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UN NUEVO FLAGELO…I+D+i Y OTROS QUE IRÁN VINIENDO

 

En su obsesión para recaudar más y gravar con impuestos todo lo que se mueve, el Gobierno actual está llegando a ser el mejor trapecista del mundo, ya que está superando el triple salto mortal en el vacío, con tanta seguridad que se permite dar multitud de volteretas en el aire para demostrar ¿qué?

Pues para buscar la igualdad y forzar su denominado “escudo social”. Es algo así como en el circo, en el que el trapecista, al alcanzar al portor que lo recoge, el espacio en el aire es como si no existiera y, además, todo ello sin red que lo proteja.

Me he permitido hacer esta introducción porque el Tribunal Supremo español ha echado atrás la práctica del Ministerio de Hacienda en lo relativo al I+D+i que gastan y aplican las empresas como deducción de la base imponible del Impuesto de Sociedades. El Gobierno actual, mediante su Ministerio de Hacienda, anuló todas estas deducciones y sus inspectores y funcionarios de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) definían que las partidas contables del I+D+i, que son la inversión, desarrollo e innovación, no merecen reducir la base imponible de la actividad de las empresas, y dichos inspectores y funcionarios anulaban estos gastos según su criterio personal, es decir, que actuaban como les daba la gana o porque habían recibido instrucciones de atacar lo más posible a las empresas y que pagaran más, más, más y mucho más porque para el actual Gobierno los empresarios son los ricos que explotan y roban a los trabajadores; siendo estos últimos los pobres.

En mi larga carrera como economista y según la materia que estudié de “Sistema Fiscal Español y Comparado”, que definía la tributación en España, jamás estudié que hubiera impuestos altos sobre los ricos e impuestos bajos sobre los pobres. Esta nueva apreciación con la que define nuestro Gobierno a los ciudadanos ha llegado a tal extremo que algunos próceres del Gobierno han manifestado lo siguiente:

Pedro Sánchez (1972), Presidente del Gobierno: “Hay que freír a impuestos a los ricos”.

Yolanda Díaz Pérez (1971), Vicepresidenta Segunda del Gobierno y Ministra de Trabajo y Economía Social: “Hay que castigar a los ricos”.

Como si los empresarios fueran culpables de algo y hubiera de aplicárseles el Derecho Penal, siempre según el criterio personal del inspector, funcionario o la AEAT. Es algo así como el “Pecado Original”, que ya llevan por el simple hecho de haber nacido, según el Catecismo de la Iglesia Católica.

Mi conclusión es que el Gobierno va camino de flagelar por todos los puntos de vista posibles a las empresas, independientemente de su figura jurídica. Uno de los flagelos es vituperar, acusar, censurar y criticar el papel social de los empresarios a los que los conceptúa como ladrones. Otro tipo de flagelos es el de azotar, fustigar, pegar o zurrar a los empresarios mediante impuestos para sacarles dinero.

Sólo se me ocurre un consejo: Que el Gobierno se entere de que existe un Código Mercantil de 1885 y lo aplique correctamente y deje de usar sistemáticamente el Código Penal de 1995.

Y para finalizar me permito utilizar el aforismo latino: “Anceps Fortuna Belli”, traducido al español como “El resultado de la guerra es incierto”, sobre todo por la evolución del trato y las relaciones entre la política española y los empresarios a veinte años vista.

 

Vicente Llopis Pastor

23 de octubre de 2024

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