El
pasado día 26 de abril escribí un artículo llamado “Socialismo Cristiano”, que
es una filosofía religiosa y corriente política que participa de
los principios del socialismo y del cristianismo. Dentro del cristianismo
existen diversas variantes religiosas, en las que parece predominar el
catolicismo, cuya figura principal es Su Santidad El Papa y que tiene su propia
Doctrina Social de la Iglesia (DSI).
La
iglesia Católica promulgó en los años 1890 los postulados básicos de la DSI, no
como un enfoque político, sino como una doctrina social, orientada no a la
sociedad humana, sino a la trascendencia del espíritu en contraposición a las
teorías marxistas que se centran en el enfoque materialista de la acción humana
y no la dualidad materia frente a espíritu, que es planteado como la materia de
fondo de esta doctrina. Su Santidad El papa León XIII (1810 - 1903), denunció
en su encíclica Rerum Novarum, traducido al español como “de las cosas
nuevas” o “de los cambios políticos”, publicada en el año 1891, y que trata
sobre las malas condiciones del proletariado, defendiendo la formación de
sindicatos y la necesidad de lograr una sociedad donde los bienes sean
justamente redistribuidos. Fue la trigésimo octava encíclica de El papa León
XIII y la primera encíclica social de la Iglesia Católica.
La
DSI es el conjunto de enseñanzas morales de la iglesia católica sobre temas
sociales, políticos, económicos, familiares y culturales. Se basa en el
Evangelio, el Magisterio, y la Tradición, buscando promover la dignidad humana
y el bien común, expresados en los escritos y pronunciamientos de El Papa,
organizaciones eclesiales y obispos. Se centra en la dignidad de la persona
humana que es considerada sagrada e inviolable, e independientemente de su
origen, edad, estado de salud o condición social, incluyendo el bien común, la
subsidiaridad y la solidaridad.
Su
objetivo principal es ayudar a los católicos y todos aquellos que comparten sus
principios, a comprender y responder a los desafíos sociales de la época, con
el fin de promover el desarrollo integral de la persona y la construcción de
una sociedad mas justa y humana. No se limita a la moral privada, sino que se
enfoca en las relaciones sociales, formales e institucionalizadas, como la
política, la economía y la cultura. La Iglesia, como institución organizada,
tiene la responsabilidad de reflexionar sobre estas realidades y proponer
principios que las orienten. Es considerada una herramienta clave para
comprender y responder a los “signos de los tiempos”, es decir, los desafíos y
cambios sociales de la época, promoviendo el diálogo y la colaboración entre
diferentes actores sociales para construir una sociedad más justa y fraterna.
En
la encíclica Rerum Novarum, el Papa dejaba patente su apoyo al derecho
laboral de “formar uniones o sindicatos”, pero también se reafirmaba en su
apoyo al derecho a la propiedad privada. Además, discutía sobre las relaciones
entre el gobierno, empresas, trabajadores e Iglesia, proponiendo una
organización socioeconómica que más tarde se llamaría distributismo.
Sus
posiciones o declaraciones son un claro ejemplo de que fue un notable resumen
de muchos asuntos planteados por la Revolución Industrial, por el creciente
movimiento obrero y las sociedades democráticas modernas. Con esta encíclica la
Iglesia pretendió, entre otras cosas, paralizar la descristianización de las
masas trabajadoras, en un período en el cual la credibilidad de la Iglesia se
veía disminuida debido a que los sectores populares del catolicismo e incluso
del clero, se inclinaban por las ideas revolucionarias o que las soluciones
vendrían de las acciones conjuntas de la Iglesia, del Estado, el Patrón y los
trabajadores.
Los
efectos de dicha encíclica, con su apoyo a los sindicatos de trabajadores, a un
salario justo y a la propiedad privada, generó las siguientes encíclicas
sociales, tales como: “Quadragesimo año”, del Papa Pio XI (1857 - 1939),
publicada en el año 1931; “Mater et magistra”, del Papa Juan XXIII (1881
- 1963), publicada en el año 1961; “Centesimus annus”, del Papa Juan Pablo II
(1920 - 2005).
Esta
DSI ha provocado una reforma en medio de una Iglesia donde varios sectores
reclamaban que se abandonaran posiciones políticas afines a los gobiernos y a
los sectores dominantes, para que la Iglesia se encargara únicamente del oficio
religioso ecuménico. Como conclusión podemos señalar que la encíclica Rerum
Novarum diseñó una estrategia que logró contribuir a salvar el período
de crisis que enfrentaba la Iglesia Católica y que la reestructuración
doctrinal y la práctica que provocó, diseñaron la nueva imagen de la actual Iglesia
Católica.
Vicente Llopis Pastor
30 de abril de 2025
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