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LA ASOMBROSA VIDA DE ALBERT SCHWEITZER (1875-1965), INTELECTUAL Y MÉDICO EN LA JUNGLA AFRICANA Y PREMIO NOBEL DE LA PAZ EN 1952

 De “asombrosa” califico yo la vida de Albert Schweitzer (1875-1965), nacido en Kaysersberg, Alsacia, Imperio Alemán, el 14 de enero de 1875, y fallecido en Lambaréné, Gabón, país francófono, antigua colonia francesa denominada “África Ecuatorial Francesa”, situada en la Costa Oeste del África Central , el 4 de septiembre de 1965. Para mí reunió varios campos del saber, tales como filosofía de la vida, teología, música, musicología, medicina y una vida activa en todo tipo de materias y con una dedicación misionera como médico en África, que fue reconocida con la concesión del Premio Nobel de la Paz en el año 1952.

Las amplias facetas con las que transcurrió su vida son tan extraordinarias que para poder expresarlas me voy a permitir, al igual que he hecho en otras ocasiones, realizarlas de forma analítica, espero no olvidarme de ninguna de ellas. Ahí van:

a)      Estudios académicos.

Cursó cuatro carreras universitarias. En todas ellas obtuvo el Doctorado en Filosofía, Teología, Música y Medicina. Esta última comenzó a estudiarla a los treinta años de edad y, a los treintaiocho años, en 1913, junto a su esposa, enfermera, se marcharon a Lambaréné, zona selvática de la entonces África Occidental Francesa, en donde construyó un hospital para atender a los pobres y a los nativos, en una zona infestada de mamíferos, aves, insectos y reptiles de todo tipo; vegetación en tierras húmedas y pantanosas, en las que insectos, serpientes, cocodrilos y muchas otras especies de animales, campaban a sus anchas.

b)     Teología.

Se entiende como tratado sobre Dios y él lo especifica como cosas finales del cristianismo, considerado como la naturaleza del Reino de Dios, basándose en un profundo conocimiento de la Biblia, cuyos fragmentos leía e interpretaba durante unos cortos minutos todos y cada uno de los días de su existencia. Desde el año 1900, con veinticinco años de edad, fue pastor de la Iglesia de San Nicolás, en Estrasburgo.

c)      Música.

Fue un famoso organista. También fue constructor de órganos. A los ocho años de edad ya tocaba el órgano cuando sus pies apenas alcanzaban los pedales; a los siete años compuso un himno. En una ocasión estuvo en España interpretando al órgano algunas piezas musicales, y acudió el Rey Alfonso XIII de España (1886-1941), con quien tuvo el siguiente diálogo: Alfonso XIII le dijo “¿Es muy difícil tocar el órgano?”. Schweitzer contestó “Algo así, tan difícil, como gobernar España”. Ante ello, Alfonso XIII le dijo “Es usted un hombre valiente”.

d)     Musicólogo.

Fue un excelente tratadista sobre lo que significa la música, considerada como una de las más bellas artes. Su autor principal era Johann Sebastian Bach (1685-1750). Basaba su interpretación principalmente en una nueva valoración de las intenciones religiosas en la obra de Bach. Escribió un libro titulado “Johan Sebastian Bach” en 1908, en donde aboga por un nuevo estilo, que ha tenido influencia en la manera que la música de Bach se está tratando en la actualidad. Igualmente escribió diversas monografías sobre el músico del Barroco, provocando un nuevo culto hacia el mismo en Alemania. Existe una grabación de Albert Schweitzer en la que interpreta la música de Bach, editada en el Álbum “Lambaréné, Bach to África”, en donde se fusiona obras de Bach con música étnica de Gabón, y es un homenaje a Schweitzer.

e)      Filosofía.

La visión del mundo de Schweitzer está basada en la idea de la “reverencia por la vida”, que él creyó que fue su mayor y más simple contribución a la Humanidad, ya que veía una decadencia en la civilización occidental, debido a un paulatino abandono de las raíces éticas, es decir, de la afirmación de la vida. En cierto modo, su pensamiento filosófico era similar a la exaltación de la vida de Friedrich Nietzsche (1844-1900), filósofo alemán; siguiendo la misma línea de pensamiento que la del escritor ruso León Tolstoi (1818-1910). En su época, algunos compararon su filosofía con la de San Francisco de Asís (1181-1226), comparación que él no rechazó.

Según él, la filosofía verdadera debe empezar con el hecho más inmediato y más comprensivo del sentido. Lo condensa en su frase “Soy ser vivo y deseo vivir, en medio de seres vivos que desean vivir”. La vida y el amor, en su opinión, estaban basados y siguen el mismo principio respecto a cada manifestación de la vida y una relación personal y espiritual hacia el universo. La ética, según Albert Schweitzer, consiste en la obligación de demostrar que la voluntad de vivir de uno mismo y la de cada ser tienen la misma reverencia de lo que es propio. En las circunstancias en donde no podamos satisfacer esta obligación no debemos caer en el derrotismo, puesto que la voluntad de vivir se renueva una y otra vez como resultado de una necesidad evolutiva y de un fenómeno con dimensión espiritual.

