El pasado 24 de septiembre de 2020
publiqué un artículo titulado “Los principios de Ray Dalio (1949), inversor
estadounidense”, que versaba sobre la actividad de este magnate multimillonario
como inversor, su trayectoria profesional, sus casi sesenta años de profesión,
sus éxitos, su formación y la fundación del “Hedge Funds” o “fondos de
cobertura”, denominado “Bidgewaters Associates”, que le ha permitido alcanzar
una ingente fortuna, estando considerado entre las cien personas más ricas del
mundo; yo describía la forma de hacer negocios de este gurú o, tal vez,
“Apóstol” de la riqueza y de su libro “Principles”, que es considerado como una
especie de manual de autoayuda muy propio de los norteamericanos, en el que nos
dice cómo hay que triunfar en la vida y en los negocios. Ray Dalio (1949) se
permite hacer de adivino, chamán, profeta, vidente e iluminado. Dada su cómoda
vida y su larga experiencia en el mundo financiero, también se ha permitido
ilustrarnos sobre el futuro de la economía mundial, que algunos periodistas le
dan gran valor, ya que sus opiniones se consideran como las más brillantes
sobre la economía y las finanzas que se van a presentar a corto, medio y largo
plazo. He aquí algunas:
El
multilateralismo nos dice que el mundo va a cambiar de manera importantes en
los próximos cinco años; con un triple desafío que amenaza la economía de los
Estados Unidos de América (EE.UU.), consistente en el irregular ciclo del
dinero, brecha en la riqueza y el poderío de China. Además de ello llama la atención
al mundo sobre el preocupante nivel de Deuda emitida y el imprimir dinero. A
grandes rasgos su hilo argumental es el siguiente: “estamos acercándonos a un progresivo declive de EE.UU. como potencia
hegemónica, insistiendo en una idea clara y contundente, la de que el mundo,
tal y como lo conocemos, ahora va a cambiar velozmente”. Todo ello lo dijo
en una extensa entrevista que concedió a “Marketwatch”, asegurando que la razón
de este cambio de paradigma es un triple desafío de EE.UU., que ya sufrió en
1929, con la Gran Depresión; y en 1945, al vencer en la II Guerra Mundial, en
los que salió fortalecido y comenzó a dominar el mundo. Pero ahora encara unos
síntomas más preocupantes que, según sus palabras, son el ciclo del dinero que
pone en peligro el valor del dólar; la brecha en la riqueza por la falta de
igualdad en las oportunidades laborales y económicas; así como la aparición de
China como gigante emergente que amenaza el status internacional de EE.UU. y su
actual jerarquía, manifestando que EE.UU. es un imperio de 75 años, desde su
victoria en la II Guerra Mundial hasta hoy y está mostrando signos de declive.
Ray
Dalio hace un especial hincapié en que se está llegando a una excesiva monetización
de la deuda y de imprimir dinero en base sólo financiera, lo cual hace que el
dólar pueda estar amenazado como “divisa de reserva”, mostrándose contrario a
las medidas que está tomando su país en el contexto de la pandemia de la
Covid-19, llamando la atención de que la moneda estadounidense se está
devaluando y, por ello, se revalorizan en paralelo las divisas de otros países
desarrollados, como está ocurriendo en el tipo de cambio euro-dólar. Según este
magnate, EE.UU. gasta más de lo que ingresa, y mantiene una Balanza de Pagos
deficitaria, que no es preocupante porque, desde los Acuerdos de Bretton Woods
de replanteamiento del Sistema Monetario Internacional y gracias al
representante de dicho país en dichos acuerdos, Harry Dexter White (1892-1948),
se consiguió que el dólar fuera la moneda fuerte y básica, como referente en
las transacciones internacionales. Puede darse el caso de que los países que
mantienen dólares en su poder, merced a una Balanza de Pagos favorable frente a
EE.UU., cual es el caso de China, comiencen a no aceptar dólares en sus
transacciones de comercio internacional e, incluso, exigirle que EE.UU.
materialice en oro u otras monedas fuertes los dólares que han ido acumulando,
lo cual sería un problema gravísimo para la Reserva Federal Estadounidense
(FED), sus bancos y el propio Gobierno de EE.UU. Ray Dalio pone los ejemplos de
los Imperios Británico y Holandés de los pasados siglos, quienes acabaron
claudicando ante una deuda tan ingente que se les terminó por echar encima.
Estas
suposiciones no son una enmienda a la totalidad del capitalismo, sino a
inadecuadas decisiones económicas de Estados Unidos, que en otros momentos
serían poco perceptibles, pero que ahora pueden ser peligrosas por la
“conversión” de China al sistema capitalista y el interés de éste país de
acaparar más parte de la “tarta económica” mundial. Además, China ya no es sólo
un país que copia a los demás y produce para otros países a precios bajos, sino
que tiene talento, disciplina laboral, investigadores, creación de nuevos
productos y está entrando en sectores de alta tecnología por su propio pie, es
decir, sin copiar a nadie. Esto supone grandes oportunidades para dicho país.
Frente
a ello Ray Dalio dice que hay que cambiar el sistema económico estadounidense
de su actual diseño, brindando oportunidades para que más estadounidenses logren
el crecimiento personal y la seguridad financiera; si no es así, las
consecuencias, probablemente serán dolorosas para EE.UU. avisa Dalio, que deja
el siguiente mensaje para el futuro gobernante: “Reúna a partidos de ideologías opuestas que también estén informados,
no sólo inteligentes, sino que estén en el terreno, para elaborar un plan
conjunto que todos puedan apoyar para que seamos productivos, aumentando el
tamaño del pastel y dividiéndolo bien”.
Puede
que no le falte razón a Ray Dalio pero lo que deduzco de su planteamiento y
palabras es un cierto miedo a que el mundo cambie y pierda Estados Unidos el
privilegio de ser la única potencia hegemónica. Para el orgullo americano y su
costumbre de “mandar” sobre casi todo el mundo, si lo pierde, aunque sólo sea
en parte, sería una dura afrenta, y para justificarlo siempre hay que buscar
una causa ajena o, tal vez, a un enemigo exterior, en este caso China.
Mientras
tanto, Europa se está transformando en un mero observador y dentro de ella, una
España en la que los partidos políticos son líderes en la creatividad de los
insultos y mensajes que se lanzan entre ellos, cuyos sonidos no son
precisamente sinfonías de Beethoven o Mahler, sino una “chirriante jaula de
grillos”.
Estimado
lector, le pido disculpas por mis modales. Creo que me he pasado de rosca al
hablar de España. A partir de ahora, prometo moderarme y ser más diplomático.
Un
afectuoso saludo.
Vicente
Llopis Pastor
28 de septiembre de 2020
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