Desde los principios de la
humanidad siempre ha habido guerras entre los seres humanos, incluso entre los animales.
Estas guerras comenzaron con puñetazos entre personas, y paulatinamente se han
ido sofisticando las guerras a base de nuevos instrumentos y armamentos. Casi
todas ellas buscaban ocupar el terreno de otro, dominar fuentes de energía,
prestigiar a un país y otros fines en los que hablamos de material bélico, en
principio lanzas, escudos, arcos, flechas y posteriormente armas de fuego con las
que se podía matar al enemigo a distancia y así sucesivamente. En el siglo XX
se competía con muy sofisticadas armas, apareciendo la bomba atómica, misiles,
guerras bacteriológicas e incluso el uso de ordenadores y de la informática
para mayor precisión y con un campo de destrucción más amplio. Es decir, las
guerras han sido consustanciales con la historia de la humanidad.
Quisiera destacar al coronel
prusiano Carl von Clausewitz (1780-1831), quien participó en las guerras
napoleónicas y tuvo una aceptable trayectoria militar y política. Clausewitz
escribió una obra titulada “De la Guerra”, que es una obra de ciencia militar
que escribió relacionando la vida castrense, la filosofía y la política. Fue
escrita en su mayoría tras las guerras napoleónicas entre los años 1816 y 1830,
y es en realidad una obra incompleta. Clausewitz se propuso reiniciar sus
propios manuscritos en 1827, pero murió antes de poder finalizar la tarea, y el
libro fue publicado póstumamente por su esposa en 1832. Ha sido traducido a
numerosos idiomas y es uno de los libros más conocidos mundialmente sobre
estrategia y táctica militar, además de ser de lectura obligatoria en varias
academias militares. La expresión de Clausewitz es la de que “La guerra es
la continuación de la política por medios violentos”.
Su obra incluye temas sobre la
naturaleza de la guerra; teoría de la guerra; estrategia en general; el
combate; la aproximación dialéctica al análisis militar; los métodos de
análisis crítico; los usos y abusos de los estudios históricos; la naturaleza
del mecanismo de equilibrio de fuerzas; la relación entre objetivos políticos y
objetivos militares; y otros muchos apartados que definen la guerra como
convenientes para la estabilidad de cada país. De aquellas guerras a puñetazos,
con armas blancas, armas de fuego, carros de combate, bomba atómica y misiles
se ha llegado a una situación menos violenta, aunque suele ser tanto o mas dura
que las del uso de máquinas de destrucción. Me estoy refiriendo a las guerras
comerciales, que son un conflicto económico derivado de la imposición de
aranceles y otras medidas mercantiles contra uno o varios países que responden
con represalias. Puede iniciarse como la respuesta o prácticas desleales de
otro Estado para mejorar su industria nacional, su balanza comercial o para
reducir el déficit o en general como respuesta a cualquier medida que no haya
gustado al país en cuestión.
Las medidas mas comunes en una
guerra comercial son las barreras arancelarias. Consisten en aumentar los
aranceles a las importaciones o exportaciones para encarecer los productos o
reducir el comercio. También hay barreras no arancelarias como las cuotas
monetarias o de cantidad, requisitos que restrinjan productos y desincentiven a
los productores o incluso prohibir el comercio de productos. Son medidas
proteccionistas que impiden el libre comercio, aunque pueden ser temporales.
Las guerras comerciales favorecen a las industrias nacionales al aumentar la
demanda de sus productos, lo cual puede generar más empleo e inversión en el
sector, o desincentivar su innovación; sin embargo, perjudican a los consumidores,
que comprarán más caro y tendrán menos opciones de productos para elegir.
Las guerras comerciales son un
conflicto económico derivado de la imposición de aranceles y otras medidas
mercantiles contra uno o varios países, que responden con represalias. Pueden
iniciarse como respuesta a practicas desleales de otros Estados para mejorar su
industria nacional, su balanza comercial o para reducir el déficit, o en
general, como respuesta a cualquier medida que no haya gustado al país en
cuestión. Son muy conocidas y con alta repercusión en periodos históricos. Entre
ellos:
-
La
Guerra Comercial del Opio, que comenzaron cuando china prohibió esta sustancia
en 1829 por motivos de salud y que afecto a los británicos que comerciaban con
ellos. La Compañía Británica de las Indias Orientales comenzó a introducir el
opio de contrabando y, cuando el gobierno Chino se dio cuenta encarcelo a los
narcotraficantes desatando un conflicto entre China, Reino Unido, Hong Kong y
otros países adyacentes, que duro desde 1856 a 1860.
-
La
Primera Guerra Mundial que se origino por los intereses de varios países de
europeos obre el comercio del carbón y el hierro que permitía crear el acero y
que era en dicha época el elemento más usado el tráfico mercantil.
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Otra
Guerra Comercial fue entre Reino Unido e Irlanda en el año 1932. El Reino Unido
impuso un 20% de aranceles a los productos agrícolas irlandeses después de que
Irlanda suspendiera el reembolso de rentas de los préstamos concedidos para la
compra de tierras. Irlanda que era muy dependiente del mercado británico y se
vio afectada por perdidas de un 48 millones de libras de la época. Para poder
poner fin a esta Guerra Comercial se firmo en 1935 el Pacto Carbón-Ganado que abarató
el comercio de ambos productos como primer caso.
-
La
Segunda Guerra Mundial que supuso una lucha de los países europeos e incluso
orientales por dominar la zona europea que tenia minas de carbón y de hierro.
Se usó la palabra geoeconomía en el sentido de espacio vital de las personas y
querían dominar otros países para que su población tuviera mas eficiencia y
mejorar su vida. Esta idea de “espacio vital” no se prodiga mucho en los
momentos actuales, pero esta patente en los estadistas, políticos y expertos en
comercio internacional.
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Otro
caso es el del plátano en 1993. La Unión Europea impuso aranceles a l
importación d este producto que afectaron a los productores de Estados Unidos y
países de Latinoamérica en favor de las antiguas colonias europeas en África,
que quedaban exentas. Los países perjudicados denunciaron a la Unión Europea
(UE) ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) que le obligo a rebajar
algunas medidas. Estados Unidos tomo represalias contra bienes de lujo europeos
hasta que finalmente las partes firmaron el Acuerdo de Ginebra sobre comercio
de bananos, en 2010. En los tiempos actuales se han acentuado las guerras
comerciales. Quizás la mas importante sea entre Estados Unidos y China. En
marzo del 2018 Donald Trump estableció un arancel del 25% y 10% al acero y el
aluminio respectivamente que afecto sobre todo a China, mientras que no se
aplicaría a Canadá, México, Argentina, Australia, Brasil y la UE.
Desde entonces ha continuado las
Guerras Comerciales, en principios muy suaves, pero que, con la nueva
presidencia e Donald Trump en Estados Unidos, va a hacer uso de los aranceles,
quedando Estados Unidos como una isla en la que los aranceles a la exportación
e importación van a ser moneda corriente y que van a afectar a las Tecnologías
de Información y Comunicación (TICs) y que va a reducir el tráfico comercial en
todo el mundo. Una situación que incumple las funciones emanadas por la OMC,
por lo cual el cambio de la economía internacional va a ser altamente
peligrosa.
Así se presenta la política
internacional de cara al futuro y los aranceles son una traba no importante
para que la sociedad vaya prosperando.
Solo me queda esta irónica
expresión: “Vivan los aranceles”
Vicente Llopis Pastor
27 de enero de 2025
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