La
democracia se puede definir a partir de la clasificación de las formas de
gobierno, realizada por Platón, en su obra “La República” y continuada por su
alumno Aristóteles en su obra “Política”, en la que hablan de tres tipos
básicos de gobierno: Monarquía, como gobierno de una sola persona; Aristocracia,
como gobierno de los mejores y Democracia como gobierno de la multitud y
otras ideas complementarias. Sin embargo, la significación etimológica del
término es mucho más compleja. En los tiempos de la Grecia Antigua también se
hablaba de diversas formas de gobierno, entre ellos los geomoros, demiurgos,
eupátridas, metecos, esclavos, mujeres, artesanos, campesinos y muchas otras
definiciones que formaron grupos para participar en el gobierno. Con la
evolución de la historia de la humanidad se han materializado algunos tipos de
democracia y para llevarlo a cabo aparecen los llamados “partidos políticos”.
Un
partido político es una organización gubernamental de interés público creada
para promover la participación de la ciudadanía de la vida democrática y
contribuir a la integración de la representación nacional. Quienes lo conforman
comparten objetivos, intereses, visiones de la realidad, principios, valores y
proyectos para ejecutar total o parcialmente en los gobiernos democráticos de
cada país. Estos partidos políticos con los encargados de presentar
candidaturas a ocupar diferentes cargos y para ello movilizan el llamado apoyo
electoral. También contribuyen a organizar y orientar la labor legislativa,
articulan y agregan nuevos intereses y preferencias en la ciudadanía.
España
se considera como un país democrático y por lo tanto la existencia de partidos
políticos es muy notoria; a veces contradictorias con otros partidos políticos
en los que se van consolidando los llamados partidos de izquierda y partidos de
derecha. Los partidos de izquierda se identifican con el Partido Socialista
Obrero Español (PSOE), el Partido Sumar y otros de matiz independentista. Los
partidos de derecha en nuestro país se identifican con el Partido Popular (PP),
el Partido Vox y otros de menor talla.
Hemos
llegado a tal extremo a la hora de analizar los ideales de cada uno de estos
partidos que nos lleva a la conclusión de que los partidos de derecha son
llamados “ultraderecha” y los de izquierda no tienen un apelativo propio y
pocas veces se les llama “ultraizquierda”. La izquierda mantiene un vocabulario
poco gentil con los partidos de derecha y que se enzarzan continuamente en
disputas que no conducen a nada esencial ya que cada uno de ellos no hace mas
que hablar contra el otro e incluso insultarlo.
No
recuerdo que actualmente ningún representante de estos partidos haya expuesto
sus ideales públicamente mediante la prensa, radio, televisión y otros medios
de comunicación. Lo suyo es atacar al contrario y usar las frases más
ingeniosas para que se les recuerde su gracia. Los partidos de izquierda,
también llamados extrema izquierda, ultraizquierda, izquierda radical o
izquierda revolucionaria, son términos usados informalmente en política para
definir al conjunto de movimientos, ideologías y partidos políticos que
promueven sistemas sociales y económicos más a la izquierda en la política
tradicional. El termino es usado para describir ideologías varias, como pueden
ser: maoísmo, comunismo, marxismo, anarquismo o anarcocomunismo, entre otros.
En
España los izquierdistas atacan a los de derecha con palabras muy cáusticas y
soeces como ultraderecha, fascistas, fachas, franquistas, autoritarios,
totalitarios, entre otros, y son una especie de individuos de los que no hay
que fiarse.
Por
otro lado, la derecha se identifica con el PP y Vox, que son partidos políticos
que promueven y sostienen posiciones o discursos conservadores y autoritarios
los cuales mantienen una ideología como alternativa con la consideración del
supremacismo blanco, teocráticos e incluso reaccionarios. Sin embargo, no me
consta que utilicen el vocabulario tan burdo, irónico y procaz, que utiliza la
izquierda. Creo que en su vocabulario la derecha es formalmente más educado que
el vocabulario de la izquierda.
Pienso
que los partidos políticos deben turnarse en el gobierno del país y no perdurar
durante mucho tiempo, e incluso siglos, al frente del gobierno de un país.
Opino que el conjuntar las ideas de un partido frente al otro es bueno para
cada nación.
En
los siglos XIX y XX en España los parlamentarios hablaban con un idioma muy pulido
y adecuado, sin insultar a los demás y eran capaces de saber sostener un
planteamiento político lleno de sustancia. En la actualidad en el Congreso de
Diputados, Senado y políticos en general, apenas hacen uso de la belleza del
idioma español y no tiene la magia de la palabra. Simplemente hay algún que
otro político que se dedica a insultar usando ironías y sarcasmos y a recurrir
al poder judicial para hundir las ideas del contrincante.
Insultos,
insultos e insultos. Son los que componen el vocabulario de los actuales
políticos españoles. ¿Qué se puede esperar de ellos?
Mi
respuesta seria que están gobernando España a gritos. Así nos situamos dentro
del “baile de los enanos”, lo cual no favorece a España, tanto en el campo
nacional como en la consideración de nuestro país a nivel internacional.
Incluso estamos perdiendo el bello idioma español y transformando nuestro
querido país en una nueva “Torre de Babel”.
Vicente Llopis Pastor
29 de enero de 2025
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