La
deuda pública española es el conjunto de deudas que mantiene el Estado Español
frente a los particulares, que pueden ser españoles o de otro país. Los títulos
de deuda pública española existentes actualmente son las Letras del
Tesoro, los Bonos del Estado y las Obligaciones del Estado, atendiendo
principalmente a su plazo de amortización.
En
concreto:
-
Letras del Tesoro
Emitidas
mediante subastas mensuales, con un plazo de amortización: 3, 6, 9, 12 y 18
meses. En determinadas ocasiones y por criterios de oportunidad, el Tesoro
Público Español elimina algunos de estos plazos
-
Bonos del Estado
Subasta
habitualmente una vez al mes, pero no existe periodicidad fija. Su plazo de
amortización suele ser de 3 o 5 años.
-
Obligaciones del Estado
Subasta
una vez al mes. Con un plazo de amortización entre 10 y 30 años.
En
España existen las cláusulas de acción colectiva aplicable a todos los
instrumentos de Deuda Pública del Reino de España emitidos por primera
vez en una fecha posterior al 1 de enero del 2013 y con una vida residual de
más de un año. Estas cláusulas afectan, por tanto, a todos los nuevos Bonos y
Obligaciones del Estado. Ello no se aplica a las Letras del Tesoro.
La
evolución de la deuda pública española en relación sobre el Producto
Interior Bruto (PIB), según datos de la agencia europea Eurostat, ha ido
creciendo de forma muy rápida y alcanzando una situación casi insoportable. Y
se citan situaciones angustiosas; por ejemplo: las quiebras del Gobierno de
Felipe II (1527-1598); las quiebras del Gobierno de Felipe III (1578-1621); las
quiebras del Gobierno de Felipe IV (1605-1665); y las quiebras del Gobierno Carlos
II (1661-1700), todo ello durante los reinados de los Austrias.
Igualmente
siguió ocurriendo en diversas etapas de los reinados de los Borbones, en las
que los reyes borbones, se dieron casos como el de Fernando VII (1784-1833),
que no reconoció los empréstitos anteriores y desatendió los pagos de la deuda,
mientras que los liberales, al amparo de la Constitución de 1812 si
reconocieron las deudas emitidas, pero no pudieron pagar los intereses vencidos
ni amortizar la deuda.
Las
medidas de los Ministros de Hacienda durante la primera mitad del siglo XIX
agravaron el problema heredado de la deuda, provocando un mayor deterioro de la
reputación del Estado, impidiendo que la Hacienda Pública Española pudiese
financiar el déficit a bajos tipos de interés.
En
el siglo XX llegó a situarse en el 7% del PIB a la muerte del anterior Jefe de
Estado Francisco Franco Bahamonde (1892-1975).
Una
vez realizado el transido a la democracia, la evolución de la deuda
pública española, sobre el PIB se situó en un 40,2% en el año 2008 hasta
llegar en la actualidad al 106,0%.
La
información que he podido manejar describen que durante el Gobierno de Adolfo
Suárez González (1932-2014), durante su gobierno de 1978 a 1981, la deuda pasó
a ser 22,2%.
Durante
1982 a 1996, con el Gobierno de Felipe González Márquez (1942), la deuda se
sitúo en el 67,4%.
De
1996 a 2000, con el Gobierno de José María Aznar (1953), la deuda se redujo
hasta el 59,4%.
Del
200 a 2004, con el Gobierno de José María Aznar, la deuda se redujo al 46,3%.
Del
2004 a 2011, con los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero (1960), la deuda
alcanzó el 70,5%.
De
2011 a 2016, con el Gobierno de Mariano Rajoy Brey (1955), llegó a situarse en
el 98,98%.
De
2017 hasta hoy, con el gobierno de Pedro Sánchez Pérez-Castejón (1972), la
deuda se ha situado en el 106,0%.
A
"calamo currente", que significa en español, "al
correr de la pluma", es decir, sin detenerme mucho a repensarlo, creo
que la evolución de la deuda pública española, está situándose a
un nivel superior al PIB, lo cual significa para reducirla, manteniendo un
superávit del 1% cada año, algo imposible, se necesitaría más de 100
años para eliminar la masiva emisión de deuda pública realizada durante la
democracia española basada en la Constitución de 1978.
Todo
ello me recuerda la famosa frase del político romano Marco Porcio Catón (234
a.C.-149 a.C.), conocido como Catón el Viejo, que decía “delenda est
Carthago”, que en español significa “hay que destruir Cartago”.
Actualmente, podría explicarse como delenda est Hispania.
Vicente
Llopis Pastor
2
de agosto de 2025
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