Se doctoró en Filosofía con una Tesis sobre la obra de Immanuel Kant (1724-1804).

f)       Medicina.

Se hizo médico “porque contemplar el sufrimiento de los hombres le era intolerable”. Comenzó a estudiar medicina a los treinta años de edad y, a partir del año 1913, se trasladó, junto con su esposa, a Lambaréné, de la entonces África Ecuatorial Francesa, actualmente Gabón. Su esposa era enfermera y ambos atendieron a pacientes de todo tipo desde que llegaron, en 1913, hasta que falleció Albert en 1965, combinándolo con algunos viajes por América y Europa para difundir la labor que estaba realizando. Fue tan admirable que le fue concedido el Premio Nobel de la Paz en 1952. El hospital que creó era una especie de misión; allí trató y atendió literalmente a millares de pacientes, tomando a su cargo el cuidado de centenares de leprosos, y trató a muchas víctimas del mal africano “enfermedad del sueño”. En 1914, al comenzar la Primera Guerra Mundial, como era alemán y estaba luchando contra Francia, Albert fue detenido, confinado temporalmente en su casa y, en 1917, lo trasladaron a Garaison, en Francia. Allí estudió y escribió tanto como le fue posible en la preparación, entre otros, de su famoso libro “Culture and Ethics”, publicado en 1923. En julio de 1928, al finalizar la I Guerra Mundial, se le concedió la libertad y trabajó como auxiliar médico y ayudante de vicario en Estrasburgo. No sólo deseaba que su filosofía de la cultura y la ética se conocieran ampliamente; sino que también sirviera como medio para recaudar fondos para la fundación para el hospital de Lambaréné, para el cual no dudó en vaciar sus propios bolsillos.

El ejercicio de la Medicina era harto difícil en una zona de tribus y desconfianza en una vida casi salvaje que llevaban allí los seres humanos. Había una desconfianza entre los nativos por si el tratamiento del doctor Schweitzer podía ser venenoso, y no sabían usar los medicamentos en la forma y dosis que se les recetaban, confundiéndolas. Se creía que las pomadas que les prescribía para aliviar los males de la piel, en lugar del uso tópico, se las tragaban, y hubo de hacer de consejero y solucionar temas de desconfianza de los propios clanes. Algunos africanos lo consideraban como un leopardo disfrazado. En el hospital no había agua corriente ni electricidad y había toda clase de seres, desde cabras, periquitos, mandriles, cerdos salvajes, monos, antílopes, a los que Schweitzer alimentaba diariamente.

g)      Conferencias en Europa y América.

Desde 1919 hasta 1957 alternó su trabajo en Lambaréné con conferencias en Europa y Estados Unidos sobre la reverencia por la vida; el pacifismo; contra el armamento y contra las pruebas nucleares.

h)     Reconocimientos.

Entre los más destacados obtuvo el Premio Literario “Goethe” de Francfort de Meno, en honor a Johan Wolfgang Goethe (1749-1832), sabio alemán, dramaturgo, novelista, poeta, y naturalista (1928).

Concesión de la “Legión de Honor” francesa, otorgada por el Gobierno de Francia, en 1948.

Premio Nobel de la Paz, por su contribución al pacifismo y en contra de la guerra, en el año 1952.

i)        Otras profesiones.

Fue un gran conocedor, con múltiple experiencia práctica en estética, zoología tropical, antropología, agricultura, carpintería, albañilería, veterinaria, constructor de barcos, dentista, delineante, mecánico, farmacéutico y jardinero.

j)       Libros.

Además de los ya citados en los anteriores apartados, se incluye su “Historia de las investigaciones sobre la vida de Jesús”, en 1905; “The decay and the restoration of civilization” (1923); “Souvenir de mon enfance” (1926), traducido al español como “Recuerdos de mi remoto ayer”, publicado en 1966; “The Kindgdom of God and Primitive Christianity” (1967); “Peace or Atomic War” (1958), y algunos otros que han sido traducidos a numerosos idiomas.

A grandes rasgos ésta fue la vida de Albert Schweitzer, de quien Albert Einstein (1879-1955), físico, considerado como el científico más importante del siglo XX, escribió: “En este mundo perdido usted es una cosa asombrosa: el gran hombre…”. Su lema fue el venerar la vida a través de los seres humanos. Hubiera triunfado en cualquier época de la historia.

Estimado lector, ahí le dejo la trayectoria de este altruista y sabio que se dedicó en cuerpo y alma hacia los más desvalidos.

Un afectuoso saludo.

 

 

                  Vicente Llopis Pastor

30 de marzo de 2021

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