En
el actual entorno político, social y económico, se están modificando conceptos
ya arraigados y planteando nuevas ideas. Por ejemplo, nos encontramos que la
mayoría de los temas económicos, tanto individuales como colectivos, se
refieren a la palabra libertad.
Bajo
este concepto aparecen expresiones de todo tipo que califican a la libertad
como el gozne sobre el que giran palabras tan bonitas como las de democracia;
autonomía; soberanía; independencia; autarquía; poder; privilegio; derecho;
dominio; gobierno; garantías; y otras.
Sea
cual sea el tipo de política que se aplica en el gobierno de un Estado, tanto
de izquierdas como de derechas, hablan de sus logros en materia de libertad.
Estos logros no me parece que sean ciertos, y más bien es una consigna política
que se incluye en los comicios, elecciones y otras instituciones para la mejor
gobernanza de un país.
A
mi me parece que la palabra libertad se maneja como un vocablo fácil de
expresar, pero no creo que se aplique en el buen sentido de la palabra. Más
bien es lo contrario, bajo la bandera de libertad, se toman decisiones
que la coarta o incluso la pueden hacer desaparecer.
Por lo que he conocido a lo largo de mi
profesión, creo que lo que más destaca en los ciudadanos es alcanzar su libertad
financiera.
La
libertad financiera se puede definir como la capacidad de un individuo
de cubrir todas sus necesidades económicas sin que para ello tenga que realizar
ningún tipo de actividad. También se utiliza la expresión independencia
financiera que nos viene a decir que una persona logra su libertad
financiera en el momento en que puede vivir y gastar gracias al un
patrimonio que posee y del que saca rendimientos sin necesidad de tener que
trabajar para cubrir sus gastos.
Relacionado
con la libertad financiera se utiliza el término “ingreso
pasivo” como aquella fuente de ingreso que no requiere de actividad para
recibirla. A diferencia de los “ingresos activos”, cual es el caso del
sueldo y salario a cambio de una jornada laboral de duración determinada. Algunas
de las fuentes de “ingresos pasivos” más conocidas son:
a)
Intereses generados en cuentas bancarias o depósitos.
b)
Dividendos de acciones, bonos, o algún vehículo financiero similar.
c)
Renta procedente de alquiler de bienes inertes.
d)
Propiedad intelectual, mediante regalías por patentes.
e)
Negocios en línea pasivos, como sistemas de afiliación o ventas automatizadas
por Internet.
f)
Ingresos procedentes de derechos de autor, como royalties por las ventas
de merchandising o creaciones audiovisuales.
g)
Otros ingresos derivados del patrimonio de una persona.
Para
que el dinero deje de ser una gran preocupación y llegue a alcanzar la libertad
financiera absoluta, es necesario ir pasando por una serie de niveles. Es
fundamental ir ascendiendo por grados, evitando descender de ellos y
consolidándolos hasta poder dar el salto hasta el siguiente nivel. El camino
podría ser el siguiente:
1.
– Supervivencia
Es
el nivel inicial en el camino hacia la libertad financiera. Se da en
aquellos casos en los que se depende de los ingresos del trabajo para poder
subsistir. En otras palabras, el trabajo permite cubrir los gastos necesarios
para poder vivir, fundamentalmente la alimentación, vestido, vivienda y lo
propio de una persona. Para poder ascender a un nivel superior es necesario
incrementar la capacidad de ahorro, conseguir nuevas fuentes de ingresos
y saldar las deudas.
2.
– Estabilidad
En
este estadio, el individuo ya dispone de unos ahorros o colchón financiero que
le permitirán subsistir, pero continúan dependiendo de un sueldo o salario.
3.
– Seguridad
Empiezan
a tener lugar las inversiones en inmuebles, compra y venta de acciones o
apertura de pequeños negocios. Significa que el individuo seguirá dependiendo
de los ingresos procedentes del trabajo. Aquí, el colchón financiero es
superior al del nivel de estabilidad. Para ello, es aconsejable llevar a cabo
inversiones con visión de futuro y a largo plazo.
4.
– Independencia financiera parcial
En
esta situación ya no será necesario que la persona dependa de un sueldo o
salario para poder seguir viviendo. De hecho, las inversiones serán una
cuantiosa fuente de ingresos. Suelen ser personas con una importante formación
en el terreno financiero, a las que sus inversiones les permiten olvidarse del
trabajo y dedicarse a lo que más les gusta, al tiempo que disfrutan de las
personas a las que más aprecian.
5.
– Independencia financiera absoluta
Nos
encontramos ante el máximo grado de libertad financiera. Los llamados
ingresos pasivos son tan abundantes que cubren ampliamente el coste de la vida.
Así, este excedente de ingresos puede reinvertirse para alcanzar rentabilidades
aún mayores. A esta situación se le suele llamar en castizo “vivir de
rentas”.
Concluyo
diciendo que la libertad, democracia, formas de gobierno y todo tipo de
bonitas palabras ayudan muy poco a los ciudadanos. Realmente el alcanzar la libertad
financiera no es otra cosa que un esfuerzo personal, continuado, escalonado
y diciplinado por parte de cada uno de los ciudadanos.
Vicente Llopis Pastor
17 de julio de 2025
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