Ayer tuve ocasión de escribir un
artículo titulado “Grigori Rasputín (1869-1916), enigmático monje ruso (I)”.
Fue la primera parte de las tres en las que he dividido la curiosa y azarosa
vida de Grigori Rasputín (1869-1916), que de ser un jornalero en labores
agrícolas, pasó a ser un santurrón y persona de confianza de la Zarina rusa
Alejandra Fiódorovna (1872-1918) y del Zar Nicolás II (1868-1918) debido a que
tuvo la capacidad de sanar al Zarévich Alekséi Nikoláyevich (1904-1918),
sucesor del Trono, de su enfermedad de hemofilia, llegando a convivir con la
nobleza rusa y teniendo acceso al Palacio y a las instalaciones del Zar en
Moscú.
En
el citado artículo hablé de la trayectoria vital de este monje ruso y de
algunas de sus características físicas y modos de entender la vida, la religión
y la política. Siguiendo mi compromiso, hoy voy a tratar de algunas
“curiosidades” acerca de él, dejando para mañana las “profecías” con las que
previó el futuro de Rusia, de Europa y de la humanidad en general.
Para
hablar de curiosidades me voy a permitir presentarlas de forma “analítica” y no
“sintética”, ya que de esta forma podemos estudiar, separadamente, algunos
apartados que resultan curiosos, numerándolos ordinalmente. Por ejemplo:
1)
Tenía
una pésima higiene y arreglo personal. Acostumbraba a lamer las cucharas en la
mesa antes de servirle la comida a otras personas.
2)
Su
luenga barba no se la cuidaba. Cuando comía dejaba acumular los pedazos de
comida en sus barbas, hasta que éstos se pudrieran.
3)
Sobrevivió
a un primer intento de asesinato. En el año 1914 fue apuñalado en el estómago
por una mujer llamada Chionya Guseva, quien era devota de uno de los enemigos
de Grigori Rasputín, sobreviviendo a dicho ataque y recuperando perfectamente
su salud.
4)
Aunque
el Zar Nicolás II era muy estricto con sus hijas, permitía que el monje entrara
a sus habitaciones y las acariciara hasta que ellas se quedaban dormidas.
5)
Anastasia
Nikoláyevna (1901-1918), hija del Zar, en su adolescencia le escribía a
Rasputín cartas apasionadas, en las que le vertía todo su cariño.
6)
Aunque
el autor de su muerte fue el Príncipe Felix Yussupov y otros nobles, parece ser
que en este evento estuvo involucrado el Servicio Secreto Británico.
7)
A
Rasputín también se le conocía como “el monje loco”, a pesar de ser un místico
sin ninguna formación y de origen campesino, con una gran influencia en los
últimos días de la dinastía Romanov.
8)
Gracias
a su fama de sanador y su atribuida capacidad para predecir el futuro, fue
llamado al Palacio del Zar de Rusia para cortar una hemorragia del hijo único
del Zar Alekséi Nikoláyevich, que padecía hemofilia.
9)
Su
técnica para curar la hemofilia del Zarévich parece que se sustentó en la
hipnosis y funcionó con tal éxito que tuvo una poderosa influencia en la
familia Romanov y, sobre todo, en la Zarina Alejandra Fiódorovna.
10) Gracias a este influjo o dominio que Rasputín
ejercía, acabó designando a muchos altos funcionarios del Gobierno que fueron
muy criticados y, en la Primera Guerra Mundial, cuando el Zar Nicolás II asumió
el mando del Ejército, Rasputín aprovechó para hacerse con el control del
Gobierno.
11) Sus orgías eran también muy conocidas por el
pueblo ruso y fue una especie de fetiche con el paso de los años, y símbolo de
fertilidad para muchos.
12) Rasputín, tras varios infructuosos intentos de
asesinato, asistió al Palacio de Félix Yussupov, siendo envenenado con cianuro
espolvoreado en unos pasteles, que no le afectaron en nada, ante lo cual,
Yussupov y los nobles que le acompañaban, le dispararon varios tiros, a pesar
de ello no falleció, debiéndolo atar y tirar al río Neva. La posterior autopsia
determinó que había muerto por ahogamiento.
13) Se cree que la palabra Rasputín era un apodo
que significa “disoluto”.
14) De pequeño, Rasputín se ganó el
calificativo de “niño raro”. Tenía muchos tics y era muy nervioso, siempre
tenía que estar haciendo algo con las manos.
15) A los catorce años gritó “¡El reino de Dios
está con nosotros!”, y fue a esconderse al bosque, donde permaneció hasta que
regresó “con una luminosa tristeza”.
16) Con Rasputín era imposible saber qué era
verdad y qué era mentira. Cuenta la leyenda que siendo un niño se contagió de
unas fiebres que lo hacían delirar. Se había producido un robo de caballos en su
aldea y sin que nadie supiera cómo se había enterado saltó de la cama y se
abalanzó sobre un vecino gritando ¡Este es el ladrón!, ¡éste es el ladrón! En
efecto, después se descubrió que aquél hombre era quien había robado el
caballo.
17) Cinco años después de su enlace matrimonial,
Rasputín lo abandonó todo e ingresó en un monasterio. Las malas lenguas dicen
que estaba involucrado en la muerte de un niño, pero hasta hoy no se ha podido
demostrar.
18) Rasputín ingresó en una secta cristiana
prohibida por la Iglesia Ortodoxa, llamada “Los Flagelantes”, en donde creían
que la Fe se alcanzaba con el dolor. Organizaban orgías y Rasputín era uno de
sus más fieles participantes.
19) Como consecuencia de lo expresado en el punto
anterior, nació la leyenda sexual que afirmaba que se había acostado con buena
parte de la nobleza rusa.
20) A Rasputín se le atribuye la frase
“como más grandes sean los pecados, más le satisface a Dios perdonarlos”, que
usaba tras algunas de sus orgías.
21) Rasputín cambió cuando conoció a un ermitaño
que le ayudó a dejar la bebida y a no comer carne. Entonces regresó a casa trasformado
en un monje místico, que iba a convertirse en el principal consejero del Zar de
Rusia.
22) Rasputín fue enterrado junto al Palacio del
Zar, pero unos años después lo desenterraron y quemaron su cadáver en un
bosque.
23) Como ocurre con todos los brujos, sanadores y
videntes, Rasputín tenía un enorme carisma y elocuencia, con los que podía
hacer creer cualquier cosa.
24) Rasputín era un místico que fascinaba por su
mirada. Aunque tenía el pelo y la piel oscuros, sus ojos eran azules claros, lo
que reforzaba el contacto visual. Era alto, medía 1.93 metros, y resultaba muy
atractivo para las mujeres, sabiendo actuar para ganarse a la gente, utilizando
frases que parecían profecías.
Estimado lector, este
escrito de hoy trata de algunas curiosidades sobre la personalidad de Grigori
Rasputín. Pero no todo queda dicho. En el próximo artículo hablaré de las
“profecías” de este enigmático monje ruso, alguna de las cuales, parece ser que
se cumplieron o, al menos, multitud de personas así lo creyeron.
Amable
lector, en el próximo artículo finalizaremos con la curiosa vida de Grigori
Rasputín, enigmático monje ruso de luengas barbas, gran talla, intensa mirada,
ojos azules claros, que igual inducía al amor que al terror a las personas con
las que trataba.
Muchas gracias, seguiré informando.
Vicente
Llopis Pastor
28 de octubre
de 2020
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