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APOCALIPSIS

 El “Apocalipsis” se considera algo así como el Fin del Mundo. Realmente es el título del libro escrito por el Evangelista San Juan, también llamado “El Libro de las Revelaciones”, el último libro del Nuevo Testamento de la Iglesia Cristiana. También es conocido como “Revelaciones de Jesucristo” y es considerado “Profético”, es decir, que según una intervención de lo Divino sobre lo Humano, se anuncia el Fin del Mundo por voluntad divina. Las iglesias cristianas así lo entienden, y esperan que llegue el momento para que acontezca ese anunciado “Fin del Mundo”. Durante siglos se han escrito libros premonitorios sobre este hecho; películas cinematográficas; épocas históricas en las que se señalaba este fin del mundo, el cual, todavía parece ser que no ha llegado. Momentos históricos parecían que eran el Apocalipsis, por ejemplo, la pandemia de la peste bubónica, también llamada “peste negra” o “muerte negra”, la pandemia de peste más devastadora que ha existido en la Historia de la Humanidad, que afectó a Europa en el siglo XIV, con un punto máximo entre los años 1347 y 1353, que asoló la Tierra e hico desaparecer a la tercera parte de la Humanidad; las prospectivas del “monje negro de la economía”, Thomas Robert Malthus (1766-1834), que escribió una obra titulada “Ensayo sobre el principio de la población” (1778) y en la que aseguraba la imposibilidad de que la Tierra pudiera sostener una enorme población, ya que morirían de hambre sus habitantes por la razón de que los alimentos aumentaban en progresión aritmética, mientras que la población, por la vía natural, se multiplicaba por razón geométrica, con lo cual, el mundo no podría abastecerse; el escritor español Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) escribió “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” (1916), que identifica como los cuatro jinetes a la Guerra, Hambre, Peste y Muerte, en la que el autor describe el avance y horror de la desolación que desgarraba a Europa, inmersa en aquél tiempo en el conflicto bélico de la Guerra Europea o también llamada I Guerra Mundial, que cambió totalmente el mapa político europeo, también referida a la finalización de la civilización. 

Añadamos a ello la Primera Guerra Mundial (1914-1918); la mal llamada pandemia de la “Gripe Española” (1918); la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), con millones de muertos; el lanzamiento de la bomba atómica estadounidense sobre Japón en el año 1945, y tantas otras referencias a que el mundo se acaba. Ya ha tocado su fin. Esto último es lo que he oído a más de una persona a propósito de la actual pandemia de la Covid-19 que estamos padeciendo y que se está manifestando en sucesivas oleadas. Parece ser que ya hay una vacuna que va a evitar el “Apocalipsis de la pandemia de la Covid-19”. Yo creo que, en pleno siglo XXI, con los avances científicos que hemos alcanzado y con la creación de vacunas, no va a desaparecer nuestro mundo. A pesar de ello, muchos científicos consideran que si no fallece buena parte de la población, las vacunas tienen alguna nanomolécula metálica que puede afectar al ADN de cada persona y que puede dejarlas estériles, con lo cual, la población de los seres humanos desaparecerá a medio plazo y sufriremos el “Castigo Bíblico” que se profetizó hace más de dos mil años. Espero que esto no ocurra. De todas formas la Humanidad, actualmente tiene “miedo” y más bien está deprimida que sosegada; acentuada con la posibilidad de que el virus que provoca la pandemia esté mutando y se escape al control de los científicos.

Al pairo de lo que estoy oyendo por parte de “sesudos” científicos, me he dedicado a revisar situaciones parecidas a las opiniones que circulan en este momento y encuentro que el tema no es nuevo. Existen numerosos libros, cómics, historias, películas cinematográficas, llegada de invasores de otros planetas y elementos satánicos que han buscado este Apocalipsis. Entre otros encuentro los siguientes, considerados los que mejor representan el fin del mundo. Por ejemplo:

1) “Akira”, de Katsuhiro Otomo (1982-1993). Gigantesco manga, con devastaciones nucleares, bandas callejeras, megalópolis decadentes, tecnología incomprensible, científicos borrachos de poder, cultos mesiánicos, luchas de poder entre facciones políticas, etcétera.

2) El Apocalipsis de San Juan. Dios, por medio del Apóstol San Juan, a finales del siglo I. Un delirio psicodélico cargado de simbolismos y metáforas alucinógenas. No fue aceptado como canónico hasta el año 382, mediante decreto del Papa Dámaso I.

3) La Carretera, de Comac McCarthy (2006). Unos Estados Unidos devastados por un cataclismo desconocido, un padre y su hijo emprenden un viaje hacia la costa a través de parajes sepultados bajo toneladas de ceniza y controlados por grupos caníbales.

