Comienzo con una frase de mi fallecido
padre, Vicente Llopis Llopis (1909-1989), que decía: “En este mundo todo se
puede comprar y vender”. Esta frase es un indicio de lo que se llama la
economía de mercado, sobre la que se asienta la producción, distribución y
consumo de bienes y servicios.
Mi definición de mercado es
“contratación de bienes y servicios mediante el uso de una unidad común, que es
el dinero”. Por esta razón, los mercados de cualquier país están sujetos a
normas, controles, vigilancias y leyes que definen el funcionamiento de los
mercados. Uno de los mercados más regulados es el mercado financiero y que en
España está controlado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de
la que escribí el pasado 18 de enero sobre su estructura y funcionamiento. A
principios de este año 2025 ha sido nombrado como nuevo Presidente de la CNMV, Carlos
San Basilio Pardo (1965), quien asegura tener la impresión de que “los mercados
de valores se ven como una cosa de ricos, cuando esta afirmación no puede ser
menos cierta” y busca cambiar esta percepción.
En su opinión, es razonable apoyar
que el inversor minorista diversifique su cartera más allá de depósitos y Letras
del Tesoro y en el mismo sentido de apoyar la participación del inversor
minorista en los mercados de valores, adoptando incentivos fiscales para ello.
Existen numerosas clasificaciones
de tipos de mercados y una de estas clasificaciones nos dice que los mercados
más idóneos son los de la igualdad de productos, transparencia de precios, sin
intervenciones ajenas y funcionamiento normal. Esto nunca se logra y el único
que puede ser considerado como tal es el mercado bursátil como identidad de la
mercancía, transparencia en su conocimiento entre compradores y vendedores, no
forzados por el lado de la oferta o de la demanda. Pueden ser considerados normales,
los cuales intervienen en la llamada “libre competencia”.
Carlos San Basilio Pardo ha
arrancado su mandato al frente de la CNMV reclamando al Gobierno español el
incremento de incentivos fiscales para que los pequeños inversores
diversifiquen sus carteras de ahorro e inversión, pidiendo planes fiscales
similares a los que han puesto en marcha países europeos como Italia y Suecia,
quienes buscan acelerar la participación de los minoristas en los mercados de
valores. El presidente de la CNMV se refiere a incorporar a las opciones del
inversor minorista otros instrumentos de inversión como fondos de inversión,
planes de pensiones, bonos y acciones que permitirían mejorar sus expectativas
de rendimiento, tanto a corto y largo plazo. También se ha referido a
incentivar la inversión en fondos de capital-riesgo, siempre y cuando se
contraten bajo una supervisión estricta y con controles de riesgo. No ha
defendido la inversión en criptomonedas, siguiendo con la línea que ha
perseguido la CNMV.
“Hay que conseguir que los mercados
regulados de renta variable y renta fija sean mas atractivos para nuestras
empresas”, exclamó Carlos San Basilio Pardo durante una intervención en la que
se refirió también explícitamente al descenso paulatino que se ha producido en
la última década en España de empresas cotizadas en el mercado regulado, a la
vez que se ha acelerado lo que ha calificado como “Una gran timidez en los
procesos de salida a Bolsa” de nuevas compañías. Lo que viene a decir el
presidente de la CNMV es que los mercados financieros son muy amplios y que es
fácil y conveniente sustituir las inversiones pasivas como pueden ser los
depósitos en cuentas corrientes bancarias y atreverse a invertir en mercados
financieros que agrupan numerosas fórmulas y que pueden generar mayores
beneficios a los inversores particulares sin que estos sean necesariamente “los
ricos”.
En resumen, el Presidente de la
CNMV lo que transmite es que hay que reactivar el mercado; es decir, aumentar
en volumen para que haya un mayor campo de oferentes y demandantes. Es la
traslación de que “el mercado es la solución” y cuanto mayor es dicho mercado,
mejor funcionará la economía de un país.
Esta idea no es nada nueva, ya que
la usaban en la Antigua Roma de hace más de dos mil años y cuya frase en latín
es: “melius si foro abundat”, traducido al español como “mejor si el mercado es
abundante”.
Vicente Llopis Pastor
22 de enero del 2025
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