El
freudomarxismo es un intento de síntesis entre el psicoanálisis
freudiano, debido al austriaco Sigmund Freud (1856 - 1939), médico neurólogo de
origen judío, padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales
del siglo XX, con el marxismo, de Karl Marx (1818 - 1883), filósofo,
economista, sociólogo, historiador, periodista, intelectual y político
comunista de origen alemán.
En
la segunda década del siglo XX su representante principal fue Wilhelm Reich
(1897 - 1957), inventor, postulador de la teoría del orgón, médico, psiquiatra
y psicoanalista austriaco, de origen judío, nacionalizado estadounidense. Posteriormente
se dieron nuevos intentos por conjugar las dos teorías, especialmente a partir
del movimiento de 1968 y en la década de los setenta. En esta segunda fase, uno
de los principales exponentes del freudomarxismo fue Herbert Marcuse
(1898 - 1979), filósofo y sociólogo germano-estadounidense. Es una de las
principales figuras de la primera generación de la Escuela de Fráncfort.
El
desarrollo histórico del freudomarxismo comienza con el propio Sigmund
Freud, quien se consideraba a sí mismo como un liberal de la vieja escuela,
rechazando expresamente el marxismo y su abordaje terapéutico se
realizaba inicial y exclusivamente sobre las clases altas y medias-altas. Él
mismo proyectaba que el psicoanálisis pudiera socializarse también entre las
demás clases sociales.
Por
otra parte, Karl Marx atribuía erróneamente la trayectoria
de la sociedad a una necesaria ley natural o evolución conceptual
dialéctica; sin embargo, Sigmund Freud, la atribuía a factores
contingentes: “factores psicológicos, como la cantidad de agresividad
constitucional”, “la firmeza de la organización dentro de la horda" y
"factores materiales, como la posesión de armas superiores". Sin
embargo, Sigmund Freud no descarta por completo el marxismo, sobre el que decía:
"La fuerza del marxismo radica claramente, no en su visión de la
historia o sus profecías del futuro que se basan en ella, sino en su indicación
sagaz de la influencia decisiva que la economía y las consecuencias de los
hombres que tienen sobre sus actitudes intelectuales, éticas y artísticas”.
El
iniciador de la primera época del Freudomarxismo, Wilhelm Reich, se fundamentaba
en el germen de la neurosis, en el rechazo a las pulsiones sexuales desde una
sociedad fundada en la represión. Los inicios de la historia del freudomarxismo
se caracterizaron por la doble expulsión de Wilhelm Reich, tanto del Partido
Comunista de Alemania (KPD) como de la Asociación Internacional de
Psicoanálisis.
En
su segunda época, el seguidor más destacado fue Herbert Marcuse, quien
rescataría del olvido, tras el acontecimiento de mayo de 1968, la obra de Reich
y el freudomarxismo. En su libro de 1955, titulada Eros y
civilización, Marcuse diría que, si bien la represión pulsional colectiva
es condición, sine qua non, de la existencia de la civilización,
actualmente, y debido a sus propias técnicas, ésta puede establecerse de un
modo menos rígido.
El
freudomarxismo ha sido muy criticado por su intento de vinculación ideológica
entre psicoanálisis y marxismo, siendo considerado inviable fundamentalmente
debido a dos postulados: a) Objetos heterogéneos, b) Metodologías
inconciliables.
El
freudomarxismo no sería posible establecer un reduccionismo de lo
psíquico a lo económico, ni consecuentemente de la represión psíquica a
la ideológica.
Vicente
Llopis Pastor
19
de junio de 2025
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