Hace
unos días escribí sobre la profesión de economista, así como de las
Instituciones, Consejo General y Colegios profesionales que los amparan. En ellos
cité los Planes de Estudios Universitarios para acceder a la profesión de
Economista.
También
incluí el Decreto-Ley del 26 de abril de 1977 que regula el ejercicio de la
profesión; así como las salidas profesionales, incluyendo a ciento nueve
oposiciones para ingresar en la Administración Pública y poder asesorar al
Estado español.
Con el paso de los años se han ido modificando
las tareas en las que se ocupa un economista, fundamentalmente por el avance
tecnológico que ha habido en los últimos cincuenta años y que han supuesto
variados retos para el profesional de la economía, fundamentalmente en la
digitalización de la sociedad; Inteligencia Artificial (IA); presiones de la
Administración Pública española y otros aspectos derivados de la evolución
política y social en todos los países.
Aquellos
conocimientos seculares de Tenedurías de Libros, hemos pasado a una amplitud de
temas que cubren todos los campos empresariales e incluso la Política Económica
de España. Hoy, los economistas trabajan para sentar las bases necesarias para
que otros profesionales puedan lograr la civilización. Me atrevo a vaticinar
que, en el futuro, cualquier profesional, amén de sus conocimientos
profesionales, séanse, médicos; veterinarios; ingenieros; o cualquier otra
profesión, han de tener un mínimo de conocimientos de Economía porque toda actividad
va emparejada a cuestiones sociales, financieras o fiscales. Este es el elogio
que merece la Ciencia Económica.
Desde
que se ha vuelto a implantar la democracia en nuestro país, los economistas han
servido para reordenar el tráfico mercantil, mediante información y
participación en muchas comisiones que han servido para la gobernanza de
España. Ello dio lugar al impulso europeo para crear Instituciones Fiscales
Independientes (IFIs), con la doble misión de velar por el cumplimiento de las
reglas fiscales y avalar o producir las previsiones Macroeconómicas. Junto a
ello han participado en la Microeconomía, reformando el sentido y evolución de
las empresas, deliberando la producción, distribución y consumo de bienes y
servicios. En Macroeconomía han sido los que han presentado al Gobierno español
una serie de opciones de Política Económica.
Cara
al futuro, el economista ha de actuar con una visión plural e
interdisciplinaria. El estudio de la Economía tiene una tendencia al alza. Y
tener una formación ecléctica referente a Matemáticas, Contabilidad, Derecho,
Estadística, Sistema Tributario, y muchas otras apreciaciones que les permiten
trabajar a nivel nacional e internacional. Esto ocurre, fundamentalmente, porque
vivimos en una “globalización” en la Economía Internacional. Recordando el
tercer párrafo de este artículo me atrevo a decir que el “Economista del futuro”
ha de manejarse con facilidad en la digitalización, IA, Administración Pública,
Economía Internacional, Globalización y otros conocimientos adicionales que le
sirvan para actuar con la soltura y calidad necesarias.
“Ad
augusta per angusta”, que quiere decir “a grandes alturas por caminos
estrechos”. También "hacia lo grande a través de dificultades" o
"a lo más alto a través de las dificultades". Para indicar que solo
se llegan al triunfo venciendo grandes dificultades.
Vicente
Llopis Pastor
25
de abril de 2025
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