Escucho por la radio la noticia de que se ha recuperado buena parte de una serie de rollos de celuloide que contienen, casi completa, la película “Garbancito de la Mancha”; primer largometraje de dibujos animados hecho en España y, a su vez, el primero en color realizado en Europa. Se grabó en el año 1945, durante la II Guerra Mundial y, hasta ahora, solo se conservaba un fotograma en el sistema original en los fondos de la Filmoteca de Cataluña y dos rollos en 35 mm en el British Film Institute, en Londres, de los diez que compusieron originalmente la película.
Esta recuperación ha sido azarosa
y rocambolesca, ya que fue localizada en el año 2018 en Nueva York por un
coleccionista privado, David Bull, quien, si bien no conocía la película de
antemano, su pasión por el cine le ha llevado a investigar sobre ella hasta
descubrir que apenas se conservaban copias y que éstas eran de mala calidad.
Mr. Bull ha expresado que “sabía que Blancanieves era la primera película
animada de Estados Unidos de América y lo importante que resulta para los
estadounidenses, así que imagino que Garbancito de la Mancha, probablemente
sería de igual importancia para España, tanto cultural como históricamente”.
Creo que no le falta razón a Mr. Bull por lo que supone para nuestro país y por
la trascendencia educativa, cultural y literaria que ha tenido en algunas
generaciones de españoles, entre ellas, la mía.
La película es una adaptación del
cuento homónimo escrito por Julián Pemartín Sanjuán (1901-1966); político y
escritor español, primo del escritor, poeta y dramaturgo José María Pemán
Pemartín (1897-1981); pariente lejano de José Antonio Primo de Rivera y Sáenz
de Heredia (1903-1936), fundador de la Falange Española en el año 1933 y que
con el tiempo se transformó en “Falange Española Tradicionalista y de las
Juntas Ofensivas Nacional Sindicalista”; partido al que se adscribió Julián
Pemartín Sanjuán, quien ostentara cargos de relevancia en la etapa del régimen
dictatorial del General Franco.
En el curso 1951-1952, yo contaba
con ocho años de edad y asistía a la escuela primaria del maestro Don Manuel
Manzanaro Salines, en San Vicente del Raspeig. Entonces teníamos clase de lunes
a sábado y solamente librábamos los jueves por la tarde. Don Manuel Manzanaro
Salines ocupaba unas horas de las clases de los sábados para contarnos el
cuento de “Garbancito de La Mancha” que los niños escuchábamos con enorme
placer, casi extasiados y, a veces, con la boca abierta. Dicha explicación
consistía en un pequeño capítulo del libro que duraba varias semanas y que el
maestro nos presentaba con suma dulzura y añadiendo valiosas interpretaciones
didácticas, escenificando algunos temas tratados, sin leer el libro, ya que lo
conocía y lo sabía exponer muy bien. Era un excelente recurso didáctico que
servía para el aprendizaje y desarrollo de aquellos escolares. Don Manuel,
nuestro maestro, solía inventarse escenas hilarantes que no pertenecían al
libro, añadiéndolas por su propia cuenta.
Aproximadamente el contenido del
cuento era la historia de un niño, Garbancito, huérfano que vive en un pueblo
sometido por tres chicos, Manazas, Pelanas y Pajarón. Un día se anuncia la
llegada del gigante Caramanca, que devora a los niños crudos y secuestra a dos
amigos de Garbancito. Para rescatar a sus amigos, Garbancito contará con la
ayuda de su cabrita Peregrina y del poder que le concede el Hada Madrina y con
los cuales puede afrontar todas las curiosas vicisitudes que se le presentan y
salir triunfante, con mucho ingenio, de las amenazas del gigante. Para mí era un verdadero deleite escuchar tan
sabias y placenteras explicaciones del maestro y estaba ansioso de que llegaran
los sábados para escucharle embobadamente.
En el año 1945 esta historia fue
filmada como la primera película española de dibujos animados por Arturo Moreno
Salvador (1909-1993), historietista e ilustrador, a quien se llegó a llamar “el
Walt Disney español”. Este director emigró a Venezuela, donde realizó dibujos
animados para “Bolívar Films” y habitualmente filmaba sus dibujos con el
seudónimo de “More” o “Moro”; como director artístico figuraba José María
Carnicero Hernández (1911-1950); música del gran compositor Jacinto Guerrero
(1895-1951). Fue realizada en el Barrio de Vallcarca de Barcelona, siendo
estrenada el 23 de noviembre de 1945 en Barcelona y reestrenada el día 13 de mayo
de 1946 en el Palacio de la Música de Madrid, siendo declarada “Bien de Interés
Nacional” y, pese a la buena voluntad de los realizadores, no constituyó el
éxito que se esperaba, quedando arrumbada en algún lugar, hasta que en el año
2018 la encontrara el citado estadounidense David Bull. Esta joya de la
filmografía española y europea, con copia en nitrato de esta cinta, ha sido
comprada por la “Filmoteca Española”, cuyo objetivo es la recuperación,
investigación y conservación del patrimonio cinematográfico español y su
difusión. Su finalidad es restaurarla para recuperar el color inicial y su
digitalización para una posterior exhibición.
He sentido mucha alegría al
conocer esta interesante noticia, al haber recuperado una película que ha
estado casi setenta y cinco años desaparecida. Su recuperación demuestra que en
España también se han realizado magníficas obras cinematográficas. Si se
volviera a exhibir en salas cinematográficas iría a verla, ya que es un
testimonio de mi infancia y de la
capacidad pedagógica del maestro Don Manuel Manzanaro Salines, de quien fui
alumno hace casi setenta años.
Honor y gloria a quienes
trabajaron para la educación y formación de los niños que nacieron en una dura
época de recuperación de España, después de finalizar la Guerra Civil Española
(1936-1939).
Un cordial saludo querido lector.
Vicente
Llopis Pastor.
26
de agosto de 2020
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