4) 12 monos, de Terry Ghillian (1995). Grotesca, excesiva y alucinada. 12 monos conjuga las plagas víricas, el género post-apocalíptico y los viajes en el tiempo.

5) 28 días después, de Danny Boyle (2002). Película que resucitó el interés por el género post-apocalíptico, sección muertos vivientes. Los zombis, en vez de caminar arrastrando los muñones cual tortuga reumática, corren.

6) La fábrica de Absoluto, de Karel Capek (1922). Novela delirante en la que la invención de un carburador que proporciona energía barata acaba provocando una guerra mundial de religiones.

7) Los pájaros, de Alfred Hitchcock (1963). Los pájaros muestra una serie de violentos ataques llevados a cabo por bandadas de pajarracos asesinos contra los habitantes de un pequeño pueblo de la costa californiana.

8) Hijos de los hombres, de Alfonso Cuarón (2006). Una fábula distópica en la línea de 1984 de George Orwell, pero con alguna que otra metáfora religiosa.

9) Goslings, de J.D. Beresford (1913). La primera novela en la que se plantea la hipótesis de una sociedad compuesta únicamente por mujeres, tras una plaga que acaba con todos los hombres en Londres. 

10) La larga marcha, de Stephen King (1979). Cien jóvenes son seleccionados cada año para participar en la larga marcha del título, una carrera que parte de la frontera Estados Unidos-Canadá y en la que los corredores no pueden detenerse ni aminorar el paso por debajo de una velocidad mínima.

11) Mad Max, de George Miller (1979). La primera película de la saga, es la verdadera joya de la trilogía. La escena final de la película en la que el personaje interpretado por Mel Gibson le ofrece al villano de turno la posibilidad de amputarse su propio pie para poder sobrevivir es sobrecogedora.

12) La sequía, de J.G. Ballard (1964). La desoladora descripción de un mundo que muere poco a poco por la escasez de agua, desde el punto de vista de un antihéroe pasivo y derrotista.

13) Los muertos vivientes, de Robert Kirkman (2003 en adelante). Un cómic en el que no sabes si dan más miedo los zombis, a fin de cuentas unos memos descerebrados al uso, o los pocos humanos que han logrado sobrevivir.

14) Soy leyenda, de Richard Matheson (1954). Es un clásico del género que invierte muy inteligentemente los roles arquetípicos de este tipo de historias y que muestra una floreciente sociedad de engendros en la que el único ser humano que ha sobrevivido a la plaga bacteriológica es visto como un monstruo.

15) Battlestar Galáctica, de Ronald D. Moore y David Eick (2003-2009). Serie de televisión de ciencia ficción en la que se tratan temas como el choque de civilizaciones, el terrorismo, la religión y el 11-S.

Y muchas otras. 

Amigo lector; como podrá ver el tema del “Fin del Mundo” siempre ha estado presente. Y todavía más en los últimos cincuenta años, en los que la abundancia de medios de comunicación pasa a poder competir entre ellos, con un producto original y que muestra el interés de los clientes, es decir, de todos los habitantes de nuestro planeta; van surgiendo temáticas; guiones; historias; leyendas y contenidos, tan numerosos que habrá que asumirlos con total escepticismo. Por lo menos, así lo creo yo. Mientras tanto está recorriendo por el mundo un oscuro mensaje de que ya somos demasiados habitantes en el planeta Tierra, y hay que eliminarlos, por lo menos los de mayor edad, que no suelen ser “productivos” y que, además, necesitan de costosas atenciones personales. Se habla de que consciente, o inconscientemente, el mensaje está calando en el Fondo Monetario Internacional (FMI); en la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE); y en otras organizaciones internacionales; incluso en la malevolencia de algunas personas que se nos presentan como filántropos, pero que no lo son,  por ejemplo: Bill Gates (1955), estadounidense, creador de la empresa Microsoft, con su Fundación Bill y Melinda Gates; un especial especulador que domina la economía internacional y que hace temblar a muchos países, léase el estadounidense George Soros (1930); el inversor Warren Buffet (1930), estadounidense, llamado el “Oráculo de Omaha”; y tantos otros magnates y más que multimillonarios empresarios, a los que se les acusa de querer dominar el mundo y manejarlo personalmente. Y digo yo ¿será verdad?

El tiempo lo dirá. Mientras tanto, amigo lector, siga viviendo a su manera y no se sienta excesivamente preocupado.

Con mi más agradable saludo.

Vicente Llopis Pastor

28 de diciembre de 2020


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