Realmente el título debería de ser “acciones de lealtad”. El Gobierno
Español ha presentado en el Congreso de los Diputados un Proyecto de Ley por el
que se reforma la Ley de Sociedades de Capital y otras normas financieras, en
las que se regula una nueva figura de los poseedores de su capital, que ha
venido a llamarse “acciones de lealtad”. La idea es muy simple: quienes sean
propietarios de acciones de una empresa, que han demostrado su permanencia y no
las han vendido, comprado, recomprado, o revendido, es decir, no han llevado a
cabo una “especulación pura y dura” sobre estos activos financieros, la empresa
puede concederles el privilegio de considerarlas como “acciones de lealtad” y
otorgarles el doble de votos que le corresponden en las acciones ordinarias. Este
tipo de acciones de lealtad ya existe en otros países occidentales, pero para
España es una absoluta novedad.
Esta idea, que es fácil de comprender, resulta algo sofisticada para
ponerla en práctica: primero la empresa ha de aprobar este tipo de acciones en
Junta General de Accionistas y confirmarla por más del 60% del capital de la compañía;
la “lealtad” ha de ser, como mínimo, de dos años ininterrumpidos en la tenencia
de acciones; se ha de ratificar también por la Comisión Nacional del Mercado de
Valores (CNMV) y, en el caso de que estas acciones alcancen el valor del 30% de
los votos, si quisieran incrementar su participación, habrían de acudir a una Oferta
Pública de Adquisición (OPA), tal como ocurre ahora con los propietarios de
acciones ordinarias.
Existen muchas potentes empresas españolas que cotizan en Bolsa y que
sus accionistas, no necesariamente mayoritarios, mantienen sus acciones sin
tocarlas ni especular con ellas durante muchos años, no quiero citar cuáles pero,
el lector, estoy seguro, de que conoce cuáles son y que manifiestan, sobre
todo, en Banca, Constructoras y Hoteleras, cuyos propietarios no son
mayoristas, pero copan el Consejo de Administración, y son los verdaderos “amos”
o “jefes” de estas compañías, cuyo volumen de capitalización bursátil es de
miles de millones de euros.
Con este nuevo Proyecto de Ley, una vez que se apruebe, el Gobierno
espera que los niveles de especulación bursátil sean menores y reducirá la
volatilidad de los mercados, tan maliciosa para las expectativas económicas y
así lograr mayor estabilidad en la Bolsa, que es un referente muy importante
para tomar decisiones macroeconómicas y depurar la legislación bursátil y
mercantil.
Aunque la idea es muy fácil y se espera que sea de utilidad para el
accionista, también tiene sus efectos negativos, por ejemplo la “petrificación”
en manos de pocas personas o de una sola familia, la dirección de empresas de
alto nivel de capitalización con numerosos empleados, y que pasan a ser dirigidos
por un selecto grupo de personas que muestran “relativamente” su cariño a la Sociedad,
pero que están manejando ingentes masas de dinero de las que apenas tienen una
pequeña parte a su nombre aunque, eso sí, permanente y continuamente colocado en
la Sociedad. Por cierto que estas personas, o familias, obtienen substanciosos
salarios, altos bonus y jugosos dividendos que ellos mismos fijan por su porcentaje
en el Consejo de Administración y su labor como “Boss” de la compañía.
Parece ser que estas acciones de lealtad tendrán una duración máxima de
diez años y no son totalmente obligatorias, con lo cual, antes de dicho periodo
decenal, la Sociedad puede aprobar en Junta General de Accionistas la desaparición
de esta modalidad. Una ligera ventaja administrativa es la de que con la
consolidación de estas acciones, la información trimestral que ha de dar a la CNMV
será menos farragosa y más fácil de elaborar.
Este Proyecto de Ley está siguiendo los ordinarios pasos hasta llegar a
que el Congreso de los Diputados lo apruebe como Ley, aunque hay ciertas
controversias entre la CNMV y el Banco de España, éste último muestra cierto
desacuerdo porque la Autoridad Bancaria Europea recomienda a las entidades
bancarias cierta cautela en su uso, sobre todo por las dificultades de una
recapitalización, lo cual puede paralizar la entrada de nuevos accionistas si
fuera necesaria. Esto último puede que vaya a ocurrir por el menoscabo en las
cotizaciones de la Banca en los últimos meses, por mor de las medidas que está
tomando el Gobierno Español para atacar la pandemia de la Covid-19, cuyos
resultados económicos van a pesar como una, casi eterna, losa en la espalda de
los españoles.
¡La sabiduría de nuestro Gobierno lo resolverá!
Vicente Llopis Pastor
Comentarios
Publicar un comentario