Don Gonzalo Anes Álvarez de Castrillón, Primer Marqués de Castrillón, nació en Trelles, Coaña, Asturias, el 10 de diciembre de 1931, falleciendo en Madrid el 31 de marzo de 2014. Fue un destacado economista, profesor universitario e historiador. Pertenecía a una familia hidalga asturiana. Cursó sus primeros estudios en Navia y Avilés, obteniendo la Licenciatura en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Complutense de Madrid en 1957, alcanzando el Grado de Doctor en Ciencias Económicas por la misma Universidad en el año 1966, con una Tesis titulada “Problemas de la agricultura española en el tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen”. Esta Tesis obtuvo el Premio Taurus para libros de investigación en Ciencias Sociales y fue publicada con el título de “Las crisis agrarias en la España moderna”. Amplió sus estudios en la Universidad de La Sorbona, en París, durante el curso 1959-1960, donde conoció y siguió las enseñanzas de los afamados Catedráticos Pierre Vilar (1906-2003), historiador e hispanista francés; Ernest Labrousse (1895-1988) historiador y especialista en historia económica y social; y Fernand Braudel (1902-1985), historiador francés que revolucionó la historiografía del siglo XX al considerar los efectos de la economía y la geografía en la historia total.
Regresa
a España y comienza a ejercer como Profesor Ayudante y Adjunto en la Facultad
de Ciencias Económicas y Políticas de Madrid en la materia de Historia Económica
Mundial y de España. En 1967 obtiene por oposición la Cátedra de la citada
materia “Historia Económica Mundial y de España” en la Facultad de Ciencias Económicas
de la Universidad de Santiago de Compostela y, en 1968, la Cátedra de Historia
e Instituciones Económicas de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de
la Universidad Complutense de Madrid.
Su
trayectoria como estudiante universitario estuvo muy influenciada por los
grandes economistas que crearon dicha Facultad de Ciencias Políticas y Económicas
en 1943, en la que destacaron Catedráticos que he citado en varias ocasiones,
por ejemplo, don Valentín Andrés Álvarez Álvarez (1891-1982); don José
Castañeda Chornet (1900-1987); don Manuel de Torres Martínez (1903-1960) y,
especialmente, don Alberto Ullastres Calvo (1914-2001). Aquellos Catedráticos
fueron muy competentes y establecían rigurosos filtros en aras de la buena
formación de sus alumnos. El estudiante Gonzalo Anes no desaprovechó la ocasión
de familiarizarse con los conocimientos brindados por estos docentes que le
ofrecían en la joven Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de Madrid. Le
influyó fundamentalmente Alberto Ullastres, que brillaba por su capacidad de
síntesis y por el novedoso método de desplegar ante sus alumnos los
conocimientos históricos.
Don Gonzalo
Anes, en su materia de Historia Económica Mundial y de España prescindía de
nombres de reyes, batallas y fechas, presentando procesos temporales exentos de
enfadosas exigencias memorísticas, tanto como, en general, de valoraciones
subjetivas. Yo fui alumno del Catedrático Gonzalo Anes en la materia Historia
Económica de España, que aprobé con una destacada nota y, al margen de las
seductoras clases que impartía en la Facultad de Ciencias Políticas y
Económicas de Madrid, se utilizaba un libro titulado entonces “Historia
Económica de España” de Jaime Vicens Vives (1910-1960). Por cierto, que el
citado libro de texto del profesor Vicens Vives rezumaba tácitamente una
especie de desigual interpretación de Cataluña con España; por ejemplo, hablaba
del “Complejo de inferioridad de los españoles”, que Vicens Vives lo decía como
“Complejo de inferioridad de los castellanos”, alabando las aportaciones de
Cataluña y que España había sido una economía aceptable gracias a los catalanes.
Cuando yo tenía veinte años y estudiaba este tema me parecía natural, pero con
el paso del tiempo y la relectura de dicho libro, ya no me parece aséptico, más
bien es un comentario de la superioridad de los catalanes sobre el resto de
España. Jaime Vicens Vives actualmente se le nombra como Jaume Vicens Vives;
fue alumno de Pere Bosch Gimpera (1891-1974), igualmente catalán, con quien
formó escuela de Historia Económica junto con Pere Grases González (1909-2004),
condiscípulo de Vicens Vives; Quim Nadal i Farreres (1948), que fue Alcalde de
Gerona (1979-2002), Conseller de Política Territorial de la Generalitat
Catalana (2003-2010), Catedrático de Historia Moderna de la Universidad de
Gerona y, actualmente, es el Director de L’Institut Català de Recerca del
Patrimoni en la Generalitat Catalana.
Podemos
decir que la Historia Económica de España ha tenido sus mejores cultivadores en
Catedráticos e investigadores catalanes, los cuales, aun buscando la precisión
científica, se les notaba una posición neolingüística más cerca de la lengua catalana que del idioma español.
