España
fue en el pasado año 2024 el país de la Unión Europea (UE) con más empleo sobrecualificado,
afectando al 35% de la población laboral, muy por encima de todos los países de
la UE.
Según
los datos publicados hace unos días por la Agencia de Servicios Estadísticos Europea,
Eurostat, más de un tercio de los trabajadores españoles presentan una
cualificación superior a la exigida para desempeñar los puestos de trabajo para
los que son contratados. Un desajuste superior al registrado en el conjunto de
la UE, donde la tasa de sobrecualificación se sitúa en 21,5%.
Dicha
tasa está muy por encima a las cifras registradas en economías europeas; por
ejemplo, Luxemburgo (4,7%); Países Bajos (14,1%); Portugal (16%); Alemania
(18,6%); o Francia (20,7%).
Esto
significa que más de un tercio de la población laboral española está trabajando
en puestos que no necesitan gran cualificación. La significación de este dato
es que la formación y educación en España tienen una preparación más alta de la
que han estudiado, superior a l necesaria para el puesto de trabajo que ocupan.
El
informe de Eurostat advierte las diferencias de género apreciables en la
proporción de empleados que desempeñan funciones que requieren de menos
conocimientos de los que tienen, según su nivel de estudios. En algunos países
las mujeres tienen una tasa de sobrecualificación mayor que la de los hombres.
La
situación de España en esta cuestión es un fenómeno endémico para el mercado
laboral nacional. Si bien la proporción de asalariados sobrecualificados se ha
reducido en dos puntos durante la última década, España sigue situándose
enfrente de la clasificación europea. Entre las causas de la elevada tasa de
sobrecualificación se encuentran las propias características de la economía
española, donde las actividades turísticas concentran la parte importante del
Producto Interior Bruto (PIB), directamente relacionado con las necesidades del
mercado laboral y la oferta educativa, según fuentes del Registro de
Economistas Forenses, del Consejo General de Economistas de España (CGE).
En
su opinión la educación universitaria ha tenido una primacía en España durante
las últimas décadas, en detrimento de otras opciones, como la Formación
Profesional, lo cual ha generado un desequilibrio en el mercado y la paradoja
de que muchos graduados en la formación universitaria hayan tenido que acudir a
la creciente oferta de puestos de trabajo en sectores que requieren de una
menor cualificación.
Atendiendo
a indicadores como el incremento de su peso en el PIB de las actividades
turísticas, que anticipan diferentes estudios, así como a la entrada a las
empresas de tecnologías que usan la robótica y la Inteligencia Artificial (IA),
España podría continuar enfrentándose a este problema en los próximos años,
concluyen los economistas.
Las
consecuencias de esta sobrecualificación generan en los trabajadores
situaciones de frustración, absentismo, falta de integración en la empresa,
baja productividad, enfrentamientos ideológicos y situación estresante para los
trabajadores.
Conforme
a dichas consecuencias sobre los trabajadores españoles, podemos deducir que
mas de la tercera parte de nuestros ciudadanos podrían estar frustrados, poco
motivados, depresivos, con ansiedad y muchos otros efectos psicológicos que
ayudan poco a la estructura y el desarrollo económico de nuestro país.
Viva
España y viva la población universitaria. Los estudiantes universitarios en
España son dos millones de personas de los cuales más de la mitad son mujeres.
Tal
vez falte iniciativas y coraje para crear nuevas empresas con personal muy
preparado.
Vicente
Llopis Pastor
10
de junio de 2025
Interesantísimo D. Vicente, y muy certera tu conclusión final, y eso que estamos en tierra de emprendedores.
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