanciados, la baja retribución de los
depósitos y el reparto de dividendos.
13) El
BE destaca que estas actuaciones forman parte de una estrategia de Estado y
exige la cooperación estrecha entre distintas instancias.
14) El
Fondo de Garantía de Depósitos ha aportado ayudas por un volumen superior a los
veinte mil millones de euros mediante suscripciones de capital o la asunción de
esquemas de protección de activos, en la primera parte de la crisis, y después
en forma de adquisición a inversores minoristas de acciones procedentes de la
conversión de instrumentos híbridos de capital.
15) En
general, el BE defiende el modelo de negocio diversificado, que actualmente
sigue gran parte del sector, situando a las entidades españolas en una posición
algo más favorable que la de otros sistemas bancarios a la hora de hacer frente
a los desafíos que puedan aparecer.
16) El
BE no es partidario de la banca pública y aboga por una banca comercial y privada
que cumpla los requisitos legales y las directivas europeas.
17) Tampoco
defiende los bancos especializados, por ejemplo los llamados bancos de
inversión, específicos para determinados sectores económicos.
18) Con
la nueva normativa, la Asociación Europea de la Banca tendrá un mayor
protagonismo. Es una cierta revolución bancaria que supera la Ley española de
Bases del Crédito y la Banca del año 1962, en la que, entre otras resoluciones,
se privatizó el BE y desaparecieron los bancos de inversión, ya que todas las
entidades financieras optaron por constituirse como bancos comerciales.
19) A
todo ello el BE también habla de la necesidad de aplicar las Nuevas Tecnologías
de la Información y Comunicaciones a la operatoria bancaria, al igual que ha
expuesto la Asociación Española de la Banca (AEB) y que ya es de uso muy
frecuente mediante herramientas informáticas y telefonía móvil. Se estima que
habrá una reducción de sucursales bancarias en los próximos años a medida que
avance la transformación digital. Los clientes jóvenes, cada vez ignoran más
las oficinas físicas y realizan sus transacciones por internet. Se calcula que
la banca cerrará, a corto plazo, otras veinte mil oficinas, lo que supone el
setenta por ciento de ellas, sobre todo por el modelo digital y las fusiones.
Estimado lector, así está el panorama del Sistema Bancario Español. Los
tres artículos que he escrito van en la misma dirección, aunque desde el punto
de vista de clientes, AEB y BE. Pero indudablemente es una de las grandes
revoluciones que va a tener nuestra querida España.
Un afectuoso saludo.
Vicente Llopis Pastor
31 de agosto de 2021
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