En España, las pequeñas y medianas empresas (Pymes) son una parte importante del tejido productivo español. Según datos que he leído y escuchado a representantes de dichas Pymes y de Cepyme, que es una organización en defensa de dichas empresas y que tiene un papel fundamental en cuanto al tejido productivo español, es la de que su participación en el Producto Interior Bruto (PIB) de nuestro país es del 99,8% de la producción española y cubre 11 millones de puestos de trabajo.
Según declaraciones del presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva (1971), manifiesta que el Gobierno español es injusto con las Pymes porque lesiona los legítimos derechos de los empresarios que están reconocidos y amparados por el Artículo 38 de la Constitución Española de 1978.
El señor Cuerva manifiesta que las Pymes están hartas de los muchísimos ataques que reciben del Gobierno español, el cual interfiere en las decisiones de las empresas. El papel del Gobierno español parece que va hacia la “estigmatización” de las empresas, ya que el poder ejecutivo español no tiene un fluido diálogo social; la negociación colectiva que hasta ahora estaba a nivel de empresa o de sectores determinados va a transformarse en una negociación que sirva para toda España y no atiende las particularidades de todas y cada una de las Pymes que existen en nuestro país; sobrerregulación, que deja poco margen para las decisiones que ha de tomar el empresario; existencia de una elevadísima intervención salarial, que ha supuesto el exagerado incremento del salario mínimo interprofesional; fiscalidad elevada, en la que el Gobierno español está aumentándola en cuantía y en calidad, ya que su forma de calcular el impuesto de sociedades es muy dura y calcula el beneficio de las empresas a su manera y no como lo presenta cada empresario; excesivo incremento del control de las empresas por los organismos públicos; numerosas cargas burocráticas que han de cumplir los empresarios y que tienen que presentar en tiempo y forma haciendo uso de la digitalización u otros medios similares; etcétera, etcétera, etcétera. Por esta razón las Pymes claman por la “dignidad empresarial”, a la que no parece atender el Gobierno español.
Muchas de estas decisiones del Gobierno se realizan sin contar con los empresarios y sólo se decide por el Gobierno con algunos sindicatos donde los empresarios no participan. Según manifiestan algunas empresas españolas, se han trasladado al extranjero por la falta de apoyo y equidad de los órganos gubernamentales españoles. Es algo así como que el Estado Español actúa como si fuera el más poderoso miembro del consejo de administración de cada empresa. Actualmente se está hablando sobre los deseos del Gobierno español de la reducción de jornadas de los trabajadores sin repercusión en los salarios. Parece ser que el Gobierno español no evalúa los perjuicios que sus decisiones tienen sobre las Pymes.
Ésta es una corriente de opinión que abunda en el tejido productivo español, donde los empresarios son pesimistas y manifiestan que llegaremos a una situación de hecatombe.
Estimado lector, ¿Qué le parecen estas manifestaciones de Gerardo Cuerva, actual Presidente de Cepyme?
Vicente
Llopis Pastor
9 de julio de 2024
Interesante, como de costumbre. Un abrazo cordial.
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