El
arbitrismo es el nombre genérico que se da a una corriente de
pensamiento económico desarrollado en la Monarquía Hispánica, fundamentalmente
en la Corona de Castilla, durante los siglos XVI y XVII, relacionado
intelectualmente con la llamada Escuela de Salamanca. Puede considerarse
el arbitrismo como la primera literatura económica digna de tal nombre,
simultánea y en buena parte precedente del mercantilismo de otras naciones
europeas, como Francia e Inglaterra.
En
este contexto se denomina arbitrio a cualquier medida que el rey puede adoptar
en beneficio del reino, en ejercicio de su soberanía y por su propia voluntad,
como corresponde al concepto de Monarquía autoritaria en la época en la que
gobernaron los Habsburgo en España. En plural, los arbitrios, era un nombre que
se daba a ciertos impuestos con que se obtenian fondos para gastos públicos, una
figura fiscal que reporta beneficios a corto plazo y no requiere negociar con
los contribuyentes.
Arbitrista
es quien dirige un Memorial al Rey solicitándole que tome tal o cual arbitrio.
La producción de literatura memorialística sufrió un incremento comparable a la
que se estaba dando en la economía real durante la revolución de los precios en
dichos siglos.
El
término arbitrista, cuyo significado es el de solucionador, se consideraba como
despectivos en la época y equivalentes a dictámenes disparatados e imposibles y
a ciertos personajes se les llamaban "locos razonadores" o
"locos repúblicos y de gobierno" de la época. Se ha localizado el
primer uso del concepto arbitrismo en el contexto de la novela “El
coloquio de los perros”, una de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes
Saavedra (1547 - 1616).
No
obstante, es evidente que entre ellos había muchos personajes lúcidos que
supieron atisbar con agudeza los problemas y anticipar algunas soluciones
factibles. Las figuras más importantes de la Escuela de Salamanca, a mi
entender fueron los españoles Tomás de Mercado (1523 - 1575); Martín González
de Cellorigo (1559 – 1633); Sancho de Moncada (1580 - 1638); Pedro Fernández de
Navarrete (1564 - 1632); Luis Valle de la Cerda (1560 - 1607) y muchos otros.
Estos
arbitristas españoles, trataron sobre temas de mercado, precios, metales
preciosos, mercantilismo, impuestos, monedas, tipos de cambio, exportaciones, ley
de rendimientos decrecientes y centraron la Ciencia Económica a partir de
dichos siglos. Todo ello gracias a teólogos, filósofos, eclesiásticos y
predicadores españoles.
Lo
que se llamaba entonces arbitrista, es equivalente a lo que hoy se llama
economista.
Vicente
Llopis Pastor
25
de junio de 2025
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