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METODOLOGÍA DE LA CIENCIA ECONÓMICA

 

La “Metodología de la Ciencia Económica” siempre ha estado algo confusa y desperdigada. Aunque se busque el conocimiento y explicación de los hechos económicos, siempre ha dependido del enfoque inicial o del planteamiento que se quiere desarrollar. Además al tratarse de una “ciencia social” las conclusiones no pueden ser totalmente absolutas y definitivas. Como se incluyen las formas, expectativas y comportamientos humanos, no puede ser una “ciencia exacta” como podrían ser la Física, Química, Matemáticas. Su metodología puede ser muy dispar, tal como ha ocurrido a lo largo de la Historia del Pensamiento Económico.

Para comenzar definiré los sustantivos y adjetivos que se engloban en el título de este artículo. A saber:

a)      Metodología. Viene de “método” en el sentido de “camino” para alcanzar algo, junto con “logia” que viene de “logos”, tratado; o séase, es lo que se ha venido en llamar la “lógica” u “organón” del filósofo de la Antigua Grecia Aristóteles (384 a.C.- 322 a.C.), complementado con el filósofo francés René Descartes (1596-1650), en su obra “El discurso del método”.

b)      Ciencia. En el sentido de estudiar un fenómeno mediante las causas que lo provocan. Esta forma de entender la “ciencia” es la que se suele utilizar en las Ciencias Exactas, provocando la generación de determinados fenómenos en laboratorios; tubos de ensayo o provocaciones físicas, químicas o de la propia naturaleza. Es decir, las “Ciencias Naturales”. En la Ciencia Económica es imposible provocar fenómenos en laboratorios, tubos de ensayos y otro tipo de material.

c)      Económica. Economía viene del griego “oikos”, en el sentido de casa, hacienda, hogar o patrimonio y “nomos”, que significa “administración”, es decir, la mejor manera de gestionar dicho patrimonio, sobre todo cuando éste último siempre es finito. Si unimos “oikos” con “nomos”, aparece en español la palabra “economía”, que se acepta como paradigma de conocimiento como “la forma de satisfacer las necesidades humanas por medio de recursos escasos, susceptibles de usos alternativos”, según la expresa el economista Lionel Robbins (1898-1984).

Pues bien, una vez centrado el tema a estudiar, al considerarlo científicamente, hemos de usar los “caminos” y los “vehículos” que vamos a poder emplear para alcanzar el objetivo final. Aquí es en donde surgen las dificultades para precisar una idónea metodología, la cual resulta muy difícil, tanto por su contenido como por la explicación del objetivo a alcanzar. Además hay que considerar la “ideología” e, incluso, la “política” imperante y que circunda al investigador, analista o especialista en la materia de Economía.

Resulta claro que, como existen muchas concepciones del conocimiento científico y muy diversas materias que son objeto del mismo, y como las tareas que hay que realizar son de diverso orden y de distintas clases, la aplicación de la metodología en la Ciencia Económica no siempre se considera totalmente válida, y aparecen múltiples concepciones respecto a la realidad y cómo se puede llegar a ella, es decir, la epistemología, considerada como los fundamentos del conocimiento científico. En todo caso, el papel del método es mucho más importante que su propio concepto o distinción de sus variedades, pues es lo que caracteriza el conocimiento científico en la Economía y que ha dado lugar a variadas controversias que se ramifican según el camino que se sigue para alcanzar el conocimiento.

Sólo por desgranar algunos tipos de “metodología” aplicables a la Ciencia Económica, cito algunas de ellas, aún sabiendo que pueden ser muchas más. Por ejemplo, los tratadistas de la Ciencia Económica pueden seguir caminos tan distintos como los siguientes: Metodología inductiva; deductiva; matemática; estadística; renta; producción; del gasto; dialéctica; estructural; funcional; histórica; analítica; econométrica; marxista; psicológica; macroeconómica; microeconómica; y muchas más.

La mayor o menor aplicación de tal variedad en metodologías ha devenido en las llamadas “escuelas” y por ello se pueden llamar “Escuela Matemática”; “Escuela Histórica”; “Escuela Econométrica”; etcétera. También se puede derivar en diversos tipos de “pensamiento”; por ejemplo: pensamiento clásico; liberal; mercantilista; fisiócrata; industrial; socialista; comunista; neoliberal; y demás.

Añadamos que el “objetivo” que se propone puede ser diferente o con algunos matices. Consecuentemente aparecen materias de distinta índole en los Planes de Estudio universitarios de la Ciencia Económica, que se puede dividir en asignaturas como: Teoría Económica, que viene de “theorien”, que quiere decir contemplar; Estructura Económica, que busca el describir; Economía Política, que es el papel que ejerce el Estado; Política Económica, que es la aplicación de determinados instrumentos para conseguir objetivos políticos; Econometría, que es la combinación de Matemáticas y Estadística mediante el cálculo de probabilidades; Ciclos Económicos, que consideran las variaciones temporales que generan las actividades productivas; así como otros campos de estudio que completan la excelente preparación social, numérica, conceptual y práctica con la que se desenvuelven los economistas.

Estimado lector, algunos tratadistas consideran a la Ciencia Económica como una “ciencia lúgubre” o también “ciencia desleal” porque abarca todo lo que deciden las personas que conforman cualquier sociedad y que no piensan de manera uniforme. Ésta es su gran dificultad, su metodología. Pero también es una ciencia que ilustra, analiza e intenta comprender las reacciones humanas.

Querido lector, no deje de leer materias sobre economía en las que siempre podrá descubrir algunas situaciones que no sospechaba.

Un afectuoso saludo.

 

 

Vicente Llopis Pastor

26 de febrero de 2021

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