Durante mi época de profesor universitario tuve contacto con un excelente y
sabio conocedor de la Historia Económica de España, cuyo nombre no cito, llegando
a ser profesor numerario, que intentó, en varias ocasiones, obtener la Cátedra
de Historia Económica, pero los tribunales que le juzgaban, compuestos
mayoritariamente por historiadores catalanes como los que he citado
anteriormente, no le aprobaron, por no seguir su corriente de pensamiento
catalanista; creo que, fundamentalmente, fue porque era un especialista
reconocido incluso en el extranjero, que publicó diversas obras, escribió
libros y dio conferencias sobre la Historia Económica de España en la época de
la dinastía de los Austrias. Gonzalo Anes tenía otro enfoque más acertado, sin
carga ideológica, ni valores subjetivos, e interpretaba la Historia Económica
de España valiéndose de los conocimientos teóricos que había recibido de uno de
sus destacados profesores, concretamente de don Valentín Andrés Álvarez
Álvarez.
Gonzalo
Anes destacó por sus grandes conocimientos de la Historia, siendo elegido
Miembro Numerario de la Real Academia de Historia en 1978 y de la que fue
Director desde 1998 hasta su fallecimiento; Miembro de la Asociación Española
de Ciencias Históricas; Miembro del Institute for Advanced Study de Princeton,
Estados Unidos; Miembro de la Asociación de Historia Económica Internacional;
Fundador del Centro de Estudios de Política Exterior; Vicepresidente de la Fundación
Duques de Soria; Presidente de la Sociedad Española de Estudios del Siglo
XVIII; Patrono del Real Patronato del Museo del Prado, del que fue Presidente
durante varios años; Vocal de la Junta de Gobierno de la Fundación Príncipe de
Asturias; Consejero del Banco de España (1983-1986); Director de la Revista
“Moneda y Crédito” de gran prestigio; y colaboró, entre otras publicaciones
periódicas, en las de mayor relevancia en España, por ejemplo, “Revista de
Economía”; “Cuadernos Hispanoamericanos” y “Estudios Geográficos”.
Fundamentalmente
fue un historiador especialista en agricultura española del siglo XVIII y
recuerdo que, en sus clases, nos explicaba las causas y consecuencias de las
desamortizaciones civiles y religiosas que hubo desde la época de Primer
Ministro de Manuel Godoy (1767-1851) en el reinado de Carlos IV (1748-1819),
pasando por José I Bonaparte (1768-1848), las Cortes de Cádiz (1812), el
Trienio Liberal (1820-1823), a la desamortización de Juan Álvarez Mendizábal
(1790-1853), que estuvo muy bien diseñada pero se encontró con que las
propiedades de las llamadas “manos muertas”, que son la Iglesia Católica y los
Mayorazgos, hubo que venderlas mediante subastas, a las que concurrían los
españoles que tenían dinero, con lo cual la consecuencia fue que de ser
propiedades religiosas o de mayorazgo, pasaron a los ciudadanos más ricos;
añadiéndole el caso de que los bienes de la Iglesia, que eran de notable valor
artístico, quedaron prácticamente abandonados. El Estado español, con estas
decisiones, buscaba la justicia e igualdad pero lo que ocurrió es que cambió de
manos, ya que los nuevos propietarios no cuidaron las obras de arte
conseguidas. Curiosamente, el examen final de la asignatura, en la convocatoria
que aprobé, fue sobre el tema de “La desamortización Civil y Eclesiástica”.
Entre
sus publicaciones, libros y obras más destacadas incluyo las siguientes: “El
siglo de las luces” (2001); “El abastecimiento de Madrid durante la primera
mitad del siglo XIX” (1982); “Las Colecciones Reales y la fundación del Museo
del Prado” (1996); “Las crisis agrarias en la España moderna” (1981); “La Ley
Agraria” (1995); “Historia económica y pensamiento social” (1983); y muchas
otras que superan más de treinta libros.
Entre
los premios y distinciones que obtuvo se encuentran el Premio Rey Jaime I de
Economía en el año 2009; Premio Nacional de Historia en 1995; Doctor Honoris
Causa en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Oviedo; Doctor
Honoris Causa por la Universidad de Alicante; Gran Cruz de la Orden de Alfonso
X El Sabio en 1999; Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel La Católica en
2002; y el ya citado Premio Taurus por su Tesis Doctoral en 1967.
El
profesor Gonzalo Anes era de una fuerte personalidad y los estudiantes le
tenían mucho respeto. Sin embargo fue una persona de exquisito trato, esmerada
educación, nobles costumbres y una expresa atención a sus alumnos.
Como
he dicho en otras ocasiones, España tuvo, y sigue teniendo, grandes
economistas. Entre ellos incluyo a Gonzalo Anes Álvarez de Castrillón, Primer
Marqués de Castrillón.
Amigo
lector, hasta un próximo artículo.
Vicente Llopis Pastor
30 de junio de 2021
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